España es uno de los países de la Unión Europea más afectados por los incendios forestales y el segundo del Mediterráneo (por detrás de Portugal). Es un problema que amenaza con intensificarse debido a los efectos del cambio climático. En lo que va de año, el fuego ya ha arrasado más de 55.000 hectáreas en nuestro país. Por ello, la Fundación Aquae, desde 2005, lleva desarrollando el proyecto Sembrando Oxígeno para plantar cara a los incendios que arrasan miles de hectáreas.
Aquae planta árboles para combatir la pérdida de masa forestal
El objetivo de Aquae es sembrar árboles en zonas que han sufrido un incendio o que sufren pérdida de masa forestal y la consecuente sequía y desertificación. Desde su creación, ya han plantado más de 10.000 y antes de que finalice 2019 sembrarán otros 2.500 árboles.
En lo que va de año se han registrado 4.969 conatos (se extinguieron antes de que alcanzaran una hectárea de superficie afectada), 2.810 incendios (la superficie quemada fue igual o superior a una hectárea) y nueve Grandes Incendios Forestales (GIF), es decir, cada uno superó las 500 hectáreas quemadas. Todos estos siniestros han quemado más de 55.000 hectáreas en nuestro país, según los últimos datos del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAPA).
¿Dónde se producen más incendios?
La distribución de los siniestros en 2018 se centró en el Noroeste (Galicia, Asturias, Cantabria, León y Zamora), donde se registró el 43,27 % de los fuegos. Le siguen las comunidades interiores (excepto León, Zamora y País Vasco), con 34,45 %; el Mediterráneo, con 21,58 %; y Canarias, donde se produjo apenas 0,70 % de los siniestros. Solo en 2017 y 2018 los incendios han provocaron 225 víctimas mortales entre Portugal, Grecia y España.
Los incendios de segunda y quinta generación son los que más afectan a España
Los incendios que se registran en España suelen ser de segunda generación, esto es, ganan velocidad por el aumento de la biomasa que se acumula hasta generar los de tercera generación, más intensos y frecuentes.
Los de quinta generación (tras alcanzar núcleos urbanos) son los fuegos que multiplican exponencialmente sus focos.
Cuando el fuego supera una velocidad de 4.000 hectáreas por hora, tiene tanta fuerza que puede generar tormentas de fuego y se le denomina de “sexta generación”. Se trata de incendios virulentos y con cientos de focos que generan un efecto multiplicador.
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