Pareciera que el final de la pandemia está cerca. Aunque no se puede declarar victoria, en las últimas semanas los contagios a han caído en picada. Los expertos siguen pidiendo prudencia, sin embargo muchos países ya han iniciado sus desescaladas y todo apunta a que por fin damos pasos hacia la normalidad. Eso sí, una normalidad en la que hay que convivir con el SARS-CoV-2 de la misma forma que se hace con otros virus respiratorios como la gripe. Y en la que además debemos permanecer muy atentos a nuevas mutaciones.
Los epidemiólogos hablan de una “luna de miel” que comenzará tras el fin de la ola actual. Aproximadamente en un mes, si los contagios siguen bajando. En las gráficas de OurWorldinData se puede apreciar que la última ola (la más pronunciada desde el inicio de la pandemia) ha caído en picada desde inicios de mes. Se espera que los próximos meses sean tranquilos. Aunque de igual forma no se debe bajar la guardia, sobre todo en verano, cuando las personas se conglomeran más que nunca.
Hay varias razones por las que la situación epidemiológica y la narrativa de la pandemia han dado este giro en U. Principalmente por el alto porcentaje de la población inmunizada frente al virus, así como un aumento de la proporción de contagios leves y asintomáticos. Y es que la variante ómicron es increíblemente infecciosa, pero solo causa síntomas leves de resfriado en la gran mayoría de las personas.
Ómicron da esperanza sobre el regreso a la normalidad
En un artículo de Trial Site News del pasado 15 de enero la periodista Mary Beth Pfeiffer aseguró que el director de enfermedades infecciosas globales del Hospital General de Massachusetts había pronosticado el fin de la pandemia. Lo que podía ser impensable a principios de año, cuando la ola estaba en pleno auge. Según explica, el Dr. Edward Ryan hizo comentarios asombrosos y alentadores sobre la variante de ómicron que dan esperanza de un regreso a la normalidad.
Ryan dijo que “ómicron hará que los refuerzos sean innecesarios”. También que pronto la COVID-19 se unirá a las filas del resfriado común y tendremos que convivir con ella. Destacó que esta ola sería la última guerra contra el virus y hará un “modo de limpieza” donde pronto podríamos volver a la vida normal. El director del hospital concluyó diciendo que veía una primavera/verano “realmente agradable”.
Para dar esta opinión, el doctor se basó en que casi el 100 % de los contagios de COVID en el área de Boston eran ómicron. De igual forma en Nueva Inglaterra, donde la ómicron fue responsable de aproximadamente el 73 % de todos los contagios a principios de enero de 2022. Ambas son muy buenas noticias, pues la variante no tiene los efectos secundarios más graves, como la delta o la alfa, por ejemplo.
Las vacunas ayudaron a ver de cerca el fin de la pandemia
Sobre las vacunas de refuerzo, Ryan dijo que “no serán necesarias”. Ya que para cuando se libere una inyección dedicada a esta variante, la ola ya habrá terminado. A su juicio lo que hará que logremos la inmunidad y acabemos con la pandemia será la propia infección por ómicron.
Otros expertos coinciden en que las vacunas no son la respuesta para ponerle fin a la pandemia de la COVID-19. Especialmente con la variante delta aún rondando por el mundo, que seguirá infectando a las personas que han sido vacunadas.
De todas formas, la recomendación principal sigue siendo vacunarse, y es que lo más importante de ellas es que «ralentizan el proceso» de transmisión. Pero ya se ha documentado la capacidad de evasión de vacunas ante ómicron, por lo que actualmente no pueden detener la propagación por completo. Así que la inmunidad colectiva no es una posibilidad, sino quizá una variante. Una más débil que la ómicron que se transmita con facilidad en poblaciones vacunadas pero que no cause ningún efecto negativo.
La normalidad está a la vuelta de la esquina
Tras dos años de pandemia, y con varios meses en los que se paralizó por completo el mundo en todos los sectores, la gente ya ha tenido suficiente y parece que están dispuestos a continuar con sus vidas independientemente del daño que la COVID-19 pueda causar en un futuro cercano. Pero más aún cuando se trata principalmente de la variante ómicron, que parece haber llegado en el momento justo.
«Lo más probable es que pronto llevemos vidas que se parezcan mucho más a las de la primavera de 2019 que en la primavera de 2020», dijo al respecto Yascha Mounk, profesor asociado de la Universidad Johns Hopkins.
Los epidemiólogos insisten que, mientras ómicron no cause un aumento significativo en la normalidad, se desarrollará una inmunidad colectiva natural. Asimismo, las poblaciones estarán mucho mejor equipadas para manejar cualquier nueva cepa que surja. Por ahora, las personas deben vivir sin miedo y con el tiempo deben acostumbrarse a vivir con el virus, pues es la única forma de ponerle fin a la pandemia.
De todas formas, instan a no bajar la guardia por completo y, sobre todo, sincerarse ante cualquier mínimo síntoma. Si se ataca rápido lo más probable es que no cause efectos graves.
La OMS advierte de los riesgos de dar por terminada la pandemia
Aunque el descenso de contagios y de la incidencia acumulada en gran parte del mundo puede hacernos pensar que ya estamos cerca de volver a la normalidad, la OMS indica que la cifra de muertes y la población que todavía está sin vacunar aún son muy altas, por lo que en realidad estamos lejos de ese escenario.
El director general de la Organización Mundial de la Salud, Tedros Adhanom Ghebreyesus, se refirió a esta narrativa de que la pandemia está llegando a su fin debido a la alta tasa de vacunación y la menor severidad de la variante ómicron, y la calificó como «peligrosa». «La pandemia no ha pasado cuando hay 70.000 personas que mueren a la semana de una enfermedad que es tratable, cuando el 83 % de la población de África no ha recibido todavía ni una sola vacuna,» avisó en una conferencia en Múnich.
Y es que los países menos favorecidos tienen sus sistemas sanitarios saturados, la vigilancia del virus es escasa, así como las restricciones son casi inexistentes. Por no hablar de la enorme desigualdad de la distribución de vacunas, que mantiene por debajo del 10% la tasa de vacunación en algunos territorios, a pesar de la fuerte velocidad de contagio de la variante ómicron.
No es el fin, es más bien una pausa
Para Tedros, se podría hablar del fin de la pandemia cuando se cumplan tres requisitos: una mejora de la gobernanza global, más financiación para la arquitectura sanitaria internacional y el desarrollo de herramientas y sistemas más robustos para detectar y responder rápidamente a pandemias y epidemias.
Por ahora, hay que mantener viva la esperanza en vez del fin de la pandemia podríamos hablar de una «pausa» en algunos países. Sin embargo, hay que tener en cuenta que el escenario más pesimista es que el virus desarrolle una nueva variante que sea peor que la delta y nos conduzca a una situación como la de 2020 en la que la población era más vulnerable y los casos graves de la enfermedad eran mucho mayores.
Lea también en Cambio16.com:
Suscríbete y apóyanos «Por un mundo más humano, justo y regenerativo»
Gracias por leer Cambio16. Vuestra suscripción no solo proporcionará noticias precisas y veraces, sino que también contribuirá al resurgimiento del periodismo en España para la transformación de la conciencia y de la sociedad mediante el crecimiento personal, la defensa de las libertades, las democracias, la justicia social, la conservación del medio ambiente y la biodiversidad.
Dado que nuestros ingresos operativos se ven sometidos a una gran presión, su apoyo puede ayudarnos a llevar a cabo el importante trabajo que hacemos. Si puedes, apoya a Cambio16 ¡Gracias por tu aportación!