La agenda verde de la Unión Europea se presenta como una estrategia integral para abordar los desafíos climáticos. La vista la tiene puesta en la transición a una economía limpia, el desarrollo sostenible y una economía circular. Ursula Von der Leyen, reelegida como presidenta de la Comisión Europea, destaca la importancia de la iniciativa para garantizar un futuro sostenible.
El plan tiene como meta reducir las emisiones netas de gases de efecto invernadero en 55% para 2030, en comparación con los niveles de 1990. Este objetivo se logrará mediante una serie de políticas que abarcan desde la energía y el transporte hasta la biodiversidad. Von der Leyen subraya que la transición hacia una economía limpia no solo es necesaria, sino que impulsará la innovación y la competitividad en Europa. Sin embargo, la propuesta ha recibido críticas de ONG ambientalistas.
Jorgo Riss, director de Greenpeace en la UE, lamenta la «falta de concreción». Aunque celebra que «no se tire por la borda» el Pacto Verde, recalca que carece de «iniciativas nuevas sustanciales» y de coherencia. Uno de los pilares es la transición energética. El objetivo es reducir la dependencia de los combustibles fósiles y aumentar el uso de energías renovables.
Aunque parecen positivas, las medidas no son suficientemente ambiciosas ni rápidas para enfrentar la crisis climática de manera efectiva. Cuestionó el plan presentado por «ignorar los cada vez más frágiles cimientos ecológicos de los que dependen el empleo y la actividad económica». Aseguró que la propuesta está marcada por los intereses de las grandes empresas.
WWF coincide con Riss en que «a menudo se quedan cortas en cuanto a ambición y contenido». Para la directora de la Oficina Política Europea de WWF, Ester Asin, «nuestra economía y nuestras industrias necesitan una transformación fundamental, pero el excesivo interés por simplificar la legislación vigente puede abrir la puerta a que los negacionistas del clima y los antiambientalistas desechen normas ambientales esenciales que protegen a los ciudadanos».
Adaptación al cambio climático
Muchas de las críticas de activistas y ONG se centran en las propuestas en seguridad alimentaria, agua y naturaleza. Las consideran insuficientes para abordar el complejo reto al que se enfrenta la humanidad y cuyo abordaje Europa pretende liderar.
«Los signos del colapso ambiental están a nuestro alrededor: fenómenos meteorológicos extremos, pérdida de biodiversidad y deterioro de los ecosistemas. No se trata de escenarios futuros abstractos, están ocurriendo ahora. La actuación debe ser rápida y significativa para que los esfuerzos (y promesas) no se queden en papel», afirma Asin.
Explica que, «de lo contrario, no hará más que perpetuar el statu quo, aumentando aún más los costes de la inacción en materia de clima y naturaleza». Y es que en su hoja de ruta, Von der Leyen dedica apenas una página para exponer un plan europeo de adaptación al cambio climático. Pretende «apoyar a los Estados miembros en materia de preparación y planificación, y garantizar que se lleven a cabo evaluaciones periódicas de riesgos con base científica». Sin embargo, escasean los ejemplos o pistas sobre las decisiones más urgentes.
Pacto Verde
El Pacto Verde Europeo es una iniciativa política de la Unión Europea para una transición ecológica, multisectorial, sin olvidar beneficiar tanto a las personas, como al planeta y a la economía:
Neutralidad climática para 2050: disminuir las emisiones de gases de efecto invernadero en un 55 % en 2030, y alcanzar la neutralidad climática en 2050, respecto a los niveles de 1990.
Energía limpia y asequible: descarbonización de la energía, aumento de la eficiencia energética y acceso universal a la energía.
Eliminación de la contaminación: Plan de Cero Contaminación para el aire, agua y suelo, con el fin de eliminar las sustancias tóxicas emitidas.
Preservación de la biodiversidad: estrategia para la biodiversidad.
Industria sostenible y circular.
Eficiencia energética y de recursos en el sector de la construcción.
Movilidad sostenible y eficiente.
Alimentación “de la granja a la mesa”: alimentación sana de circuitos cortos.
Investigación y desarrollo: transformar los modelos productivos y financieros.
Ursula von der Leyen ha presentado varias propuestas clave para la adaptación de la Unión Europea al cambio climático, aunque estas también han recibido críticas. Una de las principales medidas es la eliminación progresiva de los combustibles fósiles. A la par, aumentar e la capacidad de energía renovable y la eficiencia energética. Este enfoque busca reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y preparar a la UE, así como a sus socios, para los impactos del cambio climático.
Además, dijo que quiere duplicar la financiación en favor de la biodiversidad, en especial, para los países más vulnerables. Esta medida tiene como objetivo apoyar la conservación de los ecosistemas y la adaptación de las comunidades a los cambios climáticos. Pero se le vuelve a pedir una acción más decidida y urgente para enfrentar la crisis climática de manera efectiva.
Economía circular
En los planes la economía circular destaca como otro componente clave. Persigue fomentar la reutilización, el reciclaje y la reducción de residuos. La UE está implementando políticas para minimizar el desperdicio y maximizar el uso de recursos. La intención es promover un ciclo de vida más sostenible para los productos. No obstante, este tipo de soluciones a menudo se quedan cortas en cuanto a contenido sustancial. La circularidad de la economía se integra dentro del plan Von der Leyen para que la prosperidad europea sea sostenible. Pero sus intenciones no se materializan en propuestas concretas para llevar a cabo esa transformación total de la industria europea.
Otra iniciativa es la implementación de políticas para mejorar la gestión del agua y la protección contra desastres naturales. Estas medidas se dirigen a aumentar la resiliencia de las infraestructuras y las comunidades frente a eventos climáticos extremos. Las ONG han señalado que las políticas no abordan de manera adecuada las emisiones del sector aéreo y marítimo, y que se necesitan medidas más estrictas para reducir las emisiones de estos sectores.
También habla de una estrategia europea de resiliencia hídrica. «Garantizar que las fuentes se gestionan adecuadamente, que se aborda la escasez y que mejoramos la ventaja innovadora competitiva de nuestra industria del agua y adoptamos un enfoque de economía circular», asegura. Como parte de este plan, explica que la UE pretende liderar los esfuerzos para ayudar a mitigar y prevenir el estrés hídrico agudo en todo el mundo. Esta parte de la hoja de ruta en concreto, que es esencial para abordar los próximos años la situación en el planeta, es abstracta y queda en el limbo.
Movilidad con emisiones
La movilidad sostenible también tiene un papel destacado en esta agenda. Impulsar el transporte limpio y accesible incluye el desarrollo de infraestructuras para vehículos eléctricos y la promoción de modos de transporte más sostenibles, como el ciclismo y el transporte público. A pesar de estos esfuerzos, Transport & Environment señaló que las políticas de la UE no abordan de manera eficiente las emisiones del sector aéreo y marítimo. Que se necesitan medidas más estrictas para reducir las emisiones de estos sectores.
La agenda verde promueve la investigación y el desarrollo de nuevas tecnologías. Estas deben contribuir a la sostenibilidad, apoyando a startups y proyectos innovadores que buscan soluciones verdes. Sin embargo, WWF ha criticado que, aunque hay un aumento en la inversión en tecnologías limpias, todavía se financian proyectos que no son sostenibles, como la infraestructura de combustibles fósiles.
La presidenta Von der Leyen recalca la necesidad de poner en marcha un pacto industrial limpio. Que perseguiría «descarbonizar y reducir los precios de la energía» con el objetivo de tener «industrias competitivas y empleos de calidad». «Nos centraremos en apoyar y crear las condiciones adecuadas para que las empresas alcancen nuestros objetivos comunes. Simplificando, invirtiendo y garantizando el acceso a suministros energéticos y materias primas baratos, sostenibles y seguros».
Lo que no deja claro es cuáles son esas «condiciones adecuadas». A lo que sí hace referencia es a que será el inicio del camino «hacia el objetivo de reducir las emisiones en un 90% para 2040», que pretende incluir en una Ley Europea del Clima. También presentará una Ley del Acelerador de Descarbonización Industrial para «apoyar a las industrias y las empresas a lo largo de la transición».
Fondo de transición
La Comisión Europea ha implementado varias medidas específicas para apoyar a las regiones más afectadas por la transición hacia una economía verde. Una de las principales iniciativas es el Fondo de Transición Justa , que proporciona apoyo financiero a las regiones y sectores que enfrentan los mayores desafíos. Este fondo financia proyectos que promueven la diversificación económica, la creación de empleo y la capacitación de los trabajadores.
Además, cada Estado miembro debe desarrollar planes territoriales de transición justa, detallando cómo se utilizarán los fondos del FTJ y otras fuentes de financiamiento para mitigar los impactos socioeconómicos. Estos planes son esenciales para asegurar que la transición sea equitativa y beneficiosa para todas las regiones.
La capacitación y el reciclaje profesional también están presentes. Se están implementando programas para ayudar a los trabajadores a adquirir nuevas habilidades y adaptarse a los empleos verdes, incluyendo formación en energías renovables, eficiencia energética y tecnologías limpias. Este enfoque no solo facilita la transición, sino que también impulsa la innovación y la competitividad en Europa.
El apoyo a las pequeñas y medianas empresas es otro componente vital. Las PYMES en las regiones afectadas reciben asistencia para innovar y adaptarse a la economía verde, con acceso a financiamiento, asesoramiento técnico y oportunidades de colaboración en proyectos sostenibles.