Por Iñigo Aduriz
25/06/2017
ENTREVISTA A ALONSO MEDINA. Director del Foro Penal Venezolano
Su objetivo es denunciar las vulneraciones de los derechos humanos que puedan cometerse en su país, Venezuela, y, desde hace unos años, Alonso Medina llama la atención sobre la proliferación de los casos de torturas que, según su organización, el Foro Penal Venezolano –una ONG en la que están involucradas más de 3000 personas y unos 200 abogados–, se dan cada vez más en instituciones venezolanas. El jurista ha estado en España esta semana poniendo esa situación en conocimiento del Gobierno y de otros grupos políticos.
Usted asegura que se ha institucionalizado la tortura en Venezuela. ¿A qué se refiere?
Desde hace varios años en Venezuela ha habido un incremento sustancial del número de personas que han sido víctimas de torturas. Y, frente a esta realidad, hemos visto un tímido pronunciamiento o reacción por parte de los organismos llamados a atender el asunto de la tortura, particularmente la Defensoría del Pueblo, el Ministerio Público y los tribunales. Ha habido un silencio cómplice con respecto a la tortura. Cada vez que el Foro Penal Venezolano denuncia un caso, es porque aquella persona que ha sido víctima lo ha referido en un tribunal en presencia del Ministerio Público y hemos sido exageradamente celosos a la hora de documentar cada uno de los casos. La mayoría se han realizado en el Servicio Nacional de Inteligencia, la Dirección General de Contrainteligencia Militar, en los comandos de fuerzas policiales y en comandos de la Guardia Nacional. La afirmación sobre la institucionalización que hemos hecho es por la dramática situación que vivimos y la reacción que ha habido.
¿Cuáles son las cifras de torturados que manejan?
No las tenemos porque ha habido muchas cifras negras. Sin embargo, el número de personas que han denunciado casos son cientos en los últimos años. En 2014 la situación fue especialmente preocupante y el 2017 también. En todo caso, es un número muy considerable que debe generar un repudio social.
¿Ahora no lo genera?
Es algo preocupante porque pareciera que hubiera una aceptación social respecto a la tortura. Creemos que, en cambio, debería generar una gran alarma social que no se ha oído en las instituciones de Venezuela. Cuando hablamos de este asunto en Venezuela podemos mencionar las torturas más atroces y también de la tortura blanca, que responde más a un maltrato psíquico, por ejemplo encerrándolos en un lugar de dos por dos metros con la luz encendida durante 24 horas, alterando sus horas de comidas etc.
¿Cuál es el trabajo del Foro Penal Venezolano?
Es una ONG que se encarga a la defensa y promoción de los derechos humanos y, particularmente, a defender a aquellas personas que han sido víctimas de la represión, bien sean los detenidos o gente que ha sido perseguida. Es una organización que está conformada por más de 200 abogados en todo el país con coordinadores en otros países y amigos, como el caso de España. Además tenemos un grupo importante de lo que llamamos defensores activos, unas 3.000 ciudadanos que no son abogados pero que están dispuestos a colaborar con los derechos humanos. Es una de las ONG más grandes de Venezuela y estamos realizando un registro de todos los casos de las personas que han sido víctimas con el objetivo de defender todas estas causas y documentar la situación de los derechos humanos en Venezuela. En un futuro debemos trabajar en la recuperación de la institucionalidad y en la cultura ciudadana y, para ello, tiene que haber en primer lugar una cultura ciudadana que respete los derechos humanos.
¿Con qué motivo ha viajado a España?
El motivo de la visita ha sido atender las invitaciones del Gobierno español. Nos hemos reunido con el director del departamento de Asuntos Internacionales del Gabinete de la Presidencia del Gobierno, Bernardo del Sicart, con el diputado Fernando Maura, de Ciudadanos y con algunas otras personas con el objetivo de documentar y de informar acerca de la situación de los derechos humanos en Venezuela. Hemos pedido, como ciudadanos, un apoyo institucional para la búsqueda de una solución para el conflicto social, económico y político de Venezuela.
¿Cuál ha sido la acogida de sus reivindicaciones?
Ha habido mucho respeto a la soberanía de cada uno de los países pero también entendiendo que el problema de Venezuela ha dejado de ser únicamente un conflicto de los venezolanos al convertirse en un problema para todo el mundo por el tema de los derechos humanos, que entran en el marco de la globalización. El caso de la violación y el desconocimiento de los derechos humanos en Venezuela es un tema que está preocupando a los ciudadanos de todo el mundo.
Son ya 80 los fallecidos en las protestas de las últimas semanas.
Esto agudiza la crisis de los derechos humanos. Pero hay una situación mucho más dramática y es que no ha habido ningún asombro por parte del Gobierno ante lo que ha sucedido y ante este número de muertes. Hay una tolerancia por parte del Ejecutivo y una disposición a seguir con las conductas represivas. Esto nos debe llevar a la reflexión porque parece que hay como un desprecio hacia el sector opositor desconociendo el gentilicio de cada uno de esos manifestantes, que a fin de cuentas son venezolanos, igual que los que gobiernan.
Usted también ha denunciado purgas dentro del propio Ejército. ¿Qué ha sucedido?
Ha habido un número importante de detenciones en los últimos años y de juicios importantes por causas militares. Han sido oficiales que de alguna manera han sido acusados de haber participado en distintas rebeliones. Esto evidencia la falta de criterio único y de unión en las Fuerzas Armadas. La reacción es un malestar que existe contra el presidente Nicolás Maduro. También ha habido un incremento sustancial de oficiales que han sido víctimas de torturas y de persecución por parte de los organismos de inteligencia venezolanos. Hay una falta de cohesión en torno al Gobierno.
La idea más extendida es que los militares son leales al Gobierno de Maduro.
Es un mensaje que ha intentado lanzar el oficialismo, pero estos juicios y estas persecuciones dicen cosas distintas. Ha habido mucha intimidación sobre las Fuerzas Armadas y un miedo hacia la reacción de los militares ante las políticas públicas del presidente Maduro.
¿Considera que se ha agravado el riesgo de un conflicto armado entre la población?
Lo que hemos visto son ciudadanos en las calles expresándose contra las políticas del señor Maduro y que han recibido del otro lado una gran represión. Cualquier conflicto de violencia interna de cualquier intensidad no sería descartable. Dios quiera que no se dé y se consiga una solución de carácter político. Hay muchos venezolanos que se están manifestando porque no tienen nada que perder frente a una crisis económica tan grave como la estamos viviendo con un deterioro social y político. Apuestan simplemente por la confrontación y la calle. Es un asunto muy complejo de la sociedad.
¿Cuál cree que podría ser esa solución de carácter político de la que hablaba?
Cualquier salida política que se plantee en Venezuela a día de hoy es válida. Recordemos que los conflictos políticos del mundo se han solucionado en su mayoría por días vías: la de las armas, que no es la más expedita, y por la de la negociación. Hay diferentes formas de negociación y los actores también podrían ser distintos. Una negociación bien entendida con unos actores que sean representativos, con puntos claves y con un objetivo bien definido sería la solución más adecuada para el conflicto venezolano.
Una solución política es que haya elecciones.
Pero para llegar a estas elecciones también tiene que haber una negociación. Porque a día de hoy se ha vencido el plazo para las elecciones regionales. La elección presidencial no. Hay una alteración del orden social y a esto hay que ponerle una solución. Se están generando temas políticos mucho más de fondo porque a día de hoy pareciera que hay incluso una fractura y una diferencia entre lo que es el madurismo y el chavismo. Esto agudiza la crisis porque ya no hablamos de la intermediación entre dos sectores sino que ya surgen diferentes facciones en uno y otro lado.
¿Qué condiciones se tienen que dar para que haya una nueva negociación?
El diálogo del año pasado tuvo sus defectos y hay que tomarlo como enseñanza. El diálogo debe ser de bases amplias. Deben ser los actores políticos, los representantes de la sociedad civil y la Iglesia quienes participen en el diálogo, que no puede ser única y exclusivamente para asuntos políticos. Hace falta una verdadera unión entre sociedad civil y partidos políticos.
Una especie de transición.
Podría ser una vía viable para resolución del conflicto en Venezuela. Sería necesaria una transición de bases muy amplias, con gran entendimiento y con un objetivo claro: en primer lugar, la recuperación de la institucionalidad, el fortalecimiento de la democracia y el respeto a los derechos humanos. Para que esto se dé es necesaria una muestra de buena voluntad por parte de uno de los actores, que es el Gobierno. Creo que una de esas muestras y de verdadera intención de llegar a un final feliz es con la libertad de los presos políticos. Es la oportunidad que tiene el Gobierno para dar una muestra de buena fe. A fin de cuentas los 383 presos políticos son por causas de carácter político, a pesar de que muchos de ellos han sido condenados por delitos comunes. Hay que tener en cuenta el origen del hecho que han motivado esas condenas.
El Gobierno habla de un ataque con la connivencia de fuerzas exteriores.
Hace falta un poco de madurez política y entender las nuevas formas de hacer política. El populismo ha sido un mal aliado para la negociación. Hay que hablarle a Venezuela, no hay que hablarle a un solo sector.
Existen alternativas como La Venezuela Que Queremos Todos en la que está involucrado Werner Corrales que plantean una suerte vacatio legis o justicia transicional en el país. ¿Qué le parecen?
La justicia transicional podría jugar un rol muy importante. Es difícil negociar sobre derechos humanos pero hay que ponderar valores e intereses para la reconciliación en Venezuela. Werner Corrales es uno de los hombres que mejor ha trabajado el tema de la proyección del país. Es un hombre con mucha experiencia en planificación y a quien respeto mucho.
¿La reconciliación es, por tanto, posible?
Es necesaria y fundamental. Incluso por cultura. En Venezuela estamos acostumbrados a vivir todos juntos, a mezclarnos, a compartir pobres con ricos, el obrero con el patrón… Así aprendimos y así nos formamos.
¿Echan de menos una mayor intervención de la comunidad internacional en Venezuela?
Creo que la comunidad internacional va a jugar un papel protagonista en los próximos días sobre la resolución del conflicto político y social. Venezuela es un país estratégico desde el punto de vista de la geopolítica, con una posición muy importante. Y, desde el punto de vista económico, es un país que cuenta con grandes recursos y, lo más importante de todo: con unos ciudadanos dispuestos a construir un mejor país.
Suscríbete y apóyanos «Por un mundo más humano, justo y regenerativo»
Gracias por leer Cambio16. Vuestra suscripción no solo proporcionará noticias precisas y veraces, sino que también contribuirá al resurgimiento del periodismo en España para la transformación de la conciencia y de la sociedad mediante el crecimiento personal, la defensa de las libertades, las democracias, la justicia social, la conservación del medio ambiente y la biodiversidad.
Dado que nuestros ingresos operativos se ven sometidos a una gran presión, su apoyo puede ayudarnos a llevar a cabo el importante trabajo que hacemos. Si puedes, apoya a Cambio16 ¡Gracias por tu aportación!