Los conocimientos y métodos de vida de los pueblos indígenas son descartados a priori, pese a que sus prácticas ancestrales son más eficaces para restaurar la tierra y para la salud humana. En el continente americano, desde Canadá hasta la Patagonia, los pueblos indígenas mantienen una labor de siglos por conservar su cultura, tradiciones y métodos de vida que tratado de aniquilar hasta quienes han enarbolado banderas para la defensa de los aborígenes.
Los indios son, y han sido siempre, guardianes de las selvas y bosques. Preservan la naturaleza y sus bondades sin ánimos mercantilistas. Sus técnicas de producción de alimentos son más productivas. Su estilo de vida conservacionista debe copiarse para preservar la salud planeta. Un estudio reciente en la publicación Frontiers ratifica que el sistema de alimentación y las técnicas tradicionales del manejo de la tierra de los pueblos indígenas son las mejores opciones para lograr la restauración ecológica.
Modelos científicos obsoletos
Investigadores del Laboratorio de Ecología Indígena de la Universidad de Columbia Británica y del Laboratorio de Investigación Histórico-Ecológica de la Universidad Simon Fraser monitorearon dos programas en los territorios de St´at imc y en Quw utsun utilizando un método que denominaron “restauración emergente”. Utilizado por ONG del ambiente, las industrias de extracción y agencias gubernamentales, ofrecen una técnica prescriptiva para la restauración y sanar la tierra sin considerar las prácticas científicas de los indígenas locales.
Los investigadores sostienen que «la restauración emergente» proviene de conceptos erróneos arraigados sobre los medios de vida y el conocimiento indígena debido a prejuicios e ideas racistas de larga data. No alcanza sus objetivos e impone desigualdades en tierras no cedidas y robadas. A menudo no toma en cuenta los principios alimentarios ni la historia de los pueblos indígenas.
La evaluación incluyó dos ciclos. Uno de perturbación y restauración; y otro la forma cómo los pueblos indígenas abordan la ecología de la restauración en las tierras ancestrales.
Pueblos indígenas y visión holística ignorados
Los sistemas alimentarios de los pueblos indígenas y sus técnicas de gestión de tierras son las mejores opciones para la restauración ecológica. Sin embargo, modelos científicos obsoletos e ideas conservadoras sobre el ambientalismo han llevado a muchos investigadores a descartar el conocimiento ecológico de los indígenas. “Una perspectiva de sistemas alimentarios indígenas proporciona un enfoque holístico para la producción, distribución y consumo de alimentos centrado en la coexistencia de los humanos con los otros seres vivos. Se prioriza un equilibrio cultural y ecológico sobre la explotación o los objetivos fijos de restauración”, afirmaron.
El primer ejemplo proviene del territorio de St at imc. En esa zona de la Columbia Británica el gobierno, los cazadores y los ganaderos ignoraron las voces aborígenes que les proporcionaban conocimientos tradicionales para la restauración de tierras devastadas por un incendio forestal. En junio de 2021, una ola de calor llegó a temperaturas récord y crearon condiciones extremas de fuego en gran parte del noroeste del Pacífico. Un incendio forestal en Mc Kay Creek destruyó con alrededor de 85 millas de bosque. Ademá, hubo 619 muertes relacionadas con el calor
En respuesta, se creó un comité técnico para facilitar las comunicaciones entre los indígenas afectados y los colonos, las autoridades canadienses y los ganaderos. Los indígenas tuvieron la oportunidad de formar parte del comité y de compartir sus ideas sobre la mejor manera para restaurar la tierra. Pero la restauración y recuperación de las tierras quemadas la lideró el gobierno en la región impulsado, en gran medida, por los valores, objetivos y prioridades de unos pocos grupos de interés. No escuchó a los indígenas. Descartó sus saberes ancestrales.
Cultivos foráneos reducen vegetación autóctona
Los ganaderos querían volver a sembrar gran parte del paisaje con especies de cultivos de plantas no nativas que reduciría la vegetación autóctona necesaria para la supervivencia de mamíferos, aves y otros animales salvajes del territorio de St at imc. La política y la toma de decisiones gubernamentales no escuchaban o descartaban de plano las voces, el conocimiento y la experiencia de los aborígenes. Observaron que los intereses de los cazadores y ganaderos no indígenas tenían prioridad sobre los valores, objetivos y prioridades estatales, especialmente cuando los intereses chocaban.
La llegada de los colonos a St at imc comenzó a finales de la con la fiebre del oro del río Frase. Condujo al establecimiento de la ganadería en los pastizales de la zona y la reducción del bosque. La deforestación, la introducción de especies invasoras a través del forraje, los incendios forestales, el otorgamiento de la propiedad de las tierras a los colonos y la expulsión de los aborígenes causaron daños en el clima y el pueblo de St at imc que contribuyeron en el incendio en Mc kay Creek.
La recuperación de tierras es importante
Los investigadores reconocieron los efectos de las olas de colonialismo pasadas y presentes, las necesidades cambiantes de la comunidad y están familiarizados con los fracasos y malas acciones del pasado. Comprender y tener compasión por los diferentes niveles de interés y conocimiento, además de de poseer recursos y las las habilidades para apoyar las iniciativas de recuperación de tierras son importantes para la restauración y mantenimiento de los ecosistemas.
“Los resultados sugieren que aplicar los sistemas alimentarios de los pueblos indígenas a la restauración ecológica puede resolver algunos de los problemas que enfrentan las políticas coloniales en contextos de restauración emergentes”, señalaron.
En Brasil, Lula también tiene la última palabra, no el saber indígena
En Brasil, los pueblos indígenas son protagonistas de primer orden. El Tribunal Supremo Federal, en septiembre pasado, declaró contraria a la ley una norma que limitaba los reclamos sobre sus tierras y, además, abría sus territorios a la minería. La norma estuvo dando tumbos durante 16 años en el ámbito jurídico, pero el Supremo Tribunal Federal dio su espaldarazo a los pueblos indígenas. La victoria duró poco. El mismo día del dictamen, el pleno del Senado aprobó un proyecto que establece otro requisito para las demarcaciones. Ahora, la palabra final la tiene el presidente Luiz Inácio Lula Da Silva. Pero, la tenencia de la tierra por los pueblos indígenas sigue en riesgo.
Desde 2017, un marco temporal estableció que solo se pueden demarcar las tierras ocupadas por los pueblos indígenas a partir del 5 de octubre de 1988. La fecha cuando se promulgó la Constitución y el artículo que reza: «A los indios se les reconoce su organización social, costumbres, lenguas, creencias y tradiciones, y los derechos originarios sobre las tierras que tradicionalmente ocupan, y el Estado federal es responsable de demarcarlas, protegerlas y hacer respetar todos sus bienes».
Los pueblos indígenas rechazan el marco temporal. Aclaran que, aunque algunos pueblos indígenas son nómadas, tienen vinculación con su territorio. Además, no los habitaban para esa fecha porque durante la dictadura militar en Brasil se expulsó a muchos indígenas de sus tierras ancestrales.
Los tres poderes obstaculizan la solución
Los senadores consideran que el marco temporal es legal y lo defienden. Afirman que Supremo Tribuna Federal hace una interpretación errada de la Constitución. Se han propuesto no permitir que las tierras en manos de la agroindustria sean demarcadas como territorios indígenas. El Senado pretende usurpar la potestad del máximo tribunal de la Unión.
Además, cuando en el juicio se evaluó el caso específico de la tierra indígena Ibirama La- Klano, en Santa Catarina, habitada por los xokleng, los kaingang y los guaraní, los indígenas impugnaron la paralización de las demarcaciones. Al final, se han impuesto los tres poderes a la vez, pero con intereses distinto y según sus competencias y prerrogativas, pero sin resolver la causa. Con la aprobación del plazo por el Senado y la Cámara, el texto estará sujeto a sanción o veto por parte del presidente Lula, que tampoco es la mejor opción. Mientras, no se demarcan las tierras y los «antiguos coroneles», devenidos en cultivadores de soja y ganaderos siguen talando la selva y destruyendo sistema ecológicos esenciales para la vidad en el planeta.
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