Por Cambio16
02/11/2016
La reciente masacre de 12 jóvenes en Venezuela apunta a los excesos de algunos funcionarios militares que, como parte de una ofensiva en curso contra la delincuencia, han ejecutado actos de violencia injustificada y violaciones a los derechos humanos.
Al menos ocho soldados han sido detenidos por su presunta participación en lo que esta semana se ha denominado como la «Masacre de Barlovento«, donde una docena de agricultores desaparecieron después de una operación violenta, hasta que sus cuerpos fueron encontrados en fosas comunes. Un total de 11 oficiales militares están bajo investigación y han sido separados de sus respectivos organismos, según El Nuevo Herald.
La «masacre» se refiere al secuestro a mediados de octubre de 20 jóvenes durante una incursión de seguridad que era parte de la ofensiva contra la delincuencia denominada «Operación Liberación y Protección del Pueblo» (OLP), puesta en marcha en julio de 2015 por el presidente Nicolás Maduro. Las víctimas fueron detenidas ilegalmente, ya que el gobierno no tenía una orden de arresto, informó el portal RunRun.es.
Ocho de los desaparecidos fueron liberados días después con señales de tortura, según los miembros de la familia que hablaron con los medios de comunicación locales. Pero el 25 de noviembre, los agentes de policía encontraron los cadáveres de los 12 jóvenes restantes en dos fosas clandestinas en la región de Barlovento, ubicado en el norteño estado de Miranda.
El procurador de Derechos Humanos de Venezuela, Tarek William Saab, confirmó el 29 de noviembre que ninguno de los jóvenes tenía antecedentes penales.
La matanza, que tiene todas las características de haber sido llevado a cabo por las fuerzas de seguridad del Estado, una vez más llama la atención sobre las ejecuciones extrajudiciales cometidas en el país suramericano bajo la bandera de la OLP.
Escuadrones de la muerte
El operativo de seguridad fue criticado casi inmediatamente después de su lanzamiento en julio de 2015, cuando 17 personas murieron durante una incursión policial-militar conjunta. La violencia sin embargo, ha de dejar arriba, con más de 700 ejecuciones extrajudiciales por parte de agentes del Estado entre julio de 2015 y septiembre de 2016, de acuerdo a la organización de derechos humanos PROVEA.
Esta violencia institucionalizada no se limita sólo a la OLP incursiones, sin embargo. El criminólogo Fermín Mármol García dijo recientemente que las cifras preliminares sugieren las fuerzas de seguridad de Venezuela han matado a cerca de 5.000 personas a finales de 2016, una clara indicación de que la participación del Estado en las ejecuciones ilegales se extiende mucho más allá de los límites de la OLP.
Mientras que la detención de casi una docena de soldados es un desarrollo positivo, el pobre historial de Venezuela de procesar a funcionarios militares involucrados en actividades delictivas no ofrece muchos motivos de optimismo. No obstante, la investigación avanza.
El martes, todos los legisladores de Venezuela, tanto afectos al partido de gobierno como de la oposición, lograron ponerse de acuerdo en el Parlamento para condenar unánimemente la matanza de los 12 civiles a manos de soldados.
Desmembrados
Varios de los 12 campesinos asesinados fueron “desmembrados”, reveló ayer la fiscal general de Venezuela, Luisa Ortega.
“Estaban algunos desmembrados (…) Las autopsias revelaron la forma cruel como fueron ejecutados”, señaló la fiscal al canal Venevisión, indicando que nueve cuerpos ya fueron identificados.
Ortega confirmó que las víctimas -halladas en fosas comunes el viernes y el sábado últimos- no tenían antecedentes penales ni estaban cometiendo delito alguno al momento de su arresto.
“Entrevistamos a 50 testigos, entre familiares y personas que estuvieron detenidas. Tenemos tres testigos protegidos (…) Solicitamos la privativa de libertad contra 12 funcionarios del Ejército. En este momento están privados de libertad 10 de ellos”, detalló.
Según la fiscal, los agricultores fueron capturados en la localidad de Barlovento (estado Miranda, norte) entre el 15 y 16 de octubre. No se refirió a los motivos de la masacre.
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