Por Cambio16
El 15 de abril de 1865 se produjo el fin de una vida y se tiñó de luto a una nación, pero también supuso el inicio de una leyenda que ha perdurado a lo largo del tiempo y cuyo legado sobrevivió a la bala disparada por John Wilkes Booth.
Este año Estados Unidos rinde homenaje al presidente Abraham Lincoln, recordado como el impulsor de la unidad del país y el precursor del abolicionismo, cuando se cumplen 150 años de su muerte.
La noche de fin ensangrentado del 14 de abril de 1865 comenzó tranquila para Abraham Lincoln. El decimosexto presidente estadounidense estaba cansado y no se sentía con ganas de ir al teatro pero su esposa Mary le convenció porque si no la gente se sentiría defraudada al no verle.
Además, esa noche tenían invitados en el palco presidencial, la joven Clara Harris, hija del senador de Nueva York Ira Harris, y su prometido, Henry Reed Rathbone, por lo que no quiso faltar a su compromiso.
Estaban en el tercer acto de la comedia Our American Cousin cuando el actor John Wilkes Booth, uno de los más conocidos de la época, entró repentinamente y disparó al presidente.
El tiro se precipitó por el lado izquierdo de la nuca y salió cerca del ojo derecho. En la sala había tres médicos, el primero que acudió allí, el joven Charles Augustus, de 23 años, consciente de la gravedad de la herida pidió trasladar al presidente a la cama más cercana que hubiera para que pudiera descansar en paz. La casa elegida, fue la Petersen House, justo cruzando la calle.
Allí pasaron la noche en vela la primera dama, su hijo Robert Lincoln y ministros y militares de alto rango, mientras en la calle se esperaban noticias del presidente que murió el 15 de abril a las 7.22 de la mañana.
Después de disparar a Lincoln, Booth saltó al escenario y aunque en la caída se rompió una pierna logró escapar esa noche; pensó que en el sur sería bien recibido por su hazaña, pero finalmente fue capturado y ajusticiado, mientras sus cómplices fueron condenados a muerte.