Por Patricia Matey | Ilustración: Cinta Arribas
30/04/2016
En 1993, la OMS lanzó una iniciativa internacional para la educación en ‘Habilidades para la Vida’: aquellas capacidades necesarias para tener un comportamiento adaptativo y positivo que permiten enfrentarse eficazmente a las exigencias y retos de la vida diaria.
Para ello son necesarias estas diez habilidades psicosociales:
1. Autoconocimiento. Representa el punto de partida para crecer como persona, avanzar y dar sentido a la vida. Implica admitirse, quererse y valorarse.
2. Empatía. Es necesario entender al otro. Conectar con él y “ponerse en su lugar” para comprender sus emociones, sus motivaciones y las razones por las que actúa.
3. Comunicación asertiva. Expresarse con claridad, honestidad y de forma apropiada.
4. Pensamiento creativo. Utilizar la creatividad puede ayudar a mejorar la forma de actuación, la solución de problemas, actuar, crear valor añadido y oportunidades.
5. Pensamiento crítico. Si la forma de pensar se basa en premisas, sin cuestionarse el mundo, gran parte de las ideas, comportamientos, valores, maneras de afrontar los problemas y los retos cotidianos puede estar sometida a las presiones sociales y conducir a la estandarización y el conformismo.
6. Manejo de emociones y sentimientos. Hay que aprender a conocer, expresar y gestionar las emociones y los sentimientos. El objetivo: conseguir que la emoción y la conducta se ajusten al signo e intensidad de cada situación y no sean indeseadas.
7. Manejo de problemas y conflictos. No es posible ni deseable evitar los conflictos. Gracias a ellos se renuevan las oportunidades de cambiar y crecer.
8. Relaciones interpersonales. Hay que establecer y conservar relaciones significativas, así como terminar aquellas que bloqueen el crecimiento personal (relaciones tóxicas). Hay que aprender a iniciar, mantener o terminar una relación y conocer la forma de hacerlo de forma positiva con las personas que nos rodean.
9. Toma de decisiones. Actuar proactivamente para hacer que las cosas sucedan en vez de limitarse a dejar que ocurran por azar u otros factores externos.
10. Manejo del estrés. Muchas situaciones generan tensiones. Hay que enfrentarse a ellas y aprender a controlar el nivel de estrés diario buscando respuestas más adaptativas, identificando las fuentes de tensión en la vida diaria, reconociendo sus manifestaciones y encontrar fórmulas para eliminarlas o contrarrestarlas.
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