Los partidos políticos de Suecia acordaron incluir las emisiones basadas en el consumo dentro de sus objetivos climáticos. Esa decisión de avanzada, lo convertirá en el primer país del mundo, en dar el salto al complejo ámbito de los informes de emisiones en el extranjero.
Los objetivos climáticos nacionales se basan en informar las emisiones que se crean en el territorio de un país. En el caso de Suecia, ha utilizado esos datos para convertir en ley un objetivo de cero emisiones netas para 2045.
“La inclusión de las emisiones de consumo en los objetivos de emisión de Suecia es histórica. Y es algo por lo que muchas organizaciones han trabajado durante mucho tiempo”, dijo Karin Lexén, secretaria general de la Sociedad Sueca para la Conservación de la Naturaleza.
La activista sueca Greta Thunberg ha argumentado durante mucho tiempo que los países ricos deben asumir la responsabilidad y reducir las emisiones basadas en el consumo.
La recomendación del comité aún debe adoptarse y se deben resolver otros detalles. Como tener en cuenta las exportaciones de Suecia, la aviación y el transporte marítimo internacionales.
Las estadísticas basadas en el consumo son complicadas, ya que la falta de estándares internacionales significa que se utilizan diferentes métodos de cálculo. La falta de informes confiables sobre los procesos de fabricación intensivos en emisiones también puede sesgar los resultados.
Sin embargo, la Unión Europea de Geociencias estima que alrededor del 22% de las emisiones globales de CO2 se derivan de bienes que se producen en un país y se consumen en otro.
Suecia a la cabeza de reducir emisiones
El Global Carbon Project calcula que alrededor del 60% de las emisiones totales de Suecia se originan en el extranjero y están integradas en las importaciones. Para un país que avanza a pasos agigantados en energía limpia en el hogar, es una grieta notable en su armadura climática.
“Es de esperar que la adopción de este objetivo por parte de Suecia establezca un nuevo estándar sobre cómo abordar las emisiones de consumo. Y estimular a otros países europeos a seguir su ejemplo”, dijo el científico climático Zeke Hausfather a Climate Home News.
Mientras tanto, Elisabetta Cornago, experta en clima del Centro para la Reforma Europea, estuvo de acuerdo. “Debido a que aumenta la ambición en la acción climática, puede empujar a otros países que quieren presentarse como líderes climáticos a seguir adelante”.
Agregó que“la discusión tendrá que ir allí eventualmente. Pero no estoy segura de que otros países de la UE estén listos para cambiar su enfoque para el establecimiento de objetivos nacionales en este momento”.
Un informe de la Universidad Tecnológica de Chalmers sobre patrones de consumo informó en gran medida el trabajo del comité. Y el director del proyecto, Jörgen Larsson, señaló que cumplir el Acuerdo de París dependería de cambiar el comportamiento humano.
“Si vamos a lograr niveles de emisión realmente bajos, necesitamos invertir fuertemente en nuevas tecnologías climáticamente inteligentes. Así como hacer cambios significativos en nuestro comportamiento en lo que respecta a los bienes y servicios”, señaló.
Eso podría significar reparar electrodomésticos en lugar de comprar nuevos y caminar. Andar en bicicleta o tomar el autobús en lugar de llenar un automóvil con gasolina importada.
Muchas decisiones y muchos países con un objetivo
La decisión de los partidos políticos de Suecia de establecer objetivos para reducir las llamadas emisiones basadas en el consumo tendrá impactos en todos los sectores del país y de la región.
Una encuesta del Banco Europeo de Inversiones de 2021, precisa que el 76 % de los suecos está a favor de medidas oficiales más estrictas destinadas a cambiar los patrones de comportamiento. Eso sugiere que ese país está bien ubicado para al menos probar el objetivo de consumo.
Annika Hedberg, analista sénior del Centro de Política Europea, comentó que “objetivos como este fomentarán la medición del problema y el progreso para lograrlo”. Consideró que debería ayudar a “aumentar la transparencia y educar a las personas sobre el impacto del consumo”.
En cuanto a la tecnología, las industrias suecas están aprovechando al máximo los envidiables recursos de energía limpia para establecer fábricas de baterías. Y probar la fabricación de acero sostenible, elaborado con hidrógeno verde.
Pero las mejoras tecnológicas y de comportamiento en el país no serán suficientes si los grandes emisores de otros lugares no cumplen con su parte del Acuerdo de París. Ahí es donde entra en juego el plan de la UE de aplicar un impuesto al carbono sobre ciertas importaciones.
Suecia respalda el llamado mecanismo de ajuste fronterizo de carbono (CBAM), que entrará en vigor por completo en 2026. Y cubrirá las importaciones de cemento, hierro y acero, fertilizantes, aluminio y electricidad.
En ese sentido, Hedberg dijo que la CBAM, junto con las reglas propuestas contra la deforestación y las discusiones de diligencia debida son indicaciones de que la UE se está tomando sus emisiones en el extranjero más en serio que nunca.
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