La sostenibilidad no es solo el medio ambiente. La sostenibilidad pone en el centro al ser humano –la preservación es su justificación–. Y en estos momentos donde la humanidad enfrenta grandes y decisivos retos –recesión, inflación, guerras, escasez de alimentos, pandemias, cambio climático–, cada quien debe aportar desde su propio sector, con sus recursos, con su conocimiento, con su voluntad y con su esfuerzo. Solo unidos, y con una nueva forma de pensar y actuar hacia la sostenibilidad, vamos a poder superar estos grandes retos. Sostenibilidad es abundancia.
Nosotros, en Cambio16, entendemos la sostenibilidad como abundancia. Abundancia de bienestar, de salud, de riqueza, de árboles, de peces, de aire, de vida, etc. Si hay abundancia, hay sostenibilidad. Por el contrario, cuando hay escasez, hay poco de todo y para unos pocos, eso es insostenible. ¿Quién inventó este sistema y por qué? Eso es una manera equivocada de entender la sostenibilidad.
¿Y de qué forma podemos conseguir que haya abundancia y, por lo tanto, sostenibilidad? Construyendo un mundo más humano, justo y sostenible. Así se crea un mundo mejor, empezando por nosotros mismos, conociéndonos para cambiar, haciéndonos mejores, con los valores y principios que nos puedan permitir construir ese mundo de justicia social, de igualdad, de democracia y de libertad. Nada de eso es posible si no empezamos desde el individuo. Sin una nueva conciencia y nuevos valores no podremos construir una sociedad diferente ni regenerar lo que hemos dañado del planeta. Tenemos que reconstruir desde la abundancia lo que dañamos
Ahora, más que nunca, la humanidad demanda un mundo más sostenible, tanto desde el ámbito medioambiental, como desde el económico y el social. De no lograrlo, estaremos en serios problemas. No podremos afrontar estos retos y resolver los problemas con la misma estructura de pensamiento con la que los creamos. Y ahí es donde entra la mujer, que tiene otra estructura de pensamiento y de liderazgo y es capaz, en armonía con los hombres, de encontrar soluciones y construir el nuevo mundo que supere los problemas que ahora nos agobian.
Y, como sostenibilidad es abundancia, la mujer encarna a la perfección la idea de sostenibilidad. Sin ella, no es posible la sostenibilidad. La mujer tiene el don del amor más enraizado porque es dadora de vida. Con esa energía que es el amor, conectamos con la compasión, la bondad, la generosidad, con las grandes virtudes. Y las mujeres líderes tiene la oportunidad de llevar esa energía esencial a todas las actividades en las que participan en función del cambio de conciencia. Como decía Albert Einstein, solo una bomba de amor puede salvar el mundo y la especie humana.