Noruega es considerado un país ampliamente sostenible. Su sistema eléctrico se alimenta en un 98% de fuentes renovables y es líder en energía circular azul. Pero, ha sorprendido, al convertirse en el primer país del mundo en avalar la minería submarina comercial. La ley aprobada coloca el medioambiente en el límite de lo permitido.
La propuesta legal está dirigida a acelerar la búsqueda de metales preciosos para la transición energética en aguas profundas, los cuales tienen una gran demanda en la industria de tecnologías verdes. Esta acción implica un impacto a la vida marina y sus ecosistemas.
Los científicos ambientales advirtieron que la aprobación del proyecto podría tener efectos devastadores para la vida marina. El gobierno noruego dijo que estaba siendo cauteloso y que sólo comenzaría a emitir licencias una vez que se llevaran a cabo más estudios ambientales.
El plan se circunscribe a aguas noruegas, pero este año podría alcanzarse un acuerdo sobre minería en aguas internacionales. Por lo pronto, el parlamento aprobó la propuesta con 80 votos a favor y 20 en contra para inicialmente extraer magnesio, cobalto, cobre y níquel. La superficie marítim contemplada es de 281.000 km2, comparable a la del Reino Unido.
La mayor parte está, técnicamente, en aguas internacionales, pero Noruega tiene su jurisdicción. Otra porción se encuentra en las aguas territoriales del archipiélago de Svalbard. Lugar que el país reclama como su propia zona económica exclusiva a pesar de la oposición de otras naciones como Rusia, el Reino Unido e Islandia.
Noruega aprueba la minería submarina
Noruega y la UE suscribieron en abril de 2023 una Alianza Verde para reforzar su acción por el clima, sus esfuerzos de protección del medio ambiente y su cooperación en materia de transición hacia una energía e industria limpias. Sin embargo, el gobierno sorprende al convertir a Noruega en el primer país del mundo en autorizar la controvertida práctica de la minería submarina a escala comercial.
Las licencias de explotación se otorgarán bajo un control más estricto al que planteó inicialmente el Gobierno, ya que cada autorización deberá ser aprobada por el Parlamento de Noruega, además de requerir un estudio de impacto ambiental.
Ecologistas y académicos vinculados al ámbito marino firmaron un manifiesto para alertar de los impactos de este tipo de minería. La pérdida de biodiversidad, la interrupción de procesos eclógicos que conectan ecosistemas, el vertido de sedimentos, toxinas y metales. Y la contaminación acústica son los factores que más preocupan.
Sostienen los expertos que “la explotación minera de los fondos marinos se sumaría a factores de estrés existentes. Esto provocaría una pérdida de biodiversidad y de funcionamiento de los ecosistemas que sería irreversible en escalas de tiempo multigeneracionales”.
Mientras tanto, Environmental Justice Foundation también publicó un informe para alertar de los impactos de este tipo de minería y defender un modelo de transición energética respetuosa con el entorno. Asimismo, Greenpeace mostró su rechazo al proyecto y habla de un «desastre para el océano y una vergüenza para Noruega».
Las profundidades del mar albergan rocas del tamaño de una papa que se conocen como nódulos y costras. Éstas contienen minerales como litio, escandio y cobalto, fundamentales para las tecnologías limpias, incluidas las baterías para los autos eléctricos.
Opiniones ante los daños ambientales
Walter Sognnes, cofundador de la empresa minera noruega Loke Minerals, planea solicitar una licencia para participar en la minería submarina. Reconoció que es necesario hacer más para comprender las profundidades del océano antes de que comience la exploración.
«Tendremos un período relativamente largo de actividad de exploración y mapeo para cerrar la brecha de conocimiento sobre el impacto ambiental», comentó a la BBC.
Entretanto, Martin Webeler, activista de los océanos e investigador de la Fundación de Justicia Ambiental, dijo que el anuncio es «catastrófico» para el hábitat del océano. «El gobierno noruego siempre destacó que quiere implementar los más altos estándares ambientales», agregó.
Indicó que las empresas mineras deberían centrarse en prevenir daños ambientales en las operaciones actuales, en vez de abrir una industria completamente nueva. La medida pone al país en desacuerdo con la UE y Reino Unido, quienes han solicitado una prohibición temporal de la práctica debido a las preocupaciones existentes sobre posibles daños ambientales.
En simultáneo, la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza aseguró que la explotación del fondo marino para la recolección de minerales puede generar una importante contaminación acústica y lumínica, así como daños al hábitat marino.
Además de las críticas externas, el gobierno noruego también ha enfrentado el rechazo de sus propios expertos.
El Instituto Noruego de Investigación Marina sostuvo que el gobierno había hecho suposiciones basándose en una pequeña área de investigación y las había aplicado a toda el área planificada para la perforación. Se estima que se necesitan entre cinco y diez años más de investigación para entender los impactos en las especies.