Seis jóvenes, de entre los 11 y los 24 años de edad, introdujeron una demanda ante el Tribunal Europeo de Derechos Humanos contra los 27 Estados miembros de la Unión Europea, el Reino Unido, Turquía, Rusia y Noruega. Reclaman que la inacción de sus gobiernos ante el cambio climático vulnera sus derechos humanos y los discrimina.
Afirman que el calor y los devastadores incendios restringen sus posibilidades de llevar una vida normal. Les cuesta dormir y hacer ejercicio, lo que les causa angustia y perjudica su salud física y mental. «Los incendios están muy cerca de donde vivo», lamentó Martim Duarte Agostinho, de 20 años, antes del juicio en Estrasburgo .
Claudia, Martim y Marian Duarte Agostinho, y Catarina dos Santos Mota residen en Leiria, en el centro de Portugal. La zona fue afectada en 2017 por incendios forestales que se acercaron a sus viviendas y cubrieron de cenizas y hollín sus jardines. El humo les impidió asistir a clases por varios días y les generó ansiedad sobre su futuro y el de sus familias. Tanto ellos como Sofia y André dos Santos Oliveira, de Lisboa, los otros dos denunciantes, han presentado problemas para dormir y niveles reducidos de energía. No han podido ejercitarse ni pasar tiempo al aire libre. Le duele que personas que vivían en casas cercanas a las suyas habían muerto a causa de los incendios.
El cambio climático sin fronteras
A pesar de los episodios de calor intenso y de fuego que ha arrasado viviendas, cosechas y animales, los países europeos no han tomado las medidas para evitar que ocurran. De hecho, algunos de los Estados demandados figuran entre los principales responsables de las emisiones históricas de gases de efecto invernadero. Deben actuar, pero no lo hacen. Sin embargo, la guía y el compromiso existe: el Pacto Verde Europeo, que debe guiarlos a un futuro sostenible.
Una cuestión controvertida será si el tribunal acepta que países distintos de Portugal están obligados a proteger a los seis jóvenes lusitanos de los efectos del cambio climático. Los demandantes afirman que el calentamiento global no conoce fronteras y que si continúa su país sufrirá olas de calor de 40 °C que podrían durar semanas. Ya han vivido los efectos de este calentamiento causado por emisiones de gases a la atmósfera y temen que la espiral continúe sin que se haga lo necesario para evitarlo.
Un juicio global, como el clima
El 27 de septiembre, primer día del juicio, la comisaria de Derechos Humanos del Consejo de Europa intervino como tercera parte y aseguró que «es el momento adecuado, para pasar de las palabras a los hechos. Sabemos que hay numerosas resoluciones, numerosas convenciones, palabras maravillosas sobre el papel, pero falta la acción», agregó Dunja Mijatović. El comisionado de Derechos Humanos del Consejo y los relatores especiales de la ONU sobre Derechos Humanos, Sustancias Tóxicas y Medio Ambiente también apoyaron aspectos expuestos ante la corte.
La comisaria Mijatović explicó que los demandantes residan en Portugal no impide que el tribunal encuentre a los 32 países denunciados culpables de los daños de que se les acusa. «Dada la naturaleza global del cambio climático, los Estados parte no pueden permitir que continúen las emisiones de gases de efecto invernadero sin tener en cuenta las consecuencias para los derechos de los habitantes de otros Estados miembros», apuntó.
Los gobiernos demandados argumentan que los jóvenes no han aportado pruebas convincentes de una «relación causal directa» entre lo que denuncian y las políticas climáticas de los gobiernos. Alegan, además, que tampoco han aportado pruebas médicas que demuestren los daños que reclaman a su salud mental y física. Se niegan también a asumir la responsabilidad de proteger los derechos humanos de ciudadanos fuera de sus territorios nacionales.
El reto del siglo XXI
El mundo se comprometió a reducir los gases de efecto invernadero para lograr mitigar el cambio climático. Pero los países más grandes y que más emiten gases a la atmósfera se han negado a abrazar estos objetivos. En Europa el plan es alcanzar la neutralidad climática en 2050. El logro de este ambicioso objetivo podría impulsar a otras regiones a emprender acciones. Es necesario que las naciones reduzcan las emisiones de gases a la atmósfera.
El cambio climático determina impactos dramáticos en la naturaleza en el mundo entero que han incidido en la pérdida de biodiversidad y en las olas extremas de calor. Científicos y expertos concuerdan en que reducir la dependencia de los combustibles fósiles permitiría disminuir las emisiones de gases de efecto invernadero.
La acción de cada uno puede sumar para un gran logro: usar menos agua caliente y electricidad, movilizarse en bicicleta o caminar, bajar la calefacción, etc. Lo importante es actuar para ahorrar energía y hacer más eficiente el uso de los recursos. La responsabilidad de lo que ocurra con el planeta no es solo de los gobiernos, pero la acción de los Estados es determinante. Mientras tanto, no podrán evitar que los más jóvenes exijan de los que toman decisiones que no acaben con su futuro.
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