Por Iñigo Aduriz
07/03/2017
Ya no caben las decisiones autónomas. El PSOE y el PSC adoptarán todas las decisiones de forma conjunta. Esta es la principal conclusión que se extrae del renovado protocolo de hermanamiento entre el PSOE y el PSC suscrito ayer por los máximos dirigentes de ambas formaciones.
Javier Fernández, como presidente de la gestora de los socialistas españoles y Miquel Iceta, como primer secretario de los catalanes, dieron su visto bueno a un texto (ver PDF) que reafirma las bases del pacto que ambas formaciones mantienen desde hace casi cuarenta años y que ahora se reafirma y se fortalece con el objetivo de que no se repitan las fricciones de los últimos años que, sobre todo en materia de autogobierno y sobre la consulta catalana, han estado a punto de romper la alianza.
Así PSOE y PSC se seguirán reconociendo recíprocamente «como referentes políticos mutuos en sus respectivos ámbitos territoriales». El documento establece así que «corresponde al PSOE la definición de la posición política de los socialistas en los asuntos de naturaleza o relevancia constitucional, así como en aquellos cuya aplicación excede del ámbito territorial de Cataluña».
Los socialistas catalanes, por su parte. tendrán garantizada «su intervención mediante su participación en los órganos del PSOE, y específicamente en su Comité Federal» cuando se aborden asuntos que tienen que ver con Cataluña. Pero el PSC tendrá que aplicar en su territorio «las posiciones políticas y resoluciones adoptadas» en los órganos de los socialistas españoles, impidiendo así cualquier discrepancia.
Y, en todo caso, «la celebración de acuerdos de gobernabilidad, la política de coaliciones, pactos y alianzas electorales será analizada y consensuada en la comisión de coordinación política PSOE-PSC«. No podrá haber, así, acuerdos de los socialistas catalanes que chirríen en Ferraz.
En cuanto a la participación de la militancia en los procesos internos del PSOE, el acuerdo establece que para cada proceso congresual “se elaborará un censo en el que los militantes del PSC, que cumplan los requisitos establecidos para toda la militancia, se puedan incorporar”. Por lo tanto, los militantes del PSC, “salvo aquellos que manifiesten su voluntad de que no se les incorpore a ese censo, podrán participar en los procesos internos del PSOE, tanto para elección de la secretaría general, como para la elección de nuestro candidato o candidata a la presidencia del Gobierno”.
Fue en octubre de 1978 cuando el PSC selló el llamado Protocolo de Unidad con el PSOE para articular su relación. El partido catalán había nacido ese mismo mes de la alianza entre el Partido Socialista de Catalunya-Congrés, la Federació Socialista Catalana del PSOE y el Partido Socialista de Catalunya-Reagrupament.
En ese texto que constató la colaboración entre PSOE y PSC se establece que los socialistas catalanes son soberanos en la política catalana si bien deben coordinarse con el resto de las federaciones del Estado para hacer una política común en España. El protocolo contempla, además, la participación de los miembros del partido que ahora dirige Miquel Iceta en los órganos de dirección del PSOE como la Ejecutiva o el Comité Federal, y contempla la posibilidad de que sus diputados puedan conformar un grupo propio en el Congreso y el Senado. En la Cámara Baja utilizaron esta posibilidad entre 1977 y 1981.