En el entusiasta debate mundial en Glasgow sobre el clima, la COP26, fueron muchos los acuerdos alcanzados para impedir el aumento de la temperatura y el deterioro climático. Entre ellos lograr una “reducción gradual” de la energía producida con carbón. En la práctica las cosas lucen diferentes. El último informe del Global Energy Monitor revela que los proyectos con carbón como materia prima no se han detenido. Más bien se espera que en el mundo aumente la capacidad neta de las nuevas centrales eléctricas de carbón
En la cita en Escocia un primer borrador pedía «acelerar el abandono del carbón y la financiación de los combustibles fósiles». Un segundo borrador, edulcorado, instó a la “supresión progresiva de la energía producida con carbón sin mitigación y de las subvenciones a los combustibles fósiles». Pero el tenor del compromiso en la COP26 fue reduciéndose hasta llegar a la “reducción gradual”, después de una reunión entre los enviados de China, la India, Estados Unidos y la UE.
Hoy, 34 países están planificando construir nuevas plantas de carbón. Ya se están edificando otras 189, que ampliarán la capacidad mundial en 176 gigavatios. También se está considerando modificar casi 300 plantas de carbón, que implicarían un incremento adicional de 280 GW.
Se hace caso omiso a los científicos, a los ambientalistas y a la Agencia Internacional de Energía. Los climatólogos y científicos del Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático han recalcado la necesidad de acabar con la quema de carbón lo antes posible, debido a su grave daño al ambiente.
Indetenibles las centrales eléctricas de carbón
La octava encuesta anual de Global Energy Monitor demostró que en 2021, 79 países producían casi 2.100 GW de electricidad en más de 2.400 centrales eléctricas de carbón.
Aunque el uso del carbón parecía estar en declive antes de la pandemia de la covid-19, los confinamientos en todo el mundo y la recesión económica impulsaron un aumento de proyectos de carbón en 2020, particularmente en China.
La capacidad total de energía de carbón en desarrollo volvió a caer drásticamente, en aproximadamente un 13 %, de 525 GW a 457 GW. Un mínimo histórico para las nuevas plantas en desarrollo, resaltó Global Energy Monitor. Pero estas señales alentadoras se vieron superadas por una desaceleración en las centrales eléctricas de carbón más antiguas que quedaron fuera de servicio. Se retiraron alrededor de 25 GW de capacidad, aproximadamente igual a la cantidad de la nueva capacidad puesta en marcha en China. Y la cantidad de electricidad generada a partir del carbón aumentó un 9% en 2021. Un máximo histórico.
Los autores del informe concluyeron que «el último aliento del carbón aún no está a la vista», a pesar de los acuerdos en la cumbre climática de la ONU Cop26. La Agencia Internacional de Energía advirtió que no podría llevarse a cabo ninguna nueva exploración de combustibles fósiles de ningún tipo si el mundo pretendía limitar el calentamiento global a 1,5 °C por encima de los niveles preindustriales.
Corea del Sur, China y Japón se han comprometido a no financiar nuevas centrales eléctricas de carbón en otros países. Sin embargo, Pekín no aplica esa medida internamente. Entre las plantas actuales y las que está construyendo, China acapara el 56% de la capacidad mundial de producción eléctrica por carbón.
Otros avances importantes y positivos
A pesar del desarrollo de la capacidad e infraestructura de energía renovable, no ha podido dejar de lado uno de sus mayores obstáculos para lograr estas promesas climáticas: su consumo masivo y dependencia del carbón. China no podido abandonar el carbón. De hecho, en marzo, su producción diaria de carbón alcanzó un máximo histórico.
Los 27 estados miembros de la Unión Europea retiraron 12,9 GW de capacidad de generación a través de centrales eléctricas de carbón en 2021. Esta es una cifra récord que incluye 5,8 GW de Alemania, 1,7 GW de España y 1,9 GW de Portugal. Este último país, en noviembre de 2021, eliminó por completo la producción eléctrica en base al carbón 9 años antes de la fecha prevista, que era en 2030.
De igual forma, la coalición tripartida de partidos que gobierna Alemania acordó adelantar para 2030 la salida del país de las actividades del carbón. También acelerará los proyectos de energías renovables.
“Alinearemos nuestras políticas climáticas, energéticas y económicas a nivel nacional, europeo e internacional con el camino de 1,5 grados. Y activaremos el potencial en todos los niveles de gobierno, dijo el canciller Olaf Scholz.
En 2021, Estados Unidos continuó disminuyendo por segundo año consecutivo su capacidad de generación de este tipo de energía. Pasó de 16,1 GW en 2019 a 11,6 GW en 2020, y a un estimado de 6,4 GW a 9 GW en 2021 para cumplir con los objetivos nacionales de energía y clima.
Carbón y su alta contaminación
Las minas de carbón del mundo emiten 52,3 millones de toneladas de metano por año. Mucho más que las emisiones anuales de petróleo (39 millones de toneladas) o de gas (45 millones de toneladas).
Una lista de nuevos proyectos de minas de carbón actualmente en desarrollo emitiría más de 11,3 millones de toneladas de metano por año. Anularían las emisiones de CO2 a base de carbón que Estados Unidos saca de juego.
Global Energy Monitor sugiere que la directriz para una oportunidad de luchar por un clima habitable es clara. Dejar de construir nuevas plantas de carbón y retirar las existentes en el mundo desarrollado para 2030, y el resto del mundo poco después. El avance haca esa meta debe ser más rápido para poder cumplir con las demandas claras de la ciencia del clima para una reducción radical del carbón dentro de esta década.
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