El presidente de China, Xi Jinping, en la 75º Asamblea de la Organización de Naciones Unidas realizada en septiembre pasado, prometió echar a andar una «revolución verde» para alcanzar la neutralidad de carbono en 2060. Se comprometió a no seguir recalentando al planeta como lo hace actualmente. Sin embargo, el Plan Quinquenal no es verde.
La transición energética que le permitiría alcanzar la neutralidad en carbono requiere una economía que reduzca el uso del carbono y que la cantidad de emisiones de gases de efecto invernadero que produzcan para esa fecha no supere las que serán absorbidas por océanos y bosques de forma natural. Una promesa nada fácil de cumplir. La potencia asiática es en la actualidad el primer emisor de gases invernadero del mundo.
De hecho, la cantidad de CO2 que emite China por cada uno de sus habitantes supera la de los 28 países de la Unión Europea juntos. Por la promesa de Xi Jinping se esperaba que en el plan quinquenal del Partido Comunista de China presentado el pasado 5 de marzo mostraría un cambio sustancial y notorio en materia de política energética. Pero no ocurrió.
En ese plan quinquenal, China no se aleja del carbón y las inversiones contempladas en energía nuclear también molestaron a muchos. El plan contempla el desarrollo de más reactores nucleares y un plazo de descarbonización muy largo. De modo que las señales que ha enviado en los últimos días con estos anuncios resultan ambiguas y despiertan dudas sobre su determinación en la acción climática.
Un plan quincenal decepcionante
El plan quinquenal de China es «decepcionante y muestra pocas señales de un cambio concertado para alejarse de un futuro bloqueo del carbón», concluye Swithin Lui, del New Climate Institute y del Climate Action Tracker.
El Climate Action Tracker, un organismo de control independiente, calificó los esfuerzos de China como «muy insuficientes » para cumplir los objetivos y compromisos adquiridos en materia de soluciones climáticas en el Acuerdo de París suscrito en 2015.
Si bien es positivo el plan reitera su compromiso con la neutralidad de carbono para 2060 y con las emisiones máximas antes de 2030, hay pocas señales de que ocurrirá el cambio necesario para alcanzar l objetivo.
“Esperamos ver un límite de carbón en los planes quinquenales del sector energético y del clima más detallados a finales de este año, lo que ayudará a arrojar luz a la comunidad internacional sobre el futuro del crecimiento de las emisiones de China y sus compromisos climáticos», añadió Swithin Lui.
El director ejecutivo de Climate Analytics, Bill Hare, por su parte, considera decepcionante que China se esté centrando tanto en continuar dependiendo del carbón, del petróleo y el gas. “El mundo depende de su mayor emisor para intensificar la lucha contra el cambio climático; sin embargo, vemos pocas acciones de este tipo en el plan quinquenal presentado. No hay un camino claro para que China alcance su compromiso neto cero. El gobierno de XI debería revisar y fortalecer su objetivo para 2030 para llevar sus emisiones a ese camino», advierte.
70 gigavatios más equivalen a 20 nuevos reactores
El desarrollo de la energía nuclear es la herramienta clave que China anunció al presentar sus planes de reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero y combate al calentamiento del planeta
Promoverá la construcción de más plantas de energía nuclear y ampliar en 70 gigavatios su capacidad de generación nuclear, según el plan quinquenal presentado ante el Congreso del Pueblo. Esa ampliación equivaldría a unos 20 nuevos reactores. Acelerarán la construcción de “plantas nucleares costeras de tercera generación». También reactores modulares a pequeña escala en alta mar y reactores nucleares flotantes.
El hecho de que el futuro del sector nuclear se presente con gran detalle (a diferencia de algunas de la solar y la eólica), muestra la relevancia que China le da a esta modalidad energética.
Fuentes no fósiles aumentarían 20% en plan quinquenal
Con los proyectos nucleares, China pretenden elevar un 20% la participación de fuentes de energía no fósiles en su matriz energética para el 2025. En China circuló un informe en el que autoridades aseguraban que tomarían medidas ordenadas para desarrollar su energía nuclear y garantizar su uso seguro, informó Bloomberg.
“China ha logrado avances tecnológicos en este campo en los últimos meses. China National Nuclear Power Co. comenzó a cargar combustible en el reactor Fuqing No. 5, el primero en utilizar la tecnología Hualong One de producción nacional”, precisó La Vanguardia.
“No se trata solo de preocupaciones ambientales, sino también económicas. La energía nuclear es una fuente de electricidad muy cara y la construcción de reactor requiere tiempo. Me sorprende que los políticos chinos sigan aumentando la inversión en esta fuente de energía», opina M. V. Ramana, profesor de la Escuela de Políticas Públicas y Asuntos Globales de la Universidad de Columbia Británica.
China podría convertirse en el mayor generador nuclear en esta misma década. Superaría a Francia y Estados Unidos incluso.
Energía sucia vs verde y limpia
En cuanto a la relación entre energía sucia (carbón) versus energía limpia, no hay cambios significativos. El plan quinquenal incluye una alta promoción de ambas. Y es, precisamente, el propósito de seguir impulsando el carbón (también el petróleo, el gas y la energía nuclear) lo que resulta incongruente con una «revolución verde”, como la anunciada por Xi.
Respecto al objetivo anunciado de reducir las emisiones de carbono en 18%, tampoco resultará fácil de cumplir con esa matriz energética planeada. Para llegar a esa neutralidad en carbono para el año 2060, China requerirá profundas reformas de su economía y su sistema energético. Es muy dependiente de los combustibles fósiles y, especialmente del carbón, que representa un 57,5% de su consumo de energía.
“Hay que ver cómo va a salir gradualmente del carbón”, apunta Manuel Pulgar-Vidal, de WWF, para que la comunidad internacional pueda verificar las promesas y avances de China.
Durante los últimos meses, y durante la crisis económica causada por el coronavirus, el Gobierno chino autorizó la construcción de más plantas de carbón.
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