Por EFE
La intervención de urgencia del banco central chino de este martes ha frenado el desplome de las bolsas asiáticas, que suavizaron sus caídas en China y Hong Kong y se recuperaron en el resto del continente.
En una jornada muy volátil y con continuos altibajos, en la que la evolución de los índices de referencia volvió a asemejarse al perfil de una montaña rusa, la gran mayoría de los selectivos continentales cerraron al alza, excepto los de Shanghái, Shenzhen y Hong Kong.
El «doble recorte», de tipos de interés y coeficiente de caja, anunciado por el Banco Popular de China (banco central) surtió efecto y, a pesar de que no consiguió que las bolsas del país regresaran al verde, sí atajó la sangría y devolvió la confianza en la segunda economía mundial a los inversores internacionales.
Plazas bursátiles como Tokio, Seúl y Taipei dejaron atrás los números rojos a los que se habían acostumbrado estos días, como ya hicieron ayer las bolsas europeas, que sin embargo volvieron a bajar en la apertura.
Los parqués chinos registraron fuertes oscilaciones y alternaron las ganancias y las pérdidas, pero se movieron durante toda la sesión en porcentajes más moderados que los de los últimos días.
Así, el índice general de la Bolsa de Shanghái, el de referencia en los mercados de valores del gigante asiático, perdió un 1,27 % para terminar instalado por debajo de la barrera psicológica de los 3.000 puntos a la que retrocedió este martes con un desplome de un 7,63 % precedido del de un 8,49 % del lunes, su peor jornada en ocho años.
En la Bolsa de Shenzhen, la segunda del país, la caída fue mayor, de un 2,92 %, aunque también alejada de los severos correctivos de las dos jornadas previas.
La Bolsa de Hong Kong, que el pasado martes ya avanzó un 0,72 % y detuvo una racha de siete jornadas consecutivas con fuertes caídas, perdió un 1,52 % siguiendo la estela de los mercados del gigante asiático, con los que está parcialmente hermanada a través de la conexión con Shanghái, que también tramita con Shenzhen.
En Tokio, el índice Nikkei cerró con una subida de un 3,26 % que rompió la racha de seis jornadas de pérdidas y olvidó los sinsabores que le llevaron este martes a su nivel más bajo en casi seis meses.
La Bolsa de Seúl, que a la preocupación por el contexto económico internacional sumaba recientemente la incertidumbre interna por las tensiones militares entre las dos Coreas, avanzó con firmeza un 2,57 % y encadenó su segunda sesión de ganancias.
En el resto de la región Asia-Pacífico, hubo claramente más cierres con ganancias que pérdidas, y así hubo subidas en Vietnam (3 %), Malasia (1,05 %), Australia (0,69 %) y Filipinas (0,53 %) y Taiwán (0,52 %), mientras que Singapur (-0,46 %) y Tailandia (-0,29%) registraron bajas moderadas.
El denominador común de todos estos ascensos es el alivio generado por las medidas del banco central chino, que en plena crisis bursátil volvió a relajar la política monetaria para estimular el crecimiento de la potencia asiática y calmar a los mercados.
Los analistas del banco español BBVA para China interpretan este movimiento como un intento de las autoridades de «rescatar» a los parqués y recordaron que la última vez que se adoptó el «doble recorte», a finales de junio, la racha bajista de las bolsas continuó, por lo que consideran «cuestionable» su efectividad.
Las bolsas chinas bajan porque el anterior ajuste en el precio de los valores se vio interrumpido por la intervención de Pekín en el mercado y «estas intervenciones no pueden deprimir artificialmente las fuerzas del mercado para siempre», explica el BBVA en una nota.
Asimismo, las recientes devaluaciones del yuan agravaron las dudas de los inversores internacionales sobre la segunda economía mundial y atribuyeron a esa razón que, a diferencia de la crisis de junio y julio, el actual desplome chino hay tenido un fuerte impacto en otros mercados, según los analistas.
El banco estadounidense JPMorgan anticipó que las medidas del banco central chino calmarían a las bolsas, puesto que estas iban a la baja, en parte, por la expectativa de que el regulador hubiera actuado antes ante los signos de ralentización del gigante asiático.
A todas las incertidumbre suscitadas en torno a China respondió también el primer ministro del país, Li Keqiang, quien confió en que la segunda economía mundial cumpla con los objetivos económicos que el Gobierno fijó para este año, a pesar de que admitió que se está viendo afectada por la crisis bursátil global.
«China tiene la confianza para alcanzar sus principales objetivos de desarrollo para este año bajo las adecuadas medidas de reforma para estabilizar y reestructurar la economía», dijo Li, en declaraciones que reproduce hoy el diario oficial China Daily.