Los esfuerzos conjuntos por limitar el calentamiento global se encuentran en un punto frágil de la travesía. El Programa de Medio Ambiente de la ONU, en un nuevo informe, asegura que la comunidad internacional “está muy por debajo de los objetivos del Acuerdo de París”, y “sin un camino creíble hacia 1,5 °C”. Más aún, el PNUMA prevé que de continuar la actual tendencia, “la senda de emisiones de CO2 a nivel mundial llevará a un aumento de la temperatura de hasta 2,6 °C al final de siglo”.
Pronósticos inciertos en la batalla diaria por aplacar la crisis climática, desde pequeños y aislados poblados hasta grandes políticas de estado.
Reciente está el acuerdo final de la COP26, hace un año en Glasgow, de “mantener viva” la meta de limitar el calentamiento global a 1,5 °C. Sin embargo, los expertos de la ONU advierten que pese a esa decisión mancomunada “el progreso ha sido lamentablemente inadecuado”.
Las Contribuciones Determinadas a Nivel Nacional (CDN) presentadas este año toman solo 0,5 gigatoneladas de CO2 equivalente, menos del 1%, de las emisiones globales proyectadas en 2030.
“Esta falta de progreso deja al mundo a toda velocidad hacia un aumento de la temperatura muy por encima del objetivo del Acuerdo de París. Se estima que las CDN incondicionales brindan un 66% de posibilidades de limitar el calentamiento global a aproximadamente 2,6 °C durante el siglo.
Para las CDN condicionales, aquellas que dependen de apoyo externo, esta cifra se reduce a 2,4 °C. Las políticas actuales por sí solas darían lugar a un aumento de 2,8 °C, lo que destaca las implicaciones de temperatura de la brecha entre las promesas y la acción, precisa el documento.
PNUMA y el impacto de las emisiones de CO2
A pesar de ver y sentir el impacto del cambio climático de forma directa o indirecta. Y registrar los inclementes fenómenos meteorológicos extremos en 2022, pareciera que la comunidad internacional está atascada. “Estamos en una emergencia climática”, dijo Inger Andersen, directora ejecutiva del PNUMA. «Y aún así… las naciones posponen las cosas».
Insistió en que en la cumbre del clima en el Reino Unido, los estados se comprometieron a reducir drásticamente las emisiones para 2030. Pero la brecha entre las promesas y la implementación es cada vez mayor.
El Informe de brecha de emisiones del PNUMA 2022 establece que las emisiones de CO2 deben caer un 45 % por encima de las previstas en las políticas actuales de cara a 2030. Esto, para cumplir con el límite de calentamiento de 1,5 °C, marcado por el IPCC y otras entidades.
Según las políticas actuales, las temperaturas medias globales aumentarán hasta 2,8 °C, casi el doble del límite de 1,5 °C, indicó el informe. Sin embargo, lo más probable es que se produzca un aumento de 2,4 °C si se implementan los CDN actuales.
«Este informe nos dice en fríos términos científicos lo que la naturaleza nos ha estado diciendo durante todo el año, a través de inundaciones mortales, tormentas e incendios violentos. Tenemos que dejar ya de llenar nuestra atmósfera con gases de efecto invernadero», sostuvo Andersen.
Los hallazgos del PNUMA se hicieron eco en un informe sobre el «Estado del clima» 2022. Mostró que de 40 indicadores de progreso climático en sectores que incluyen transporte, energía y finanzas climáticas, ninguno está en camino de cumplir los objetivos de 1,5 °C para 2030.
Precisó que Australia, Argentina, Brasil y Canadá se encuentran entre los países que no alcanzan el objetivo de 2030 según las políticas existentes.
Ante el fracaso se impone una transformación total
La respuesta a los llamados en Glasgow para fortalecer las CDN para 2030 no ha llevado a mejoras significativas. Y muchos de los planes nacionales para alcanzar emisiones netas cero para 2050 también son a menudo «no creíbles», indicó John Christensen. Asesor senior internacional de Danish Green think tank Concito, y autor principal del informe del PNUMA.
Mientras tanto, la guerra en Ucrania y la crisis energética resultante son en parte culpables de lo que el informe llama un «año desperdiciado».
Dado que las naciones de la UE dependen a corto plazo del carbón altamente contaminante o del gas natural líquido importado para compensar el déficit de gas ruso. Esto debe revertirse rápidamente a través de un gran cambio hacia las energías renovables para evitar daños climáticos importantes, dijo Christensen.
La pérdida de arrecifes de coral y capas de hielo polar debido al aumento de la temperatura no se puede revertir a mediano plazo una vez que desaparecen. Incluso si las temperaturas vuelven a caer, explicó.
Países como Pakistán están sintiendo impactos climáticos intensos como grandes inundaciones. Mientras las temperaturas más extremas ahora también son una característica del ciclo climático cambiante en Europa, señaló el investigador. Como consecuencia, el continente experimentó calor, sequía e inundaciones sin precedentes durante este año.
«Necesitamos mantenernos lo más cerca posible de 1,5 °C», recalcó. «Pero va a ser un desafío si miras los números. Este informe del PNUMA es una señal de alerta para decir que no estamos ni cerca de encaminarnos, con una brecha importante de las emisiones de CO2.
Con el fracaso casi total de los gobiernos por implementar políticas para alcanzar los objetivos climáticos, los autores del informe del PNUMA exploraron soluciones más profundas a través de lo que Andersen denomina «transformación de todo el sistema».
Acelerar la transición energética verde
Esta «transformación de todo el sistema» incluye la descarbonización del suministro eléctrico, la industria, el transporte, los edificios y los sistemas alimentarios. Los sistemas financieros también deberán reformarse «para que estas transformaciones urgentes puedan financiarse adecuadamente», detalló John Andersen.
«Se trata de todos los países en todos los sectores, pero debe reflejar las contribuciones y circunstancias nacionales», ahondó. Además, este cambio global incluye la necesidad de que los países más ricos ayuden a los estados productores y consumidores de carbón como Indonesia o Sudáfrica a dejar los combustibles fósiles.
Según Christensen, un crecimiento explosivo de la energía renovable y la desaparición relativa de la energía fósil impulsarán esta revolución.
El impulso por la independencia energética a raíz de la guerra en Ucrania y el aumento de los precios de los combustibles fósiles también podría acelerar un «cambio más rápido hacia las energías renovables», dijo.
La Agencia Internacional de Energía también cree que la guerra podría acelerar la transición hacia la energía verde.
La expansión de la energía limpia permitirá la electrificación vital de la industria, el transporte y la calefacción y refrigeración doméstica. Apuntalando así una transformación multisectorial que reduzca las emisiones de CO2, señaló el PNUMA.
Indica la AIE que los mercados energéticos siguen siendo extremadamente vulnerables. El shock energético de hoy es un recordatorio de la fragilidad e insostenibilidad de nuestro sistema. ¿La crisis será un revés para las transiciones de energía limpia o catalizará una acción más rápida?
En algunos sectores se culpó a las políticas climáticas por contribuir al aumento de los precios de la energía, pero hay poca evidencia de ello. En las regiones más afectadas, las mayores proporciones de energías renovables se correlacionaron con precios de electricidad más bajos y mayor eficiencia.
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