Por Juan E. Ballesteros
18/4/2017
Las empresas españolas pierden al año hasta un 3% de su facturación a causa de los impagos y de los retrasos en la gestión de cobros a sus proveedores, según concluye el Informe Europeo de Pagos realizado por la firma Intrum Justitia, compañía especializada en gestión de crédito en la Unión Europea, que sitúa las principales causas de los retrasos en las dificultades financieras y la demora intencional, señalando a las empresas B2B y a las operaciones en el sector público como las que mayor plazo de tiempo emplean en afrontar sus responsabilidades como deudores.
Los empresarios españoles confirman que los problemas de liquidez, pérdida de beneficios y costes adicionales que conllevan los retrasos en el pago dentro de los plazos que establece la ley entrañan una dificultad añadida que se traduce en un impacto medio-alto en sus cuentas de resultados.
Además, las empresas acreedoras tardan bastante en utilizar la vía ejecutiva para reclamar los pagos pendientes: el 43% espera al menos un mes, seguida del 30% que aguarda hasta dos meses para iniciar la reclamación. Hasta tres meses espera el 17% y llega hasta los seis meses de demora el 11%. Cuanto mayor es el plazo de cobro mayores son las incidencias en relación a retrasos, impagos y otras cargas adicionales, entre ellas los despidos o la imposibilidad de nuevas contrataciones. De hecho, el 32% de los preguntados sostiene que podrían incorporar nuevos empleados a sus plantillas en caso de que sus proveedores le pagasen a tiempo.
Los empresarios esperan que el Ministerio de Hacienda agilice la puesta en marcha de un régimen sancionador que endurezca las consecuencias fiscales para aquellas empresas que superen los periodos legales de morosidad –siendo de 60 días el máximo entre el sector privado, y de 30 en el caso de provenir de la administración–, el informe pone de manifiesto las consecuencias derivadas de los mismos.
“Las pérdidas también pueden registrarse a través de otros gastos, como los derivados de la gestión de cobro interna para afrontar los impagos o la pérdida de valor adquisitivo que la empresa sufre al no ejecutar las facturas en la fecha de vencimiento contractual. Cuanto más tiempo pasa desde el vencimiento de la factura, mayor coste supone para la compañía porque aumenta la dificultad de recobrar esa deuda”, según Juan Carlos González, director general de Intrum Justitia en España.
Entre las causas del retraso en los pagos identificadas por los empresarios españoles destaca el hecho de que el 65% de los preguntados apunta hacia la intencionalidad, aunque vinculada con una carga financiera no muy severa. No obstante, no se trata de la más señalada: el 89% es consciente de que sus clientes atraviesan por dificultades económicas que les impiden saldar sus deudas a tiempo. Otros motivos identificados son los problemas con los productos y/o servicios (10%) o la ineficiencia en el área administrativa (33%).
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