La recuperación económica y las reivindicaciones sociales han removido el debate político en España en las últimas semanas. Ajuste salarial, impuestos, jubilación y presupuestos están en la mesa de discusiones. Incluso con algunas contradicciones entre miembros del Gobierno.
La segunda vicepresidenta y ministra del Trabajo, Yolanda Díaz, ha estado sobreexpuesta en los medios. Ha venido detallando propuestas y decisiones en materia laboral y social. Asegura que “hay un riesgo cierto de salir de esta crisis (sanitaria) más desiguales”. Considera que es el momento de modernizar de una vez por todas a España. «Que cuente con muchas manos y con muchas voces, con distintas sensibilidades. Que sea de la gente, que lo construya la sociedad, no yo”. Aunque su discurso esté salpicado de “yo subí el salario”, “yo propuse”, “yo creo”.
«Es un proyecto que busca una sociedad nueva y que culminará finalmente en una perspectiva electoral o no, pero en la que yo no estoy pensando”, advierte.
Apunta que hay mucha gente que se quiere presentar a las elecciones y lo tiene clarísimo. Ella dice que no es su caso. «Yo voy a abrir una conversación con la sociedad española a través de un proceso que no será mío, sino lo que la gente quiera que sea. Hay un país nuevo que está emergiendo, los nuevos profesionales, que quiere una sociedad moderna. No la precariedad ni los bajos salarios. Ni que tengamos grandísimas eléctricas que obtienen beneficios groseros mientras la gente lo está pasando mal. En ese proyecto de país no caben luchas de egos ni se trataría de una suma de partidos”, argumentó.
Condiciones de trabajo decentes
Yolanda Díaz fue la propulsora del aumento del salario mínimo interprofesional de 15 euros desde 1 de septiembre. Entonces trascendió algún desacuerdo con la vicepresidenta Nadia Calviño. Se temía que ajuste afectara la inflación.
“La primera medida que tomé en el ministerio fue subir el salario mínimo a 950 euros. Todos los países europeos, excepto dos, han subido el salario mínimo en enero de este año, y tenían una crisis igual que nosotros. Yo llevo defendiendo desde diciembre del año pasado que cuando hay crisis es cuando más lo necesita la gente”, dijo en una entrevista con 20minutos.
Sostiene que no se debe vincular el salario mínimo al IPC. «El año pasado subí 50 euros el salario mínimo, muchísimo más que el IPC. Y lo voy a subir siguiendo muchísimo más que el IPC. Hay un problema de pérdida de poder adquisitivo, pero el Gobierno con los sindicatos ha subido el salario más de en la negociación ordinaria», asentó.
Después de la crisis más desigualdades
El salario mínimo está vinculado con la vivienda. «Uno de los principales problemas es el alquiler. Tan imposible de pagar como los impuestos. Nadie comprende que una pequeña tienda de barrio o un pequeño autónomo paguen más impuestos que una gran empresa”, subrayó.
Admite que se necesitan ingresos públicos, pero aclara que tienen que venir de los que hoy no
Otro tema que acalora el debate es el de la edad para jubilarse. Díaz difiere del ministro de Inclusión, José Luis Escrivá. “Trabajar hasta los 67 años en los sectores productivos que definen a la economía española es hacerlo en condiciones muy duras”, refiere.
Afirma que una sociedad moderna debe de reducir la edad de trabajo, no retrasar la edad de jubilación. «Tenemos un mercado de trabajo en España y en Europa profundamente masculinizado y envejecido. La economía española necesita savia nueva y una sociedad en la que la gente pueda vivir”, añadió
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