POR CAMBIO16
16/06/2017
- Trump anunciará este viernes su política hacia Cuba
- Trump puede revertir las políticas de Obama hacia Cuba. ¿Pero valdría la pena?
Donald Trump se ha propuesto llegar a Miami en un avión, pero que bien podría ser una máquina del tiempo. En un discurso pautado para este viernes, el presidente de Estados Unidos anunciará lo que a todas luces será la reversión de la «normalización» de relaciones con Cuba que emprendió Barack Obama en los últimos años de su legislatura, levantando un tema sellado casi herméticamente desde las décadas de la Guerra Fría. Y, como en aquel entonces, la política de mano dura con Cuba podría ser un regalo a Moscú, o una nueva puerta que Trump le abre a Beijing, lo cual se está convirtiendo casi en una constante.
El Miami Herald y Político están confirmando lo que viene sonando desde hace semanas: la decisión de Trump de restringir el comercio y poner limitantes a los viajes a Cuba no está siendo impulsada por las preocupaciones de política exterior, los intereses comerciales o los derechos humanos. En su lugar, dos legisladores cubanoamericanos conservadores, Mario Díaz-Balart y Marco Rubio, han sido la fuerza detrás del cambio, instando a un pequeño grupo de expertos aliados de Trump a revertir la política sin mayor participación de otros legisladores y contra toda las objeciones de todas las otras agencias gubernamentales involucradas en la política hacia Cuba.
Se espera que las reversiones a los viajes turísticos a Cuba haga más difícil el establecimiento de negocios con empresas cubanas controladas por el Estado, que incluyen hoteles, operadores turísticos, y restaurantes, así como los productores de bienes de exportación de lujo como puros y ron. Tal medida aumentaría los riesgos legales para cualquier viaje de EEUU a Cuba, pero queda por ver hasta qué punto las reglas finales afectarán a los viajeros.
Sin embargo, la Casa Blanca no tiene la intención de cerrar la embajada de Estados Unidos o terminar las relaciones diplomáticas con Cuba, que está empezando un lento distanciamiento de las posturas radicales después de la muerte de Fidel Castro el año pasado. También se cree que se verá afectada la decisión de la administración Obama de permitir que los cubano-estadounidenses envíen remesas sin límites a sus familiares en la isla.
La medida no deja de tener sus bemoles. Fuentes de la Casa Blanca dijeron a Político que varios funcionarios detrás de la política estaban «preocupados de que algún término de las negociaciones caigan en manos de agentes extranjeros, entre ellos Rusia, que tiene una larga amistad con el gobierno de los Castro».
Pero la mayoría de los observadores de la política exterior piensan que Rusia tiene más que ganar si EEUU restringe los lazos con Cuba en vez de expandirlos. Sin dinero en efectivo de los turistas y empresas de Estados Unidos, la isla va a depender cada vez más de Rusia como un patrón económico, especialmente con una Venezuela, otro aliado incondicional de Cuba, desmoronándose.
“Si nos retiramos y vuelve a una política de aislamiento, dejamos el campo abierto no sólo para los rusos, sino también para los chinos, que también está realmente interesados en construir una mayor influencia en Cuba» dice William Leogrande, un experto de la Universidad Americana de América Latina.
En los últimos años, Rusia ha perdonado mil millones de dólares de la deuda cubana y se ha convertido en un importante proveedor de petróleo para la isla una vez más. La cooperación militar entre los dos países, incluyendo una base rusa a 90 millas de la parte continental de Estados Unidos, podría ser el siguiente en el orden del día. Reminiscencias de la Guerra Fría, pues.
“Una alianza militar estrecha entre Rusia y Cuba podría tener consecuencias graves para la seguridad de Estados Unidos”, dijo el senador estadounidense Patrick Leahy en un artículo de opinión. “Una manera obvia para mitigar la influencia rusa en nuestro hemisferio es aumentar la colaboración con Cuba».
Los grupos de derechos humanos tampoco están muy contentos con la causa se invoca como motivo de la reversión. A pesar de que reconocen los abusos por parte del gobierno cubano, dicen que estrechar las relaciones entre EEUU y Cuba ha mejorado la situación, y que el fin de la apertura no tendrá beneficios obvios.
“Estoy en La Habana ahora, y una cosa es clara: el pueblo cubano quiere un compromiso para continuar”, dijo Emily Mendrala, un funcionario de la administración Obama que trabajó en la normalización de las relaciones con Cuba y ahora dirige una organización que promueve el compromiso con la isla. “Sigo instando a la administración (Trump) a prestar atención a las llamadas de los cubanos y estadounidenses que abogan por la participación».
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