Por Andrés Tovar
18/04/2017
A un poco más de una semana antes de la primera vuelta de las elecciones presidenciales francesas, el campo desordenado de sus 11 contendientes fue sacudido por un súbito aumento en las cifras de las encuestas de un candidato populista, pero no es Marine Le Pen, sino uno que está en la otra acera política: Jean-Luc Mélenchon
Bautizado por medios como Le Figaro y L’Express como «el Hugo Chávez francés» Mélenchon quiere imponer un impuesto del 100 por ciento sobre los que ganan por encima de 400.000 € – efectivamente un tope salarial – y canalizar ese dinero -asegura- en cosas como la reducción de la pobreza y la creación de empleo. Ha propuesto hacer la ya famosa y no poco controvertida corta semana laboral francesa aún más corta, pasándola de 35 a 32 horas. Al igual que muchos populistas en Europa, es otro de los «escépticos» de la Unión Europea y los acuerdos comerciales internacionales, e incluso ha propuesto sacar a Francia de la OTAN y acercarse a Rusia. Y, para hacer una aproximación a su visión sobre España, recientemente fue visto conversando con Pablo Iglesias en La Tuerka y, en varias oportunidades, el líder de Podemos ha hecho recomendaciones y ha defendido a Mélenchon en su Twitter.
¿Dará la sorpresa @JLMelenchon en las próximas elecciones francesas? Recuperamos la entrevista de @Pablo_Iglesias_: https://t.co/OIkn1zb3YW
— La Base (@LaBase_TV) April 15, 2017
Para entender el fenómeno Mélenchon en Francia recomiendo la lectura de este libro suyo con un valioso epílogo de @ManoloMonereo pic.twitter.com/5hvQ0cZm5H
— Pablo Iglesias 🔻{R} (@PabloIglesias) April 10, 2017
Y Venezuela irrumpe en la campaña francesa. Ante la evidencia de que Mélenchon puede ganar parece que algunos prefieren a Le Pen pic.twitter.com/DxswmnPaV1
— Pablo Iglesias 🔻{R} (@PabloIglesias) April 13, 2017
Mélenchon, de 69 años, es un ex socialista que dejó el partido en 2008 después de haber servido por unos 30 años en varias posiciones ministeriales. Ahora dirige un nuevo partido que está muy lejos a la izquierda de los socialistas, el «France Insoumise» (Francia insumisa). Sus seguidores se hacen llaman les insoumises. (los insumisos). Estaba atascado en las últimas posiciones de los sondeos, siendo casi completamente descartado como un competidor; pero desde la semana pasada, de repente apareció arriba en las encuestas: Ahora está empujándose con François Fillon (que ha estado sumido en un escándalo por semana) por el tercer lugar, con el 19 por ciento de los votos.
Con Emmanuel Macron, el ex banquero de centro, y la extrema derecha populista de Marine Le Pen en peldaños un poco más altos (con un 22,5 y un 23 por ciento, respectivamente), algunos observadores electorales franceses se preguntan si Mélenchon podría estar listo para una sorprendente victoria. En una era post-Brexit y post-Trump, donde el populismo está dando un vuelco a través de la política de Occidente, todas las apuestas están apagadas.
¿A qué apela Mélenchon?
El aumento de Mélenchon tiene sorprendentemente sus sus raíces en los «millenials» franceses y los galos descontentos con la globalización. Los aficionados de sus políticas incluso hicieron un juego de video llamado “Kombat fiscal” que ofrece a un Mélenchon protagonista que le tumba el dinero a los que parecen ser empresarios o políticos. Acá un vistazo (no necesita saber francés para entenderlo):
Y a Mélenchon le gusta tanto el juego que su comando de campaña lo incorporó como parte de su estrategia comunicacional.
Al igual que el Frente Nacional de Le Pen, el populismo de apelación retórica es el arma discursiva de Mélenchon. Es un orador carismático, que ha captado la atención de aquellos que les gusta el «estilo Le Pen» pero se sienten incómodos con su virulenta postura anti-inmigrante y la historia del antisemitismo del Frente Nacional. Mélenchon predica la «bondad a los refugiados», aunque en realidad no ha querido que ellos participen en Francia. (Sostiene que Francia sería mejor si los refugiados y migrantes «se quedan en su casa»).
En las últimas semanas, los mítines de Mélenchon han comenzado a atraer multitudes de partidarios: El miércoles, unos 12.000 personas salieron a una manifestación en el centro de la ciudad francesa de Lille, con los partidarios gritando, «resistencia, resistencia!» El domingo, en la ciudad francesa de Toulouse, las autoridades estimaron unas 40.000 personas agolpadas oyendo un mitin de Mélenchon y en pocas semanas ha acumulado unos 284.000 suscriptores en YouTube.
Su ascenso asusta
Ahora, los temores de que la elección presidencial podría reducirse a una segunda vuelta inesperada entre una «anti-UE» como Le Pen y otro «anti-UE» como Mélenchon – en lugar de entre Le Pen y Macron – han causado que los mercados comiencen a reaccionar negativamente: el euro ya ha comenzado a manifestarse en caída frente al dolar y el yen japonés. Los economistas y líderes empresariales, también, están reaccionando con alarma. La creciente amenaza de los partidos euroescépticos desestabilizan la unidad de la zona euro, la cual tiene como pilar fundamental la confianza.
Un líder de un grupo empresarial francés, Pierre Gattaz, dijo a periodistas que una eventual elección entre Le Pen y Mélenchon sería elegir «entre el desastre económico vs el caos económico«. E incluso, el actual presidente socialista de Francia, François Hollande, está sonando la alarma, advirtiendo del “peligro” de apoyar Mélenchon.
Pero el «Chávez francés» parece estar dichoso por el alboroto que ha generado su repentino éxito que ya vocifera: «Mi victoria electoral está siendo anunciado como el inicio de un invierno nuclear, una plaga de ranas, los tanques del Ejército Rojo y el desembarco de los venezolanos», escribió en su blog. Habrá que estar pendiente si esa «lluvia de ranas» comienza efectivamente a lloviznar.
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