Por Cambio16
17/11/2017
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Murió La Bestia. El capo di capi. El asesino psicópata de la mafia italiana que le echó un pulso al Estado y perdió. Salvatore Totò Riina ha muerto en la prisión de Palermo. El mafioso más sanguinario de la Cosa Nostra siciliana falleció un día después de cumplir los 87 años.
Conocido entre otros apodos como La Bestia, Riina fue el responsable de más de un centenar de asesinatos. Ordenó la muerte de más de 3.000 personas. A pesar de su pequeña estatura, se convirtió en el hombre más temido de Italia. Su principal actividad delictiva se desarrolló durante los años 80 y 90.
Los hilos de Cosa Nostra
Acabó con las bandas rivales y combatió al Estado italiano, al que desafió en numerosas ocasiones. El enfrentamiento tuvo su punto culminante con el asesinato de los jueces antimafia. La muerte de Giovanni Falcone y Paolo Borsellino fue el principio del mafioso y de su clan.
Riina ha seguido moviendo los hilos de la Cosa Nostra desde prisión. Durante los últimos meses, La Bestia vivía postrado en una cama o sentado en una silla de ruedas debido a su delicado estado de salud. A sus 87 años, estaba enfermo de cáncer, tenía problemas cardíacos y sufría párkinson.
Durante el pasado verano se desató la polémica ante la posibilidad de que las autoridades permitieran su salida de prisión para que pudiera morir en casa. Finalmente, eso no se produjo y Riina ha muerto en la prisión de Palermo.
Derecho a morir fuera de la cárcel
La presidenta de la comisión Antimafia del Parlamento italiano, Rossi Bindi, rechazó la liberación o el arresto domiciliario de Totò. Alegó que estaba recibiendo la asistencia médica necesaria. Según Bindi, no existe un “derecho a morir fuera de la cárcel: no lo dice ninguna norma”.
Para Bindi, a pesar de su delicado estado, Riina seguía siendo peligroso. «Ha sido y sigue siendo el jefe de Cosa Nostra, de acuerdo a las reglas mafiosas”. De hecho, recordó que cuando se le ha permitido compartir la “hora de aire” con algún otro mafioso -cuyas conversaciones fueron grabadas-, comenzó a dar órdenes para asesinar a varios jueces.
El capo de los capos ha asistido a todos los juicios que se han celebrado contra él. Fue condenado a 13 cadenas perpetuas. Le gustaba observarlo todo, escuchar a los testigos y a los magistrados. No tomaba notas, todo lo almacenaba en su cabeza. Y después decidía qué hacer con ellos.