La rápida disminución de muchas poblaciones de polinizadores y los bruscos cambios ambientales -como la destrucción del hábitat- inciden negativamente en el sistema reproductivo de las flores. Un reciente estudio sobre el sistema de apareamiento de una especie de flor ha revelado un cambio notable que podría agravar los problemas a los que se enfrentan los insectos asociados a las plantas.
El 35% de los cultivos alimentarios del mundo y las tres cuartas partes de las plantas con flores dependen de insectos y otros animales polinizadores para reproducirse. Varias investigaciones afirman que el calor excesivo ha reducido los hábitats de las plantas con flores y ha provoca una caída de un 61% en la población de insectos que las polinizan.
A medida que los insectos disminuyen, debido a que no pueden hacer frente a los efectos interactivos del cambio climático y el uso de la tierra por los humanos, también lo harán los cultivos que dependen de ellos como polinizadores. Un círculo nocivo cuyo ámbito de incidencia se hace cada más amplio. Samson Acoca-Pidolle, investigador de la Universidad de Montpellier, analiza la situación en un artículo publicado en New Phytologist.
Al comparar semillas de pensamientos silvestres recolectadas hace décadas en Francia con las de descendientes modernos, Acoca-Pidolle y sus colegas descubrieron que las flores actuales son más pequeñas y producen menos néctar. La causa es el aumento de la autopolinización. El estudio precisa que los pensamientos del pasado se autofecundaban menos y atraían a más polinizadores. Esto repercute directamente en el comportamiento de los polinizadores. «Parece que solo evolucionan los rasgos que intervienen en la interacción planta-polinizador», afirma Acoca-Pidolle.
Sistema reproductivo de las flores se está alterando
Los cambios observados por los investigadores podrían limitar la capacidad de las plantas para adaptarse a futuros cambios ambientales. Además, tendría implicaciones para «toda la biodiversidad floral». Disminuir la variación genética de especies y de ecosistemas de las plantas con flores.
El coautor del estudio, Pierre-Olivier Cheptou, explicó a CNN que «la alteración del sistema reproductivo de las flores podría aumentar el declive de los polinizadores y provocar un círculo vicioso de retroalimentación». Si las plantas producen menos néctar, habrá menos alimento disponible para los polinizadores, lo que a su vez acelerará el ritmo de su disminución. «Estamos asistiendo a la ruptura evolutiva de los polinizadores de plantas en estado salvaje», afirmó Cheptou, ecólogo evolutivo del Centro de Investigación Científica de Francia. Y profesor de la Universidad de Montpellier.
En la investigación, el equipo utilizó un método llamado «ecología de la resurrección». Consiste en germinar las semillas de cuatro poblaciones de pensamientos silvestres, que se recolectaron en la pasada década de los noventa y principios del 2000 en París. Algunos propágulos, o partes de una planta que pueden utilizarse para cultivar una nueva, pueden permanecer en estado de semilla durante «mucho tiempo. Están vivos, pero a un ritmo metabólico muy bajo. «Es como una larga siesta», detalló Acoca-Pidolle
En 2021, el equipo extrajo pensamientos del lugar exacto donde se recogieron las semillas ancestrales 20 o 30 años atrás. A continuación, los científicos llevaron a cabo un análisis genético de la población que analizó las tasas de autopolinización y los cambios en la heterocigosidad, o variabilidad genética. Así como los cambios en los rasgos florales asociados a la atracción de polinizadores.
Aumenta la autofecundación
En una muestra de 4.000 flores, las tasas de autofecundación pasaron del 50% en las flores recolectadas dos o tres décadas antes a aproximadamente el 80% en sus descendientes naturales. Mientras tanto, las superficies de las flores «resucitadas» eran un 10% más grandes, producían un 20% más de néctar y eran frecuentadas por más abejorros que sus homólogas modernas.
Gretchen LeBuhn, profesora de biología de la Universidad Estatal de San Francisco sostiene que el aumento de la autopolinización de una especie de planta con flores no siempre es negativo.
«La forma de verlo es como una estrategia de retención», indicó LeBuhn, que ha estudiado las interacciones entre polinizadores y plantas. “Aunque el aumento de la autofecundación suele provocar un descenso de la variación genética en una población, también puede mantener la población, añadió. «Como una póliza de seguros».
La disminución de la variación genética en una población de plantas es importante porque las que tienen una reserva de variación genética pueden responder mejor a cambios ambientales importantes. Esto reduce eficazmente el riesgo de extinción.
«Si las plantas pueden persistir en el tiempo y las poblaciones de polinizadores aumentan nuevamente, se diría que este es un mecanismo para la preservación de especies», comentó.
Sin embargo, Acoca-Pidolle, no está claro si ese cambio en el sistema de reproducción de las flores puede revertirse. Aunque la nueva investigación sugiere que se espera un agotamiento de la diversidad genética de una población de plantas a término. La siguiente gran pregunta, sugirió el experto, es investigar si estos pensamientos salvajes tienen la capacidad de recuperarse de los impactos de la autofecundación.
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