Elisabeth Winkler (dpa)
¿Qué ocurre cuando ciertos datos personales o fotos embarazosas que no queríamos compartir acaban en Internet? ¿Cuáles son las opciones para borrarlos o hacer que se eliminen? “Nadie puede publicar fotos mías sin mi consentimiento. Quien lo hace, viola mi derecho a la propia imagen, que forma parte de los derechos de la personalidad”, explica el abogado alemán Jonas Jacobsen.
El experto en derecho informático y propiedad intelectual explica que en Alemania (también en España) el derecho de la personalidad está regulado por la Ley de Derechos de Autor, que prohíbe taxativamente la publicación de fotos de otras personas por parte de terceros.
“Sin embargo, hay que distinguir entre publicación y producción. En principio, el consentimiento solo es necesario para la difusión o exhibición pública, pero no para la producción en sí”, señala Jacobsen. Sin embargo, hay excepciones. Por ejemplo, si una persona es fotografiada como parte de un grupo en una manifestación, la foto puede publicarse sin consentimiento.
Los casos que no son tan claros –por ejemplo, si la persona solo se ve en el fondo de una foto, pero es claramente reconocible– tienen que ser sopesados individualmente. “El alcance de la protección del derecho de la personalidad tiene límites. En particular, puede restringirse en favor de los derechos fundamentales de otras personas, como la libertad de prensa y la libertad de opinión”, añade.
Con ley o sin ella, según Rebekka Weiss, de la asociación alemana del sector de tecnología informática Bitkom, es imposible evitar completamente que imágenes o información no deseada acabe en Internet. “En última instancia, todo lo que he compartido con terceros o todos los contenidos consultados a través de un acceso no autorizado a mis dispositivos puede llegar a Internet”. La experta especifica que lo mejor es evitar crear cierto tipo de material, como fotos de desnudos.
Limitar el acceso a los contenidos que se publican también puede ser una buena idea, aconseja Michael Littger, director general de una iniciativa alemana de seguridad en la red. Por ejemplo, un perfil de Instagram puede configurarse como privado o, alternativamente, se puede habilitar el acceso solo para determinadas personas. “De este modo, se puede evitar que las fotos que se suben sean utilizadas de forma indebida por extraños”, apunta.
Quien quiera saber qué fotos e información sobre su persona circulan por la red, puede ingresar su propio nombre en un buscador o configurar una alarma que le informe por correo electrónico resultados de búsqueda. Un procedimiento similar también da buenos resultados en las redes sociales. Sin embargo, en la mayoría de los casos, la forma más rápida de enterarse de la existencia de fotos embarazosas es a través de los amigos y familiares con los que uno está conectado en las redes sociales.
¿Qué hacer si se encuentra en la red una foto comprometedora de uno mismo y se quiere que desaparezca o eliminarla lo antes posible? “Primero habrá que dirigirse a la persona responsable y pedirle que borre la foto o cambie la publicación”. La mayoría de las veces, las fotos desagradables se suben a las redes sociales de forma irreflexiva y sin mala intención.
El abogado Jonas Jacobsen añade que también es importante no solo pedir la eliminación, sino que además no se vuelva a subir la imagen. Para ese fin, los afectados deben dirigir una advertencia escrita al operador de la web o plataforma y, llegado el caso, a la persona que subió el contenido.
Cuando se trata de contenidos en plataformas como Instagram y Facebook, siempre es sensato y legalmente necesario contactar directamente a la plataforma. Por regla general, solo es responsable de la infracción cuando tiene conocimiento de ella.
En Facebook e Instagram, esto se puede hacer a través de la función “Reportar”. Un usuario que ha sido marcado en una foto por otra persona puede eliminar la etiqueta por su cuenta. En “Configuración del perfil” y “Comprobar publicaciones y etiquetas” también se puede establecer que las etiquetas de las fotos de otros usuarios no se añadan al propio perfil sin aprobación.
Sin embargo, a menudo no basta con eliminar las fotos desagradables en el lugar donde se subieron por primera vez. Esto puede tener varias razones: tal vez la foto se haya vuelto a publicar en otros sitios o se haya subido a un blog privado y el operador se niegue a borrarla.
En este caso, se puede pedir a los motores de búsqueda que eliminen el resultado de la búsqueda, explica Rebekka Weiss. Esto es muy eficaz, aun cuando la propia publicación no se elimine: “Si una publicación no aparece en Google u otro buscador popular, será muy difícil encontrarla en Internet”.
Además, prosigue Jacobsen, la gente tiene derecho a la autodeterminación informativa. Los motores de búsqueda Google y Bing ofrecen sus propios formularios para estas solicitudes de eliminación.
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