Por Cambio16
20/12/2016
Fatima tiene ocho años e Islam siete. Ambas saludan a su madre, completamente cubierta por una burka. Llevan un abrigo y un gorro que las proteja del frío. Saben que no volverán a ver a sus padres, pero abandonan el hogar con una promesa: poder reunirse con Alá.
Convencidas por su padre de que alcanzarán el paraíso, ambas se dirigieron, el pasado 16 de diciembre a una estación de policía en Damasco, la capital de Siria, el país cuyos hijos mueren día a día en una sangrienta guerra civil.
«Allahú Akbar» (Alá es Grande), serán las palabras que pronunciarán antes de partir a su martirio. Allí, a control remoto, su padre yihadista -el mismo que las abraza minutos antes- detonará el explosivo que tiene la menor de sus hijas escondido entre su ropa.
https://youtu.be/UrApuofgPmQ
Para mostrarle al mundo que está dispuesto a todo, el terrorista -cuya pertenencia no está clara- grabó un vídeo en el cual explica lo que harán y las abraza y las muestra como el arma más letal que tiene a su alcance. «No van a tener miedo porque están yendo al Paraíso, ¿verdad?«, les susurra a las pequeñas en la primera parte de la emisión, donde están vestidas totalmente de negro.
El diario Al-Watan publicó la crónica sobre la explosión en el cuartel. Tres oficiales resultaron heridos de gravedad cuando una «niña de siete años ingresó al lugar y desde un lugar lejano hicieron detonar su cinturón de explosivos».
Había dicho que estaba «perdida» y que necesitaba el baño. En ese momento, su padre la hizo explotar.
El pasado 16 de diciembre, una explosión sacudió este viernes un barrio del sureste de Damasco y causó al menos tres heridos, informó el Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH). El atentado ocurrió en una comisaría de policía y según las primeras investigaciones fue provocado por una niña de corta edad.