Por Juan E. Ballesteros
9/3/2017
El populismo ha mostrado hoy en Europa por primera vez su fuerza en la polémica reelección del actual presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, que ha sido avalado por el núcleo duro de la Unión –Alemania, Francia, Italia y España– y denostado por sus propios compatriotas después de que la primera ministra de Polonia, Beata Szydlo, del partido populista y euroescéptico PiS, vetara explícitamente su renovación y amenazara incluso con invocar la “cláusula de Luxemburgo”, que establece que la elección del presidente del Consejo de Europa debe ser por unanimidad si un país miembro arguye razones de Estado para oponerse a ella.
La renovación del mandato, por un periodo de dos años y medio, se produce justo en el momento en el que Reino Unido está a punto de activar el procedimiento del Brexit, aunque la representación británica en la UE no ha puesto objeciones al voto de la mayoría. Tampoco lo ha hecho Hungría, otro de los países encuadrados en el bloque euroescéptico y populista y el principal aliado de Polonia en la Unión, que ha manifestado oficialmente su satisfacción con la gestión de Tusk.
Tanto Alemania como Francia y España han respaldado la reelección. No obstante, ante las maniobras del gobierno polaco, que ha llegado a proponer un candidato alternativo a sabiendas de que si no se producía la reelección el presidente del Consejo Europeo no podía ser de la misma nacionalidad que el saliente, y ha respaldado su argumentación acusando a Tusk de conspirar con el resto de los socios europeos para derribar el el ejecutivo de Polonia, la mayoría de los países miembros estima que la reelección se producirá sin más contratiempos.
Todo ello a pesar de que se da la coincidencia de que por primera vez, tras la elección del popular Antonio Tajani como presidente del Parlamento, las tres grandes instituciones rectoras de la UE tienen presidentes que militan en el Partido Popular Europeo, una controversia que se había querido desligar de la elección de Tusk y que tras el callejón sin salida que propicia la postura de Polonia se quiere obviar. Desde Francia se había llegado a proponer a François Hollande, que deja la presidencia de la República en breve, pero ya no queda tiempo para contemplar esa opción, que tampoco llegó a calar en el resto de los países miembros.
En el Consejo de hoy se ha profundizado en la integración europea y en los acuerdos impulsados en la última reunión del núcleo duro, sobre todo en certificar la Europa a dos velocidades, otro de los caballos de batalla del populismo y el euroescepticismo.
Suscríbete y apóyanos «Por un mundo más humano, justo y regenerativo»
Gracias por leer Cambio16. Vuestra suscripción no solo proporcionará noticias precisas y veraces, sino que también contribuirá al resurgimiento del periodismo en España para la transformación de la conciencia y de la sociedad mediante el crecimiento personal, la defensa de las libertades, las democracias, la justicia social, la conservación del medio ambiente y la biodiversidad.
Dado que nuestros ingresos operativos se ven sometidos a una gran presión, su apoyo puede ayudarnos a llevar a cabo el importante trabajo que hacemos. Si puedes, apoya a Cambio16 ¡Gracias por tu aportación!