Por Cambio16
16/11/2016
Uno de los mayores homenajes que se puede hacer de alguien que ha partido es acordarse de sus facetas particulares. En el caso de Robin Williams todos le reconocen su gran capacidad histriónica y su sentido del humor, porque la mayoría no le conocía de manera personal. Nadie sabía su gran benevolencia y capacidad de altruismo, lo que lo hizo durante mucho tiempo sentirse feliz.
Pero además de ese don de gentes que tuvo, fue un amante de las bicicletas y un gran coleccionista de estas. Se sabe que Williams disfrutaba de montar bicicleta y de practicar ese deporte con otras personas. Su fama y dinero le permitieron comprar todas las que quisiera y reflejar las facetas de su propia personalidad en el estilo de las que elegía, según ha dado a conocer un reciente artículo de The Wall Street Journal, titulado “Robin Williams’s Kaleidoscope of Bicycles”.
Recientemente, esta colección de bicicletas recaudó 600.000 dólares en una subasta para fines benéficos. La misma no se enfocaba en una sola versión: Su colección era legendaria, ya que comprendía todo tipo de bicicletas, de todas las formas y colores. En total habría dejado 87 bicicletas, aunque en su momento de mayor volumen de ejemplares, llegó a tener más de 100.
No discriminaba ningún tipo de bicicleta y por eso su colección incluye desde bicicletas de carrera hechas de fibra de carbono hasta algunas con formas bastante particulares y con colores excéntricos.
Quienes conocieron a Williams como ciclista saben que era fanático de este deporte, amigo cercano de Lance Armstrong y a su equipo. Además, se podía dar el lujo de “dar instrucciones cómicas a los participantes del Tour de France”, según advierte el simpático artículo.
Su familia sabe que si Williams hubiese podido observar lo que ocurrió con su colección de bicicletas, estaría feliz. Y es que en más de una oportunidad subastó algunos de los artículos de su colección para ayudar a los más necesitados o a fundaciones similares a las que se beneficiará en esta oportunidad.
Además, solía subastar también un paseo con él mismo junto con la bicicleta elegida.
Todo un aficionado.