Por Andrés Tovar
09/12/2016
A la hora que lees esta nota, las jirafas – el animal más alto del mundo – están amenazadas por la extinción. La Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) durante la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Biodiversidad que se está celebrando este mes en México, realizó el preocupante anuncio, informando que ha decidido incluir las jirafas en la lista de especies amenazadas del planeta y las ha calificado como «vulnerables«. De este forma, el animal subió dos peldaños en la escala de peligro de extinción.
Sus cifras de población han disminuido 40 por ciento en que los últimos 30 años, precisó la UICN, quien mantiene y sustenta una «lista roja» de las especies, un compendio mundial completo del estado de conservación de 85.604 especies con el objetivo final de hacer seguimiento de 160.000 especies, amenazadas o no, para crear un » barómetro de la vida» silvestre que permita hacer un seguimiento de las tendencias de la biodiversidad en todo el mundo. La lista tiene siete categorías, que ascienden al límite aterrador: preocupación menor, casi amenazada, vulnerable, en peligro crítico de extinción, extinta en la naturaleza, y, por último, extinguido.
En la nueva actualización de la lista, la UICN ha movido a las jirafas de la categoría de «preocupación menor» a «vulnerable», citando la pérdida masiva de la población. (Vulnerable es definido como «que enfrenta un alto riesgo de extinción en estado silvestre en el futuro a medio plazo»)
En 1985, las jirafas – que sólo se encuentran en las sabanas de, Este, Sur y centro de África – sumaban más de 150.000 ejemplares. Ahora, no se cree que lleguen a más de 97.500.
¿Por qué este descenso?
No hay sorpresas aquí; la UICN informa que es debido a la actividad humana.
La población humana en crecimiento está teniendo un impacto negativo en muchas subpoblaciones de jirafas. La caza ilegal, la pérdida de hábitat y cambios a través de la agricultura y la minería en expansión, el aumento de los conflictos entre humanos-vida silvestre, y los disturbios civiles están presionando a la especie hacia la extinción. De las nueve subespecies de jirafa, tres han aumentado su población, mientras que cinco muestran decrecimientos y una es estable.
Julian Fennessy, co-presidente de la UICN, define el fenómeno como una «extinción silenciosa (…) Las jirafas son vistas comúnmente en un safari, en los medios y en los parques zoológicos. Sin embargo, su ubicuidad en la cultura popular, y su estatus de icono en los parques zoológicos, no se ha traducido a la conservación de la naturaleza.
«Como uno de los animales más emblemáticos del mundo, ha llegado el momento de que nos colgemos del cuello de la jirafa antes de que sea demasiado tarde», dice.
Se están tomando algunas medidas para revertir los descensos. En noviembre, la UICN adoptó una resolución para llamar a la acción para salvar a las jirafas restantes, incluido el aumento de la financiación y el seguimiento de la especie.
Los descensos de la población de jirafas no son la única noticia de la UICN en la actualidad. El grupo también ha añadido recientemente 742 especies de aves recién descubiertas a su lista roja. Un 11 por ciento de estas aves recién descubiertos ya están en peligro de extinción. «Muchas especies están escapando antes de que podamos describirlo», dijo el Director General de la UICN, Inger Andersen, en un comunicado de prensa.
El mundo está siendo testigo presente de cómo va desapareciendo el reino animal. Un caso emblemático es la mortandad masiva de los anfibios, una tendencia particularmente preocupante dado que las ranas sobrevivieron la extinción de los dinosaurios. Una estimación conjunta del Fondo Mundial para la Naturaleza y la Sociedad Zoológica de Londres afirma que el mundo perderá dos terceras partes de los animales salvajes que tenía en 1970 para el año 2020 (en términos de número de la población).
Los científicos están temiendo que estamos viviendo en una época de «extinción masiva», con pérdidas de animales no vistos desde la decadencia de los dinosaurios. Con noticias como la vulnerabilidad de las jirafas, es difícil no creerlo.