Son más valiosas que el oro. Constituyen la opción real de supervivencia ante una catástrofe humana o natural, lo que es común en el continente negro. Por eso las semillas de África tienen su espacio en el banco de semillas de Noruega. De su preservación depende el futuro agrícola de una región que conoce el impacto empobrecedor de las sequías y las hambrunas que le siguen.
La Bóveda Global de Semillas de Svalbard, también conocida como el Banco Mundial de Semillas, almacena 1,2 millones de muestras de semillas, que representan miles de millones de semillas individuales de una amplia gama de cultivos y plantas silvestres de todas las regiones del mundo. Está diseñada para en caso de una catástrofe apocalíptica proteger y preservar para las generaciones futuras el suministro de alimentos. Desde hace 15 años, el ADN vegetal se almacena a -18 grados Celsius en el permafrost de la isla Spitsbergen.
El aporte de África
Luego de recorrer miles de kilómetros, Mayowa Olubiyi, un científico vegetal de Nigeria, entrega un cargamento de cajas con semillas de caupí, sorgo y okra, alimentos básicos para millones de africanos; Graybill Munkombwe, de Zambia, entrega cajas de semillas del sur de África: sorgo, frijoles y arroz, material vegetal que los agricultores han estado utilizando durante generaciones, no sólo como alimento, sino también con fines medicinales y culturales.
En África existen numerosos bancos de semillas que desempeñan un papel crucial en la conservación de la biodiversidad y la seguridad alimentaria. Aunque no se dispone de una cifra exacta, se sabe que estos bancos de semillas comunitarios y regionales contribuyen significativamente a la preservación de especies locales y tradicionales, así como a la diversificación de los cultivos. Ayudan a los agricultores a enfrentar sequías, inundaciones y otros eventos climáticos extremos. Proporcionan especímenes de calidad y fomentan la resiliencia agrícola.
«Almacenarlos aquí en la bóveda significa preservar nuestro patrimonio. Si ocurre algo malo en casa, podemos recurrir a los duplicados que están almacenados aquí».
Graybill Munkombwe, Zambia
Amenazados por el cambio climático
Los bancos de semillas de África se han creado con mucho esfuerzo. Sus precarias condiciones preocupa a los científicos como Stefan Schmitz, director ejecutivo de Crop Trust. Una organización sin fines de lucro que se centra en construir y apoyar un sistema global de bancos de genes para la conservación de la diversidad de cultivos. “A menudo no están muy bien gestionados. Simplemente no tienen el dinero ni el personal. Significa que los tesoros que allí se guardan podrían perderse en cualquier momento», asiente.
No es el único peligro que corren. Los bancos de semillas en Áfricas se enfrentan a la pérdida de su identidad genética por la introducción de semillas híbridas y transgénicas. La falta de financiamiento y de apoyo gubernamental limita no solo su capacidad de almacenamiento sino también su eficacia. Los afectan el cambio climático, por la pérdida de cultivos, la disminución de la calidad de las semillas y la poca disponibilidad. Además, las sequías. Además, los constantes conflictos armados han destruido infraestructuras y sistemas de almacenamiento de semillas.
El tesoro de Svalbard
Los noruegos son muy conscientes del tesoro que resguardan en Longyearbyen, la pequeña y fría ciudad en medio del océano Ártico. La bóveda se abre tres veces al año, cuando recibe las semillas que serán guardadas dentro de la montaña.
Asmund Asdal, el biólogo noruego que se ocupa de la Bóveda Mundial de Semillas, indicó que el lote africano forma parte de las 60 cajas de semillas, de 15 bancos de semillas de todo el mundo. Su misión es sellar esas 12.000 valiosas semillas de cultivos a 130 metros de profundidad.
La bóveda de Svalbard es considera extremadamente segura. Noruega se mantiene al margen de cualquier conflicto bélico y Svalbard es una región desmilitarizada. La zona es estable desde el punto de vista geomorfológico: está libre de terremotos y volcanes. A 130 metros sobre el nivel del mar, en una mina de carbón abandonada está la bóveda resguarda de posibles inundaciones. Preserva, como copia de seguridad, el contenido de 1.750 bancos de semillas.
«Me resulta fascinante que los bancos de semillas de todo el mundo sigan confiando en nosotros y enviándonos sus semillas. Saben que aquí cuidamos muy bien su material»
Asmund Asdal, biólogo y agrónomo a cargo de la bóveda
Científicos preocupados por las semillas
Que las semillas estén a buen resguardo cobra especial importancia en la actualidad. «En tiempos de cambio climático, no podemos perder grandes cantidades de esta diversidad genética», sostiene Stefan Schmitz. La agricultura contemporánea se fundamenta en variedades y cepas de semillas seleccionadas. No obstante, la diversidad genética de las plantas ancestrales corre el riesgo de extinguirse. Para enfrentar el reto del cambio climático global, la diversidad será indispensable en los años venideros. Los parientes silvestres son más resistentes.
La Bóveda Global de Semillas tiene papel crucial en la protección de la diversidad de cultivos y es la garantía de la seguridad alimentaria para las generaciones futuras. Sus especialistas vivieron en 2016 las repercusiones del cambio climático, cuando tormentas anormalmente intensas provocaron que el agua entrara en el túnel frontal de la bóveda sellada herméticamente. Ahora es aún más segura porque se tomaron medidas adicionales.
Pero hay otras perturbaciones preocupantes que no vienen de la naturaleza. Los crecientes conflictos, las guerras y la violencia. En Siria un importante banco de semillas fue arrasado en Alepo en los conflictos que no han terminado en ese país. Los envíos de semilla de Armenia se retrasaron por las tensiones en Nagorno-Karabaj. Con el conflicto Hamas-Israel el banco de semillas de la nación hebrea está en riesgo. Incluso la invasión de Rusia a Ucrania generó inquietudes sobre la seguridad del banco de Svalbard. No obstante, sigue siendo el lugar más seguro para las valiosas semillas africanas o de cualquier otro rincón del planeta.
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