La ganadería mundial hace esfuerzos por acompañar el aumento de la densidad poblacional y los altos requerimientos con mayor producción. Mejor calidad de los productos y menor incidencia medioambiental. Presionada por la fuerte demanda que comenzaba a despuntar surgió la ingeniería genética, como una alternativa para cubrir los desafíos de la ganadería a gran escala. Desde entonces se acumulan aciertos y desaciertos en esta fase que aún sigue siendo experimental.
En la década de los noventa se comenzó a hablar y a incursionar en la manipulación genética en la agricultura y la ganadería. Modificando algunos genes de especies agrícolas o animales para producir óptimas características alimenticias, fundamentalmente por razones comerciales y ambientales. Son los llamados alimentos transgénicos.
A la fecha, hay muchas aplicaciones de la ingeniería genética en el desarrollo de nuevas y mejores estirpes de animales de granja que tendrían utilidades prácticas en la producción. Como el incremento de la prolificidad, la reproducción y de las tasas de crecimiento. Mayor y mejor producción láctea y mayor resistencia a las enfermedades.
Es larga la lista de exploraciones científicas. Unas más polémicas que otras, como el caso de la oveja Dolly, con la clonación por transferencia nuclear en ovino. Pero tal vez las primeras se realizaron en cerdos y ovejas transgénicos: ovejas transgénicas que producen leche modificada y cerdos transgénicos resistentes a infecciones virales. La transgénesis en ganado lechero Krimpenfort
A estas investigaciones se unen la de los cerdos transgénicos “ecológicos” y la ternera con cromosoma artificial humano. Así como las vacas transgénicas que producen leche con proteínas alteradas y aquellas resistentes a infecciones bacterianas, logradas en la década del 2000.
Ingeniería genética en la ganadería y sostenibilidad
La ganadería genera el 14,5% de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero, según la FAO. La producción de leche y carne con el ganado vacuno por sí sola causa más del 9% del total de las emisiones producidas por el hombre. En el foco está especialmente en el gas metano, que se produce por la digestión del alimento del ganado.
Cerca del 20% de las emisiones de metano de las vacas están controladas genéticamente. En cuanto se identifiquen los genes respectivos, pronto será «fácil» optimizar las emisiones de metano con la ayuda de la ingeniería genética en la ganadería, señala la Fundación de Tecnologías de la Información e Innovación de Estados Unidos. Pero advierte que aún no se ha logrado ese avance.
Una raza de ovejas criada recientemente en Nueva Zelanda ya emite un 13% menos de metano que la media de las ovejas actuales. Los criadores han calculado que si las 25 millones de ovejas de Nueva Zelanda se sustituyeran por esta raza, se podrían reducir las emisiones de metano de la industria ovina hasta en un 1%.
En la actualidad solo hay dos especies animales modificadas genéticamente aprobadas para el consumo, reseña la agencia alemana DW. Son el cerdo «GalSafe» y el salmón «AquAdvantage», ambos en Estados Unidos. La carne de cerdo no contiene azúcares alfa, que provocan reacciones alérgicas en algunas personas. Sin embargo, hasta ahora, no está disponible en el mercado. La empresa quiere utilizar los animales para la producción de medicamentos y de órganos libres de azúcares alfa para su trasplante en humanos.
Avances en cerdos y peces modificados genéticamente
La otra especie de animal modificada genéticamente y aprobada para el consumo es el salmón «Aqua Advantage» que ya se puede comprar en Norteamérica. Al «Aqua Advantage» se le han insertado genes de otros peces marinos. En lugar de crecer solo en primavera y verano, ahora crece todo el año y alcanza su peso de sacrificio dos veces más rápido que el salmón común. Para ello, el salmón genético necesita una quinta parte menos de alimento. Ho, alrededor del 70% del pescado capturado en todo el mundo se procesa en alimento para peces. Los investigadores esperan que esta proporción pueda reducirse gracias a la ingeniería genética.
Pero los críticos temen los riesgos. La activista alimentaria de la organización ecologista Amigos de la Tierra Europa, Mute Schimpf, cree que la ingeniería genética en ganadería y otros animales es irresponsable. «Existe un alto riesgo de que el salmón salvaje se mezcle con el salmón manipulado. Y dentro de 20 años se descubrirá que el salmón puede tener problemas de salud, pero para entonces toda la población puede estar contaminada con los genes», recogió la publicación alemana.
Si se utiliza la manipulación genética, no debería ser para aumentar la producción, sino «para mejorar el bienestar de los animales con los que tratamos», afirma John Dupré, filósofo de la ciencia. Los investigadores ya han conseguido que los cerdos sean inmunes a una enfermedad respiratoria extremadamente peligrosa (PRRS). En este caso, la ingeniería genética podría estar justificada, resalta Dupré, también presidente del Consejo de Bioética de Nuffield.
Críticas de los ambientalistas
Son muchos los ensayos desacertados registrados en la ingeniería genética en la ganadería. En China, realizaron intentos para desarrollar cerdos especialmente musculosos. Muchos de estos animales murieron inmediatamente después de nacer debido a su alta susceptibilidad al estrés o por hernias umbilicales. Y como el gen muscular afecta a todo el cuerpo, algunos animales tenían la lengua extremadamente agrandada, y otras vértebras adicionales, reseña DW.
Mientras tanto, para la activista Schimpf, la ingeniería genética en ganadería y para la sostenibilidad es un enfoque equivocado. Para reducir los recursos en la producción de carne, «no necesitamos una ganadería más intensiva. Necesitamos exactamente lo contrario», agrega.
En Europa, los animales modificados genéticamente no están autorizados para el consumo. John Dupré supone que esto podría ocurrir en Gran Bretaña dentro de unos años.
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