Por Cambio16
20/11/2017
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La compañía TransCanada Corp, se enterará el lunes, después de 9 años, si finalmente su oleoducto Keystone XL, puede atravesar Nebraska cuando los reguladores dan un visto bueno final sobre si el proyecto es en interés del estado.Si es un sí, la decisión podría impulsar nuevas acciones legales por parte de los enemigos; si no, la compañía puede apelar ante los tribunales.
Una tercera opción, aprobación pero con una ruta ajustada, podría abrir más complicaciones, precisa Bloomberg.
Mientras tanto, un derrame en la línea Keystone existente de TransCanada en Dakota del Sur provocó nuevos ataques de ambientalistas que señalaron el evento como algo que el estado podría esperar si el proyecto es aprobado. Si bien los funcionarios no pueden tomar en cuenta la seguridad del ducto o las posibles filtraciones en la decisión bajo la ley estatal, es un momento incómodo para que surja un problema de percepción.
«El momento de esta interrupción no es muy bueno desde el punto de vista de TransCanada», dijo John Auers, vicepresidente ejecutivo de la consultora de energía Turner Mason & Co. en Dallas, por teléfono.
«En teoría, no debería tener un impacto en Nebraska. TransCanada manejará este derrame muy bien y lo pondrá en marcha rápidamente. Podría ser una buena indicación de que las tuberías son seguras y pueden manejar incidentes «.
Keystone XL, en el ojo del huracán
El derrame ocurrió en el condado de Marshall, dijo la compañía en un comunicado. Se espera que la tubería existente, que puede transportar cerca de 600,000 barriles de crudo por día desde las arenas bituminosas de Alberta hasta la región central de los Estados Unidos, permanezca cerrada mientras la compañía responda. TransCanada tentativamente planea reiniciar la línea el 23 de noviembre, dijo el viernes una persona familiarizada con el asunto.
La extensión XL de 1.179 millas y $ 8 mil millones ahora ante la comisión de servicio público de Nebraska está destinada a transportar crudo de Hardisty, Alberta, a través de Montana y Dakota del Sur a Steele City, Nebraska, donde se conectaría a tuberías que conducen a refinerías cerca el Golfo de México, el corazón palpitante de la riqueza energética de la nación.
Si el proyecto es denegado, la compañía podría impugnar la decisión en la corte, abriendo otro campo de batalla para una tubería que ha estado en la agenda de TransCanada desde 2008. y en la mira de los ambientalistas.
La tercera opción, la aprobación, pero a través de una ruta alternativa, podría arrojar más incertidumbre en la mezcla para Keystone XL.
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