Por Cambio16
17/02/2017
El mundo ha conocido historias e imágenes de villas olímpicas que han caído en la debacle y el deterioro luego de ser los epicentros de la gloria deportiva. Así pasó en Atenas 2004 (la crisis financiera) y en Sarajevo 1984 (la guerra civil), ambas por razones comprensibles, hace más de diez y treinta años atrás.
Hoy la historia vuelve a repetirse en la Villa Olímpica en Río de Janeiro, a tans solo seis meses después de los juegos olímpicos. Diversos medios del mundo han divulgado las imágenes del lamentable estado de las instalaciones que albergaron a Río 2016, con gráficas tan dolorosas como la del estadio de fútbol Maracaná (el más grande y un de los más importantes del mundo) transformado en un campo de tubérculos porque simplemente no había dinero para pagar la factura de la luz, y sin muchas sillas fueron robadas.
«Hay cosas que se pueden ver en la superficie que están dañadas, como la hierba y los asientos, pero lo que más nos preocupa es la seguridad de las personas que vienen al Maracanã (…) necesitamos asegurarnos de cosas como que el techo del estadio no les caiga en algún momento en sus cabezas» dijo un trabajador del complejo a CNN.
Otras instalaciones, como el Parque Olímpico y la Arena Carioca, no presentan mucho mejor aspecto, y lo mismo se puede decir del Estadio Olímpico Acuático que sirvió de escenario de los oros del nadador estadounidense Michael Phelps. Ahora, en lugar de los mejores nadadores mundiales, el fotógrafo solo tiene ante la cámara las grandes grietas del suelo de la piscina.
Estadio Olímpico Acuático
Estadio Maracaná
Estadio Olímpico Acuático
Arena Carioca
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