Por Jordi Kuhs / Efe
El acuerdo de principio del pasado jueves entre Irán y seis grandes potencias encabezadas por EEUU, sienta la base para un eventual tratado histórico para contener el polémico programa atómico iraní, aunque todavía quedan muchos obstáculos que superar.
Las partes deberán negociar ahora intensamente -durante los próximos tres meses- los detalles técnicos y legales para poner en práctica los principios acordados en Lausana (Suiza).
Diplomáticos conocedores de la negociación indicaron que los directores políticos de ambas partes comenzarán en un par de semanas con los primeros contactos para ir aclarando punto por punto.
Estas negociaciones técnicas se producirán con toda seguridad en medio de una tormenta de críticas. Y éstas llegarán no solo de Israel, que se siente amenazada por las ambiciones nucleares de Irán, sino también del opositor Partido Republicano en EEUU y de los países del Golfo Pérsico.
El Congreso de EEUU
El presidente estadounidense, Barack Obama, debe ahora vender el acuerdo nuclear con Irán al Congreso, donde los republicanos se oponen y en el que los demócratas tienen la llave para no frustrar la estrategia diplomática de la Casa Blanca.
Las maratonianas jornadas de negociación en Lausana podrían quedar en papel mojado si el Congreso consigue un consenso a prueba de veto presidencial para rechazar los términos del acuerdo.
Los republicanos se han mostrado desde el primer momento en contra de los términos del pacto y quieren aprobar una ley que permita al Legislativo tener voz sobre si se pone en práctica el histórico acuerdo nuclear.
La portavoz del Departamento de Estado de Estados Unidos, Marie Harf, ha reiterado que el presidente Obama vetará esa legislación si llega a su escritorio, aunque el gobierno está abierto a debatir un papel «supervisor» para el Congreso.
El mayor problema para la Casa Blanca será si suficientes demócratas deciden sumarse a los republicanos y apoyar la ley que permita al Congreso rechazar el acuerdo con Irán con bastantes votos (dos tercios) como para negar al presidente el poder de veto.
Los demócratas están muy divididos entre los que consideran el acuerdo con Irán un paso histórico para alejar al régimen de los ayatolá de sus pretensiones de obtener armas nucleares y los que no confían en que se esté presionando lo suficiente a Teherán.
Israel
El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, ha rechazado el acuerdo que el Grupo 5+1 (EEUU, Francia, Rusia, China, Reino Unido y Alemania) alcanzó sobre el programa nuclear iraní y reiteró que Irán sigue siendo «una amenaza».
«Este acuerdo podría suponer un grave peligro para la región y para el mundo, y amenazar la propia supervivencia del Estado de Israel», que «no es negociable», remarcó el premier.
«Ahora algunos dicen que la única alternativa a un mal acuerdo es la guerra. No es verdad. Hay una tercera alternativa que es estar firmes, aumentar la presión sobre Irán hasta que un buen acuerdo sea alcanzado», afirmó, al tiempo que exigió que cualquier pacto final se vea acompañado por un «reconocimiento iraní claro e inequívoco del derecho de Israel a existir».
¿Qué dice el acuerdo alcanzado?
La clave del acuerdo de principios es la estricta limitación durante una década del programa de enriquecimiento de uranio y de la investigación y desarrollo (I+D) atómico en Irán.
Asimismo, la República Islámica se ha comprometido a no construir durante 15 años nuevas instalaciones nucleares y deberá eliminar casi por completo sus reservas de uranio enriquecido.
A su vez, dos de sus instalaciones más polémicas, la subterránea de Fordo y la planta de agua pesada de Arak, deberán ser cambiadas y reconvertidas.
Finalmente, por un período de 25 años se producirán intensas inspecciones en toda la cadena de gestión del uranio, un material sensible con finalidad tanto civil como militar, para evitar desviaciones no declaradas.
¿Qué gana Irán?
A cambio de cumplir una larga lista de exigencias, limitaciones y suspensiones, vigiladas siempre por el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), las sanciones nucleares, comerciales y políticas contra Irán serán levantadas.
El Arms Control Association de Washington, una ONG dedicada a la no proliferación nuclear, considera lo acordado como «histórico» y un «paso vital» para evitar que Irán se haga con armas nucleares.
Daryl G. Kimball, director ejecutivo de la organización, dijo que los principios «prometen convertirse en uno de los logros de no proliferación más importantes de las recientes décadas». Lo acordado en Lausana «reduce de significativamente el riesgo de una competición nuclear que desestabilice una región en crisis», agregó en referencia a Oriente Medio.
En todo caso, «el largo camino para un acuerdo efectivo y exhaustivo todavía no terminado», advirtió Kimball.
Así las cosas, a falta de conocerse todos los detalles de lo acordado en Suiza, todo indica que ambas partes hicieron importantes concesiones.
Ahora las potencias internacionales implicadas en las negociaciones deberán pulir los detalles técnicos del acuerdo final antes del 30 de junio.
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