Por Andrés Tovar
27/01/2017
En Israel, en el día de la memoria por las víctimas del Holocausto, sucede algo que muestra hasta qué punto muchos israelíes todavía sienten tanto el dolor del genocidio y la honra a los sobrevivientes. Las sirenas de ataque aéreo suenan en toda la nación y la gente, donde quiera que esté, deja lo que está haciendo. Eso incluye, como lo muestran estos vídeos publicados por The Jewish Standard y Times of Israel, a las personas que conducen sus coches en la vía pública.
El nombre oficial de esta fecha en hebreo es Yom HaZikaron laShoah ve-laG’vurah, lo que significa el Día de la Memoria del Holocausto y el heroísmo, una referencia al Gueto de Varsovia de 1943. El nombre es a menudo reducido a Iom HaShoah, o Día del Holocausto. Comienza al atardecer, y continúa hasta el día siguiente. Cafeterías, restaurantes, teatros y tiendas, cierran cuando la oscuridad comienza a caer, los parques infantiles se vacían, las se dispersan, se apagan las luces en los edificios de oficinas y las estaciones de televisión y radio de todo dedican una programación especial al Holocausto.
En Jerusalén, en la ceremonia anual del estado – que tiene lugar en la Plaza del Gueto de Varsovia en Yad Vashem- la bandera nacional se reduce a media asta.
Lo que está viendo en estos vídeos es una tradición anual, durante el cual se detiene toda la actividad durante dos minutos. Es un acto de respeto, tanto para las víctimas y los héroes del Holocausto, y en cierto sentido se trata de un acto de servicio. En la actual sociedad israelí, hay algo más que un recuerdo histórico. Hay cicatrices, ruidos de sirenas y silencio, mucho silencio.
La relación de Israel con el Holocausto está bien entendida. Que los israelíes lleven a cabo este ritual de Yom HaShoah cada año es un acto de recordar los horrores del Holocausto y de honrar a los que lucharon contra ella. Pero es más que eso, también es el compromiso de los judíos, hayan conocido personalmente a un superviviente del Holocausto o no, a no dejar morir la memoria y seguir contando la historia.
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