Por Juan Emilio Ballesteros
12/02/2017
En tres décadas, Sacyr ha demostrado sobrada capacidad técnica y tecnológica con una firme apuesta por la innovación y la expansión internacional.
En tiempos de volatilidad y riesgo, que un valor bursátil se mantenga en tendencia de máximos crecientes y concite el interés de los inversores por la confianza a futuro que trasmite es sinónimo de credibilidad y fortaleza, los ingredientes que garantizan el éxito. Si, además, la firma que lo sostiene es un modelo consistente de innovación que da empleo a más de 20.000 personas en más de 29 países, su capacidad de gestión se erige en un referente global de confianza y responsabilidad. Sacyr, que acaba de cumplir 30 años, lidera las grandes empresas multinacionales que construyen el mundo. Su proyecto de ampliación del canal de Panamá, la obra civil más importante acometida en el último siglo, es la carta de presentación de una compañía que no solo constituye la mejor imagen de la marca España sino que es sinónimo de solvencia y eficiencia, de trabajo bien hecho, de apuesta por las infraestructuras y los proyectos industriales que configurarán la sociedad del futuro.
La expansión internacional de la compañía ha permitido a su filial Sacyr Concesiones alcanzar la sexta posición en el ranking de los gestores de concesiones de infraestructuras de transporte del mundo que realiza la prestigiosa publicación Public Works Financing (PWF). En la actualidad, Sacyr Concesiones cuenta con 36 activos en asociación público-privada distribuidos en nueve países (España, Portugal, Chile, Colombia, Italia, Irlanda, Perú, Paraguay y Uruguay) que incluyen autopistas (más de 3.800 kilómetros), intercambiadores de transportes, hospitales (más de 2.200 camas) y una línea de metro.
La innovación es el eje vertebrador de Sacyr como factor esencial para acometer todos sus proyectos, crear valor y ser la base para un crecimiento sostenible en el tiempo. El objetivo fundamental de la compañía es crear un modelo consistente de innovación que tenga un impacto real en el modelo de negocio.
Esta filosofía empresarial va más allá de proyectos puntuales o investigaciones novedosas sobre materiales y técnicas o la introducción de tecnologías de última generación basadas en la robótica y la inteligencia artificial: impregna y vertebra todos los departamentos y supone un compromiso con el talento y las nuevas tecnologías.
El mundo del futuro será un espacio inteligente en el que los servicios funcionarán a través de dispositivos interconectados entre sí. Sacyr ya trabaja con esta perspectiva, incidiendo en tecnologías que lo mismo restauran y conservan el patrimonio, para preservar el legado histórico y cultural, que activan drones para la vigilancia de obras; perfeccionan materiales plásticos reciclados para la construcción de carreteras; disponen de sensores para controlar el abastecimiento de la agua y la red de saneamiento; recurren a la nanotecnología para crear un hormigón autorreparable o a las gafas de realidad aumentada de los maquinistas de trenes para incrementar la seguridad del ferrocarril. La mayor parte de proyectos de transformación digital se estructuran en alguna de las siguientes seis grandes tendencias: movilidad, Internet de las Cosas, big data, plataformas colaborativas (incluyendo redes sociales), cloud y, por último, la robótica y la realidad virtual.
La apuesta por la innovación se visualiza de forma patente en los grandes hitos protagonizados por Sacyr, con la ampliación del Canal de Panamá, donde la firma ha liderado el diseño y construcción del Tercer Juego de Esclusas. Desde el punto de vista técnico, orográfico, geológico y climático, la obra ha superado enormes desafíos ya que se plantearon nuevos retos en los modelos de respuesta ante reacciones sísmicas, la selección de los mejores materiales y su combinación, así como en el diseño estructural más idóneo, eficiente y sostenible.
Durante el año 2016, la compañía ha celebrado el vigésimo aniversario de su presencia en Chile, donde ganó en 1996 su primer proyecto vial y desde entonces ha ejecutado proyectos de obra civil e infraestructura por más de 6.000 millones de dólares: más de 1.300 kilómetros de nuevas carreteras, además de otros proyectos hidráulicos, mineros y de edificación. En Colombia, inauguró la ampliación de la terminal de Gas Natural Licuado (GNL) en la localidad de Cartagena de Indias, fundamental para el desarrollo de Costa Caribe; en Perú, la ampliación de la refinería de Repsol en la Pampilla (en la imagen), pilar del desarrollo energético de la nación andina; la puesta en servicio la autopista chilena que une las ciudades de Concepción y Cabrero (en la imagen) de 103,4 kilómetros de longitud; la inauguración del Museo de Málaga en el Palacio de la Aduana y la del Mercado del Val en Valladolid son algunos de los hitos protagonizados por Sacyr.
Entre las adjudicaciones destacan la construcción de la gran losa de cimentación del Centro de Transporte Terrestre del Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México; la construcción de la carretera entre North Kabad y Al Salmi en Kuwait; el diseño, construcción y operación de la planta desaladora de Sohar, en Omán; la construcción y gestión de la Autopista Roma-Latina; el primer contrato vial de Participación Público Privada (PPP) de Paraguay: la construcción, rehabilitación y gestión de un corredor de 179 kilómetros entre las ciudades de Nueva Palmira y Mercedes; la ampliación de la planta cementera de Chimborazo en Riobamba (Ecuador); la puesta en marcha de marcha de una planta de cemento en el Departamento de Oruro (Bolivia); el contrato EPC llave en mano de redes eléctricas de alta tensión en la región de Antofagasta de Chile y la estación de Depuración de Aguas Residuales (EDAR) de Ibiza, entre otros proyectos.