Por Cambio16
27/12/2017
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El 92,4% de las contrataciones de jóvenes menores de 30 años fueron de carácter temporal. La temporalidad afecta al 48,9% de la juventud ocupada. Sólo el 19,4% de la juventud española se ha emancipado. Un semestre más se repite la pauta que viene reproduciéndose desde finales de 200. Se trata del retraso continuo del momento de abandonar el hogar familiar por parte de la población joven.
En el primer semestre de 2017, solo el 19,4% de las personas de 16 a 29 años está emancipada. Más de 8 de cada 10 jóvenes sigue viviendo en casa de sus padres. Pero además el 37,6% está en riesgo de pobreza o de exclusión social. Son datos del último boletín del Observatorio de Emancipación del Consejo de la Juventud de España (CJE). Estos datos evidencian la gravedad de la situación de vulneración que viven los jóvenes. También la pasividad e incapacidad de nuestros dirigentes para atajarla. Así se expresa Víctor Reloba, vicepresidente y responsable del Área Socioeconómica del CJE,
Contrataciones de jóvenes
El CJE pretende alertar y denunciar las condiciones laborales y sociales de las contrataciones de jóvenes. Unas condiciones que se traducen en la imposibilidad de desarrollar un proyecto de vida propio e independiente. Esto se debe a la precariedad que caracteriza las contrataciones de jóvenes. También a la dificultad para acceder a una vivienda, ya sea en propiedad o en régimen de alquiler.
La precariedad, traducida en temporalidad, parcialidad y sobrecualificación, es la principal lacra. La tasa de paro de las personas menores de 30 años alcanza el 29,7%. El 92,4% de las nuevas contrataciones realizadas a jóvenes de 16 a 29 años fueron de carácter temporal. Así figura en los datos del Servicio de Empleo Público Estatal (SEPE). Los contratos indefinidos sólo fueron el 7,6%, lo que provoca que un 48,9% de la juventud que trabaja es temporal. Además, el 47,7%% desempeña trabajos por cuenta ajena de menor cualificación a la que realmente posee.
Acceso a la vivienda
Una persona joven debería destinar el 60,8% de su salario para poder adquirir una casa en propiedad. Así, debería cobrar 4,3 veces su salario solamente para hacer frente al importe de la entrada de una vivienda en régimen de compraventa. Si optamos por el alquiler, el incremento producido en este periodo también hace inviable esta fórmula. Una persona joven necesita el 85,4% de su sueldo para alquilar un piso.
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