Un nuevo proyecto se apoderará del Museo del Londres. Una idea que recopilará los sueños y pesadillas que han surgido en medio de la pandemia. Un espacio para ahondar en la ansiedad, el estrés o la preocupación que muchos han vivido a lo largo de este 2020, un año de constante vigilia, protección.
Con esta innovadora idea, el museo ofrece testimonios de lo que las personas han experimentado durante sus jornadas de insomnio, en medio del confinamiento. Es que la alteración de las pautas de descanso se convirtió en una experiencia aparentemente común.
Y no solo eso. También están dispuestos a recibir nuevos testimonios. La iniciativa «Coleccionado Covid» cuenta con la colaboración del Museo de los Sueños de la Western University de Canadá. Hasta el 15 de enero recibirá los aportes de voluntarios que quieran revelar las aventuras nocturnas de su subconsciente.
Guardianes del sueño
Los participantes seleccionados podrán participar en un evento virtual llamado «Guardianes del Sueño», aludiendo al concepto acuñado por Sigmund Freud, que se celebrará en febrero de 2021. Allí contarán con la participación de varios psicólogos adscritos al centro canadiense, a quienes les narrarán sus sueños.
Para aplicar en el programa, las personas deberán haber experimentado sueños más vívidos de lo normal, pesadillas desconcertantes, insomnio o cansancio al despertar. Todas estas son vivencias frecuentes tras la llegada del coronavirus, de acuerdo con un estudio que elaboró el King’s College de Londres con la empresa de investigación Ipsos MORI y que inspiró parte del proyecto del museo.
Lo que quiere lograr el Museo de Londres es explorar si la ansiedad, el estrés o la preocupación que han afectado a tantas personas durante la pandemia se pueden haber canalizado también en sueños. Estos casos ofrecerán un testimonio único sobre lo vivido este año.
El efecto de la pandemia en los sueños y pesadillas
La pandemia no solo ha transformado la jornada de sueño. También se ha inmiscuido en los sueños y pesadillas. De hecho se ha acuñado un término en inglés para denominar a lo que se sueña en este período: quarandreams. Algunos incluso se han dedicado a recopilarlos, como indica la página web Pandemic Dreams Archive. Son varias las investigaciones que han analizado los contenidos de la imaginería nocturna de las personas y han podido comprobar que el coronavirus también han llegado hasta allí.
Uno de los estudios que han analizado este fenómeno se publicó en la revista Frontiers in Psychology, a cargo de un equipo dirigido por Anu-Katriina Pesonen, de la Universidad de Helsinki, en Finlandia. Obtuvieron datos de cómo durmieron 4.000 personas durante la sexta semana de cuarentena en Finlandia. Además, 800 encuestados también contribuyeron con información durante ese tiempo.
La temática no resultó completamente aleatoria entre las distintas personas. Mediante un algoritmo, el equipo dio con 33 subunidades de contenido dentro de los sueños. De estos, 20 se clasificaron como malos sueños, de los cuales la mitad tenían temática específica sobre la pandemia.
Cuestiones como no cumplir el distanciamiento social, el contagio por coronavirus, los equipos de protección individual o distopías aparecieron en las noches de los encuestados. De acuerdo con otros estudios, algunas personas también durmieron más horas, pero de peor calidad. Les costaba conciliar el sueño o tenían pesadillas de forma más recurrente.
La pandemia y su impacto sobre el sueño
Las irregularidades en el sueño durante todos los meses de pandemia que han transcurrido han afectado a muchas personas en todo el mundo. Varias encuestas, sondeos y estudios revelan una tendencia similar: la pandemia está afectando las horas de sueño.
Algunas personas tienen problemas para conciliar el sueño todo el tiempo; otras solo duermen a ratos durante el día y la noche. Pero entre todo ese desajuste la que se está viendo afectada es la salud. La falta de sueño no solo causa malhumor, también puede aumentar el riesgo de problemas de salud crónicos como la diabetes, obesidad, hipertensión arterial, enfermedad renal, enfermedades cardiovasculares y depresión.
El sueño es un componente esencial de la función humana. Si no se satisface la necesidad del sueño del cuerpo, puede aumentar el riesgo de infecciones, de acuerdo con los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC).
Cómo afectan la ansiedad, el estrés y el miedo
El estrés elevado por la pérdida de empleo, las preocupaciones de salud y el miedo a lo desconocido afecta a las personas, causando más problemas de sueño. Michael Perlis, director del programa de medicina conductual del sueño y profesor del Departamento de Psquiatría de la Facultad de Medicina Perelman, en la Universidad de Pensilvania, asegura que el principal culpable del insomnio es el estrés.
Generalmente es un trastorno que afecta al 10 y 14% de las personas adultas. Pero los especialistas apuntan que han visto un aumento de esta cifra y creen que es una tendencia que se mantendrá, pues millones de personas en todo el mundo siguen sin empleo y el número de casos de la COVID-19 sigue aumentando.
El cuerpo y la mente, para poder descansar, necesitan estar en un «estado más tranquilo». Así lo explica Lisa Medalie, especialista en medicina conductual del sueño en la Universidad de Chicago. Pero el estrés impide que se alcance este estado, porque agita y acelera el latido del corazón.
Afrontar la ansiedad y el estrés para conciliar el sueño
Para reconciliarse con el sueño, los expertos piden abordar el estrés y la ansiedad. También consideran que por el contexto actual es importante hallar un equilibrio en el consumo de noticias que pueden desencadenar estrés relacionado con la pandemia.
El consejo es mantenerse informado pero sin exposición excesiva a noticias. Además, debe haber un tiempo solo para relajarse y participar en actividades de disfrute. Si bien el insomnio por estrés suele durar poco, sí afecta las actividades diarias. Si es una situación que se extiende, entonces lo aconsejable es visitar a un especialista médico.
De acuerdo con la mayoría de expertos, incluido el American College of Physicians, el tratamiento inicial para los problemas crónicos de sueño es la terapia cognitivo-conductual para el insomnio (TCC-I). Un enfoque personalizado que ayuda a las personas a identificar las causas subyacentes de su insomnio y adoptar comportamientos para modificarlo.
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