Por Gorka Landaburu
08/12/2017
No se puede decir que Donald Trump sea un hombre que no cumple sus promesas electorales. Otra cosa es que al mundo le convenga que sea tan disciplinado. La decisión de reconocer a Jerusalén como capital de Israel nos aleja de la paz en el Oriente Medio y puede en lugar de generar mayor estabilidad en la región, dejarla una vez más al borde del abismo. Es lo que pasa cuando un incendiario se sienta en el sillón del despacho oval.
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