La erupción del volcán de La Palma ha liberado a la atmósfera grandes cantidades de dióxido de azufre (SO2). Un gas sumamente tóxico para el medioambiente y la salud de las personas. Lo más grave es que en las próximas horas este gas llegará a la península ibérica y que contamine el aire de otros países de Europa y y el norte de África
El dióxido de azufre está presente en el ambiente tanto de forma natural como artificial. Las personas que viven en ciudades respiran pequeñas cantidades de dióxido de azufre. La situación se agrava porque el volcán de La Palma está emitiendo grandes y peligrosas cantidades en toda la zona de Canarias.
Los datos más recientes del Instituto Volcanológico de Canarias (Involcan) estiman que se han emitido en total unas 20.000 toneladas de SO2. Es decir, entre 7.997 y 10.665 toneladas diarias desde el domingo 19. La mayoría se encuentra en capas muy superiores de la atmósfera y puede apreciarse en forma de ligera neblina en el cielo. Sin embargo, para la gente que se encuentra cerca del volcán o que trabaje allí puede causar irritación de ojos y vías respiratorias.
El dióxido de azufre llega a la península
La cantidad de dióxido de azufre que se ha emitido por la erupción del volcán de La Palma es tan elevada que una nube llegará a cubrir buena parte de la península ibérica. El sistema europeo de satélites Copérnico informó que también contaminará casi todo el aire de Marruecos y Túnez, junto con las costas mediterráneas de Francia, Italia, Argelia y Libia.
Los expertos del programa Copérnico, un proyecto de la Agencia Espacial Europea y de la Agencia Europea de Medio Ambiente, estiman que la nube de gas tóxico entre por la región de Murcia y otras zonas del Levante y se expanda por todo el territorio español entre el jueves y el viernes. El viernes por la mañana habrá niveles más elevados en la costa mediterránea española, costa atlántica marroquí, el sur de Cerdeña, el norte de Sicilia y la costa tunecina.
La lava del volcán no ha llegado al mar. Pero en el caso de hacerlo la combinación de magma y gases puede generar fenómenos de lluvia ácida. «Los vientos alisios empujarían los gases hacia alta mar quedando recogidos por el Anticiclón de las Azores, situado en el centro del Atlántico Norte», según la Agencia Estatal de Meteorología.
Los gases son perjudiciales para la salud
El Instituto de Geociencias de Madrid alertó de que en el caso de que se produjeran lluvias ácidas «no la población no correrá ningún tipo de riesgo, serán en capas altas de la atmósfera». No obstante, cuando este gas se encuentra en proporciones mayores, sí que supone un gran perjuicio, incluso para quienes estén lejos del volcán.
Entre los peligros para la salud mencionados por el Ministerio para la Transición Ecológica y Reto Demográfico, incluyen irritación e inflamación del sistema respiratorio, afecciones e insuficiencias pulmonares, alteración del metabolismo de las proteínas, dolor de cabeza y ansiedad.
Para evitar la contaminación, los expertos recomiendan no acercarse a menos de 2 kilómetros de la zona afectada. También esperan que las personas permanezcan en sus domicilios siempre que sea posible con las ventanas y puertas cerradas. En caso de salir, hacerlo con mascarillas de polvo, gafas protectoras, y ropa que cubra todo el cuerpo. Además, sugieren limpiar constantemente las superficies, los arbustos, árboles y plantas y usar aspiradora en muebles y alfombras. De esta forma, se evitaría la acumulación de cenizas.
Peligran los ecosistemas y las edificaciones
Por otro lado, si la cantidad de dióxido de azufre presente en la atmósfera sigue aumentando, traería consecuencias negativas para la biodiversidad, los suelos y los ecosistemas forestales y acuáticos. Ocasionaría daños a la vegetación, degradación de la clorofila, reducción de la fotosíntesis y hasta la pérdida de algunas especies.
Sobre los efectos negativos en las edificaciones, el Ministerio ha dicho que el ácido presente en el dióxido de azufre reacciona con el vapor de agua y otros elementos de la atmósfera. Así se produce la oxidación y la formación de ácido sulfúrico.
Muchos agricultores podrían ir a la quiebra
Desde la Asociación Palmera de Agricultores y Ganaderos denuncian que se han perdido viñedos y cultivos de aguacates de las zonas más cercanas al volcán. Además, han alertado que si se dañan las infraestructuras hidráulicas «no se podrá regar porque el agua viene de la parte oeste hacia el sur». Todo lo que quede de lava hacia al sur no tendrá riego por lo que va a afectar a gran parte de los cultivos de plátanos (banano).
Los agricultores de un barrio colindante con una de las áreas evacuadas temen por los invernaderos que poseen en una plantación bananera con vista al océano Atlántico. El área llamada Los Llanos, ubicada justo donde se aplana la cresta de la Cumbre Vieja, tiene algunos de los suelos más fértiles de La Palma, hogar del aguacate, la papaya y otros cultivos. También hay viñedos que suministran las uvas para los vinos más populares de las Islas Canarias. “Puede que el volcán no nos mate directamente, pero va a hacer que muchos de nosotros vayamos a la quiebra”, dijo un productor vinícola.
El presidente del gobierno del Reino de España, Pedro Sánchez, que intervino ante la Asamblea General de Naciones Unidas en Nueva York, prometió que “nadie quedará desamparado” en La Palma.
Preocupación por los cultivos de plátanos
La lava podría destruir la tubería que alimenta los aspersores de la plantación. Además de que la actividad volcánica puede hacer que el agua subterránea sea inutilizable para beber, así como para el uso en el cultivo de plátanos.
La agricultura es la principal fuente de ingresos de La Palma y los plátanos son el cultivo más importante. Actualmente, existen cerca de 3.000 hectáreas con plantaciones plataneras. Y dan trabajo a más de 10.000 de los 85.000 residentes de la isla. Semanalmente se envían entre 6.000 y 8.000 toneladas de plátanos a la península y a otros lugares de Europa.
En total, 166,2 hectáreas fueron arrasadas hasta el momento y 350 edificios han sido engullidos, según Copernicus. El presidente canario, Ángel Víctor Torres, cifra en 400 las casas desaparecidas. Más de 5.700 personas permanecen desalojadas.
La Guardia Civil informó que e volcán ha entrado en zona de estabilidad y se ha aminorado la velocidad de desplazamiento de las coladas de lava de las dos lenguas principales.
El dióxido de azufre arroja más dudas que certezas
Los científicos de Involcán no saben con exactitud cuánto podría durar la colada de lava en La Palma. Estiman que podría oscilar «entre 24 y 84 días, con una media de 55 días» O lo que es lo mismo, podría seguir expulsando lava al menos hasta noviembre «o incluso llegar a diciembre”. Todo depende de la cantidad de lava que haya en la cámara magmática del volcán, un dato que se desconoce.
No es seguro ni siquiera que la lava llegue al mar. Aunque es muy improbable que el magma no tenga contacto con el agua, los expertos aseguran que de ser así, implicaría un mayor riesgo de destrucción terrestre.