El Barça venció en Praga al Slavia con mucho sufrimiento, 1-2, gracias a la buena actuación de Messi y de Ter Stegen. La última vez que Lionel Messi había visitado la ciudad de Praga, el argentino marcó un hat-trick al Viktoria Plzen en una de sus tantas noches mágicas. Y, esta vez, ante el Slavia Praga, el 10 azulgrana volvió a aparecer. Solo necesitó 165 segundos para marcar. Él mismo se fabricó el gol: recuperó, se la dejó a Arthur, quien pausó y vio el camino para devolvérsela a Messi, que remató al segundo palo.
Se repartieron las sonrisas y los abrazos, y la noche, como aquella del 2011, pintaba para una exhibición. Pero aquellos eran otros tiempos. Messi es tan bueno como hace 8 años, capaz hasta mejor. Y a su compañía, aunque diferente, tampoco le falta calidad: Arthur, De Jong, Busquets, Griezmann, Suárez, Ter Stegen.
Con este gol, Leo ya le ha marcado a 33 equipos diferentes en la Champions League, empatando el récord de Cristiano y Raúl. Asimismo, es el primer futbolista en marcar en 15 ediciones de Champions consecutivas
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Pero este Barça, por seguir otra idea y por estar empezando un ciclo nuevo, quizás, es más terrenal. Al menos, lo suficiente para que el Slavia Praga, que ya le había empatado al Inter en Milán, encontrara los caminos para llegar a Ter Stegen. Los locales pudieron encontrar los espacios en zaga visitante, especialmente al recuperar, y el alemán una noche más, se puso el traje de héroe.
Primero, desvió con el pie un disparo de Sevcik, que se había colado en el punto penalti y ya tenía el gol cantado. Con el susto, el Barcelona respondió con nuevas ocasiones de Lenglet, que le dejó el disparo a Kolar, y Luis Suárez, que se combinó muy bien con Semedo, sorpresivamente el lateral con más proyección de la noche.
Pero Ter Stegen todavía tuvo que intervenir y detuvo disparos de Stanciu, Masopust y Olayinka. El primer tiempo terminó con un chut cruzado de Masopust, lo que no dejaba dudas de que el Barcelona la estaba pasando mal. Y el mal momento se confirmó en el segundo tiempo cuando Boril definió ante el alemán tras una pared con Masopust.
Al Barça, muy pasivo, las cosas se le ponían cuesta arriba. Especialmente con la presión alta del Slavia. Hasta que una falta de Masopust cerca del área le devolvió las esperanzas. La cobró Messi, le cayó a Suárez, que la estrelló en Olayinka, y la pelota entró. Es el séptimo gol en propia puerta para los azulgrana desde la 17/18. Suárez, mientras tanto, sigue sin marcar como visitante en Europa.
Los catalanes, especialmente gracias a Messi, intentaron ampliar la ventaja. El rosarino se comió una clarísima ante Kolar, mientras que un chut de Suárez también se fue fuera por poco. Griezmann, apagado, salió a los 69 minutos y entró Dembélé, que se combinó bien con el uruguayo.
Sin embargo, el peligro no había acabado para los azulgrana. De nuevo, Ter Stegen fue providencial para despejar con el puño otro remate de los locales. Trabajó hasta el final, hasta 9 tiros a puerta tuvo el Slavia Praga. Sufrió de lo lindo, pero, entre Ter Stegen, Messi, y algo de fortuna, el Barcelona es líder de su grupo.
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