Mongolia, un país bastante extenso de Asia Oriental y poco publicitado, al menos para un lado del globo, se ha convertido en un imán para millennials buscadores de aventuras. Los jóvenes nacidos entre 1981 y 1996, se sienten atraídos por destinos remotos que escapan los catálogos y promociones turísticas que colman internet y redes sociales.
Mientras los turistas acuden en masa a lugares populares como la Torre Eiffel y el Coliseo, estos chicos buscan experiencias más únicas y menos demandadas. Quizás esto sea una reacción a un mundo que se ha condensado cada vez más en los móviles. Los mismos destinos se muestran constantemente en Instagram y blogs de viajes.
Al reconocer este deseo entre los viajeros más jóvenes, el gobierno de Mongolia ha invertido mucho en campañas de marketing digital dirigidas a personas de entre 23 y 40 años. También ha invitado a personas influyentes de las redes sociales a visitar Mongolia y compartir sus experiencias a través de videos. Según una encuesta de 2019 citada por el Ministerio de Turismo, casi la mitad de los visitantes a Mongolia tenían menos de 40 años.
Los operadores turísticos reaccionan a este creciente interés ofreciendo oportunidades para que los jóvenes presencien el Festival del Águila Dorada. Participen en el Rally Mongol o compitan en el Derby Mongol. Estas experiencias satisfacen el espíritu aventurero de los millennials que anhelan la próxima frontera inexplorada, reseñó The New York Times.
En 2022, Mongolia experimentó un alza significativa de visitantes con casi 250.000 llegadas, más de seis veces la cifra del año anterior. Si bien la mayoría de los visitantes procedían de países cercanos como Rusia, Corea del Sur y Kazajstán, el número de turistas de Europa y EE UU aumentó más de un 500% entre 2021 y 2022.
Los millennials atraídos por Mongolia
Tom Morgan, fundador de Adventurists, una empresa que ofrece viajes extremos en Mongolia, dice que el país muestra experiencias más cautivadoras y transformadoras que otros. Por ejemplo, en comparación con atracciones turísticas populares como el Taj Mahal. Y aconseja a los viajeros que no planifiquen demasiado y acepten la sensación de libertad que surge al explorar Mongolia en toda su extensión.
Lauren Jackson es redactora del boletín The Morning, con sede en Londres. En esta ocasión, comparte con los lectores de The New York Times su viaje por Mongoliay sus vivenciascon otros millennials en el camino.Cuenta, entre muchas anécdotas y peculiaridades de ese país, que tuvieron dificultades para alquilar un vehículo y recorrer Ulán Bator, su capital.
Max Muench, cofundador de la empresa de viajes Follow the Tracks, afirmó que se habían agotado los autos tres veces esta temporada de veranos. Explicó que después de la pandemia, la gente anhelaba nuevamente una sensación de libertad y la buscaba en Mongolia.
“A medida que nos adentrábamos en el país, quedamos cautivados por el vacío que nos rodeaba. Una cuarta parte de la población de Mongolia sigue siendo nómada. Y vive en gers (tiendas de campaña redondas hechas de madera, lona y pieles o telas de animales) en la extensa estepa. Se mueven con sus rebaños varias veces al año”, escribió Jackson.
Guiados por Google Maps, encontraron la verdadera extensión de ese vacío. Señala que “el cielo se ensanchó y el horizonte pareció curvarse. Pasamos junto a una manada de caballos que pastaban en la hierba y agitaban la cola para espantar las moscas. Nuestro destino era el Parque Nacional Hustai, famoso por albergar a los últimos caballos verdaderamente salvajes del mundo, tal y como reconoce el Smithsonian”.
Experiencias y paisajes únicos
A pesar de su ubicación remota, Mongolia sorprende a los visitantes por su conectividad. El grupo de viajeros tuvo servicio de Internet celular durante una parte importante de la travesía, gracias a una tarjeta SIM de Mongolia.
El gobierno ha informado que trabaja para mejorar el acceso en línea para ciudadanos y turistas. Aproximadamente el 84% del país tiene acceso a Internet y muchos gers están equipados con paneles solares para mantener cargados los teléfonos móviles. El gobierno también ha estado invirtiendo en pavimentar las carreteras hacia destinos populares, facilitando a los viajeros jóvenes explorar el país de forma independiente. Esto ha dado lugar a una nueva generación de nómadas, jóvenes aventureros que abrazan la libertad que proporciona la estepa mongola.
El día después del encuentro con los caballos salvajes, Jackson conoció a otros turistas, fundamentalmente mujeres europeas. Eran amigas de la universidad y, como muchos, optaron por prescindir de una guía y navegar usando sus teléfonos inteligentes. María Galí Reniu de España expresó su deseo de un viaje no organizado, donde pudieran elegir libremente sus lugares de campamento. Hanna Winkler de Austria estuvo de acuerdo y destacó la flexibilidad y espontaneidad de su viaje.
Acampar bajo el cielo estrellado, con la Vía Láctea brillando intensamente sobre la tienda de campaña era algo alucinante. Durante el día, disfrutaron de picnics en dorados campos de canola o junto a ríos serpenteantes. En Elsen Tasarkhai, una vasta extensión de arena conocida como “mini Gobi”, se encontraron con una repentina granizada mientras exploraban las dunas. Fue una experiencia única que se sumó a la emoción de toda esa aventura.
En Mongolia, la combinación de paisajes impresionantes, patrimonio cultural y sensación de libertad atrae a millennials y jóvenes viajeros que buscan un tipo de viaje diferente.
Fuera de lo común
Los esfuerzos del país por promover viajes menos seleccionados han dado sus frutos, atrayendo a un número creciente de visitantes en busca de autenticidad y experiencias únicas.
A medida que los millennials continúan explorando destinos fuera de lo común, Mongolia sigue siendo una de las mejores opciones. Ofrece un escape de las experiencias de viaje repetitivas que se encuentran en las redes sociales. Permite a los viajeros crear sus propias aventuras inolvidables en la inmensidad de la estepa de Mongolia.
Francisco, el papa, viajó recientemente a Mongolia. No como millennials. Ni para disfrutar de paisajes diferentes. Fue en viaje pastoral.
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