Una mirada al planeta Marte nos permite asomarnos a lo que podría ser la Tierra sin su abundante y espléndida biodiversidad. De ella dependemos para sobrevivir. Pero está seriamente amenazada por nosotros, los seres humanos. La celebración del Día Internacional de la Diversidad Biológica es un recordatorio de que protegerla no es solo una cuestión de conservación, sino una necesidad para asegurar un futuro sostenible para todos.
La biodiversidad, o la diversidad biológica, es la exuberante variedad de vida que puebla la Tierra, desde los genes y bacterias más diminutos hasta complejos ecosistemas como bosques y arrecifes de coral. Esta riqueza biológica es el fruto de 45.000 millones de años de evolución, cada vez más influenciada por la actividad humana.
Aunque la conciencia sobre la importancia de la biodiversidad crece, la realidad es alarmante: la actividad humana ha modificado el 75% del entorno terrestre y el 66% del marino. Un millón de especies están al borde de la extinción, y la pérdida de biodiversidad amenaza con impedir el logro del 80% de las metas de los Objetivos de Desarrollo Sostenible. La biodiversidad es el soporte de la civilización. A pesar de los avances tecnológicos que caracterizan nuestra era, la supervivencia humana sigue estando intrínsecamente ligada a la salud de nuestros ecosistemas. Agua, alimentos, medicinas, vestimenta, combustible, vivienda y energía son solo algunos de los recursos vitales que obtenemos de la naturaleza. Los bosques, amenazados por la deforestación, y otros ecosistemas, son cruciales para la vida en la Tierra y para combatir el cambio climático.
Ecosistemas en peligro
Los científicos calculan que nuestro planeta alberga al menos 8 millones de especies, incluyendo la humana. Todas interconectadas en la vasta red de los ecosistemas. Como piezas de un intrincado rompecabezas, cada componente de un ecosistema es esencial para el conjunto. Un cambio aparentemente menor, como una variación en la temperatura, puede tener un efecto dominó. Alterando la flora y fauna que puede prosperar en ese entorno. La Tierra es un mosaico de ecosistemas interdependientes, en el cual incluso los más distantes pueden estar conectados de formas sorprendentes. Un ejemplo fascinante es cómo los bosques amazónicos reciben nutrientes del polvo que viaja miles de kilómetros desde el Sahara.
La humanidad ha coexistido con estos ecosistemas durante milenios, pero nuestro crecimiento ha llevado a la invasión y, en algunos casos, al reemplazo de estos hábitats, poniendo en peligro su equilibrio y biodiversidad. A su vez, ha mermado la capacidad de la naturaleza para proveernos de servicios esenciales.
El zoólogo Robert T. Paine demostró la importancia de las “especies clave” al observar cómo la eliminación de las estrellas de mar de un ecosistema provocaba un desequilibrio dramático, reduciendo la biodiversidad a la mitad en tan solo un año. La reintroducción de las estrellas de mar por Paine ayudó a restablecer el equilibrio. Su experimento ilustra el delicado equilibrio de los ecosistemas y cómo los seres humanos son parte integral y dependen de ellos.
Desafío del Cambio Climático
La biodiversidad es la red vital de la cual dependemos para obtener alimentos, agua, medicamentos, un clima estable y crecimiento económico. Es tan fundamental que más de la mitad del Producto Interno Bruto (PIB) global está vinculado a la naturaleza. Más de mil millones de personas dependen de los bosques para su subsistencia. La tierra y el océano absorben más de la mitad de nuestras emisiones de carbono.
Nos enfrentamos a una crisis natural sin precedentes. Muchas de las especies en peligro de extinción, podrían desaparecer en las próximas décadas. Ecosistemas vitales como ciertas áreas de la selva amazónica están pasando de ser sumideros de carbono a fuentes de emisiones debido a la deforestación. El 85% de los humedales, que son grandes reservorios de carbono, han sido destruidos.
El cambio climático está exacerbando esta pérdida de biodiversidad. El uso humano de la tierra, principalmente para la producción de alimentos, ha alterado más del 70% de la superficie terrestre libre de hielo. Transformación que ha llevado a la pérdida de hábitats y ha puesto a innumerables especies al borde de la extinción.
También ha modificado los ecosistemas marinos, terrestres y de agua dulce, provocando la extinción de especies locales, el aumento de enfermedades y una mortalidad masiva de flora y fauna. En tierra, el aumento de temperaturas está forzando a la vida silvestre a migrar a altitudes más elevadas o hacia los polos, alterando significativamente los ecosistemas. En el océano, el calentamiento amenaza con destruir los ecosistemas costeros y marinos. Como los arrecifes de coral, que en los últimos 150 años se han reducido a la mitad.
Crucial biodiversidad
La biodiversidad es crucial para combatir el cambio climático. Los ecosistemas actúan como sumideros naturales de carbono, ofreciendo soluciones naturales. Por ejemplo, la protección y restauración de bosques representa dos tercios del potencial total de mitigación de todas las soluciones naturales. Aunque hemos perdido mucho, los bosques aún cubren más del 30% de la superficie terrestre.
Los humedales, como las turberas, aunque solo ocupan el 3% de la tierra mundial, almacenan el doble de carbono que todos los bosques juntos. Los hábitats oceánicos como las praderas marinas y los manglares pueden secuestrar dióxido de carbono hasta cuatro veces más rápido que los bosques terrestres. Su capacidad para capturar y almacenar carbono los hace valiosos aliados en la lucha contra el cambio climático.
La conservación y restauración de espacios naturales, tanto terrestres como acuáticos, es vital para reducir las emisiones de carbono y adaptarnos a un clima cambiante. Aproximadamente un tercio de la reducción necesaria de emisiones de gases de efecto invernadero en la próxima década podría lograrse mejorando la capacidad de la naturaleza para absorber estas emisiones.
Riesgo sanitario
El cambio climático no solo afecta la distribución de plantas, animales y virus. También puede aumentar la transmisión de enfermedades a los humanos y reducir los servicios ecosistémicos esenciales como la provisión de alimentos y medicinas. La pérdida de biodiversidad representa una amenaza seria para la salud global, como lo demostró la pandemia de Covid-19. La salud del planeta influye directamente en la emergencia de enfermedades zoonóticas. Al perturbar ecosistemas frágiles, aumentamos el contacto con la fauna silvestre y, con ello, el riesgo de transmisión de patógenos. En 2016, el Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) ya advertía sobre el aumento de epidemias zoonóticas. El 75% de las enfermedades infecciosas en humanos es de origen zoonótico, vinculadas a la salud de los ecosistemas.
Cinco grandes amenazas
Proteger la biodiversidad es proteger nuestra salud y la del planeta. Aunque pueda parecer que la solución está fuera de nuestro alcance, acciones individuales y cambios en nuestros hábitos pueden marcar la diferencia.
- Destrucción del hábitat: La construcción de infraestructuras y la deforestación para agricultura alteran y destruyen los hábitats naturales, provocando la extinción de especies.
- Amenazas a los humedales: Las especies de agua dulce, reducidas en un 83% desde 1970, sufren por la extracción insostenible de agua que impacta ríos y humedales.
- Sobreexplotación: La demanda de recursos naturales ha llevado a una explotación excesiva, tanto directa (caza, furtivismo) como indirecta (capturas pesqueras accidentales).
- Contaminación: Pesticidas y plásticos contaminan suelos, mares y aire. Afecta a múltiples especies y entran en la cadena alimenticia.
- Especies invasoras: La alteración de hábitats facilita la invasión de especies foráneas que se convierten en depredadores y vectores de enfermedades.
- Crisis climática: El cambio climático, con un aumento de temperatura de 2 a 3 grados, podría llevar a la extinción del 30% de plantas y animales.
Caso español
España se destaca como el país con mayor biodiversidad en Europa, gracias a su geografía, montañas, mares e islas. Sin embargo, también es el más vulnerable a la pérdida de ecosistemas y cuenta con el mayor porcentaje de especies amenazadas en el continente. De las 9073 especies evaluadas por las organizaciones ambientalistas, 193 (2%) están catalogadas como en Peligro Crítico, 418 (4,6%) como En Peligro y 493 (5,4%) como Vulnerables. Las plantas son el grupo taxonómico más amenazado. Seguido por los moluscos y artrópodos en las categorías de mayor riesgo. Un 35,6% de las áreas clave para la biodiversidad en España carecen de protección oficial. Lo que subraya la urgencia de actuar para salvaguardar estos espacios vitales
Compromiso europeo
En respuesta a la crisis, la Comisión Europea lanzó en mayo de 2020 una estrategia ambiciosa para la biodiversidad con miras al 2030, atendiendo a las exigencias del Parlamento Europeo. Que había solicitado abordar las causas fundamentales de la pérdida de biodiversidad y establecer metas obligatorias.
En junio de 2021, el Parlamento Europeo definió su postura sobre la “Estrategia de la UE sobre la biodiversidad hasta 2030: Reintegrar la naturaleza en nuestras vidas”. Cuyo objetivo es asegurar una protección más robusta de los ecosistemas para el 2050, promoviendo su recuperación, resiliencia y conservación. Europa lidera con el ejemplo. Se ha fijado como meta para 2030 que el 30% del territorio de la unión sean áreas naturales, integrando la protección de la biodiversidad en todas sus políticas.
La UE se ha comprometido a conservar al menos el 30% de sus zonas marinas y terrestres, incluyendo bosques, humedales, turberas, pastizales y ecosistemas costeros, y a proteger estrictamente al menos el 10% de sus zonas marinas y terrestres. Incluídos todos los bosques primarios y maduros restantes y otros ecosistemas ricos en carbono. El compromiso es un paso vital hacia la preservación de nuestro patrimonio natural para las generaciones futuras.
Cada gesto cuenta
- Minimiza el uso de plásticos desechables: Son una amenaza significativa para la biodiversidad, contaminando suelo, mar y aire.
- Adopta la movilidad sostenible: La bicicleta es una excelente alternativa para cuidar el medio ambiente y nuestra salud.
- Reduce, reutiliza y recicla: Estas prácticas ayudan a disminuir nuestra huella ambiental.
- Consume de forma responsable: Prefiere productos con prácticas sostenibles, como los que no han sido testados en animales.
- Calcula tu huella de carbono y hídrica: Herramientas como las calculadoras de Fundación Aquae pueden ayudarte a ser consciente de tu impacto y tomar medidas para reducirlo.
Nuevo marco
La ONU reconoce que el cambio climático y la pérdida de biodiversidad, junto con la contaminación, son parte de la triple crisis planetaria que debe abordarse de manera integral. Los gobiernos están trabajando a través de acuerdos internacionales como la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático y el Convenio sobre la Diversidad Biológica para enfrentar estos desafíos.
Al igual que el histórico Acuerdo de París, se está desarrollando un nuevo marco para la biodiversidad global posterior a 2020, que busca abordar las causas de la pérdida de biodiversidad, incluido el cambio climático. Este marco tiene como objetivo alinear los esfuerzos con otros acuerdos multilaterales y contribuir a un futuro sostenible para nuestro planeta.
Convenio 2020
El Convenio sobre la Diversidad Biológica (CDB) es un instrumento internacional clave para la conservación de la biodiversidad. Ha sido ratificado por 196 países, lo que demuestra su amplio reconocimiento y adhesión a nivel mundial. En 2020 se acordaron acciones específicas para proteger especies amenazadas y promover la conservación de la biodiversidad.
- Marco Mundial de la Diversidad Biológica Post-2020: Busca establecer un proceso participativo e integral para la conservación de la biodiversidad, incluyendo especies amenazadas, y utilización sostenible de sus componentes.
- Participación Justa y Equitativa: Enfatiza la importancia de que los beneficios derivados del uso de la biodiversidad se distribuyan de manera justa y equitativa. Implica considerar necesidades y derechos de las comunidades locales y pueblos indígenas. Quienes a menudo dependen directamente de la biodiversidad para su subsistencia.
- Reforzamiento de Mecanismos de Aplicación: Se solicita a las Partes fortalecer los mecanismos de aplicación del Convenio. Incluyendo la elaboración de objetivos ambiciosos, calendarios detallados, indicadores claros de rendimiento, y mecanismos de seguimiento y evaluación.
- Visión para 2050: Se basa en cinco objetivos generales que incluyen abordar las causas subyacentes de la pérdida de biodiversidad, reducir las presiones directas sobre la biodiversidad, mejorar su situación, aumentar los beneficios de la biodiversidad, y mejorar su aplicación a través de la planificación participativa y la gestión de conocimientos .
- Importancia de la Conservación de la Biodiversidad: Reconoce que la pérdida y degradación de la diversidad biológica son problemas que van más allá de las preocupaciones ambientales. Afectan también el desarrollo, la economía, la sociedad y la moralidad. Por ello, se enfatiza la necesidad de considerar la conservación de la biodiversidad como una responsabilidad compartida de todos los sectores de la sociedad
Preparando el COP16
En el Día Internacional de la Diversidad Biológica, celebrado cada 22 de mayo, resuena un llamado urgente a la acción. La celebración de este año es especialmente significativa, ya que marca el comienzo de los preparativos para la COP 16, que tendrá lugar en Colombia entre octubre y noviembre de 2024. El Convenio sobre la Diversidad Biológica (CDB) es el anfitrión de este evento.
En diciembre de 2022, el mundo dio un paso histórico al unirse en torno al Marco Mundial Kumming-Montreal, conocido como el Plan de Biodiversidad. Este acuerdo global establece objetivos claros para detener y revertir la pérdida de biodiversidad para el año 2050. El Marco Mundial Kunming-Montreal se ha fijado metas ambiciosas, como restaurar el 30% de los ecosistemas del planeta, reducir a la mitad el desperdicio de alimentos y destinar al menos 200 mil millones de dólares anuales en estrategias pro-biodiversidad. Bajo el lema “Sé parte del plan”, este año se invita a gobiernos, comunidades indígenas, organizaciones y ciudadanos a unirse en la implementación de este plan. La colaboración y el compromiso de todos son esenciales para su éxito.
Espada de Damocles
La biodiversidad, ese mosaico de vida que sostiene nuestra civilización, se encuentra en una encrucijada crítica. Nuestra supervivencia depende de ecosistemas saludables. Cada especie cumple una función vital. Manteniendo el equilibrio entre bosques, mares, ríos y océanos. Proporciona también alimentos esenciales para nuestra salud. Más del 80% de nuestra dieta está basada en plantas. Su declive pone en riesgo la existencia misma del planeta. La actividad humana es la principal causante.
En 2019, los científicos ya alertaban que un millón de especies, de los ocho millones que se calcula tiene el planeta, estaban en peligro. Algunos expertos incluso creen que estamos en medio de la sexta extinción masiva de la historia de la Tierra. Evento que podría aniquilar entre el 60% y el 95% de todas las especies. Los ecosistemas tardarían millones de años en recuperarse.
Aunque es imposible predecir con exactitud las consecuencias de las extinciones masivas para los humanos, está claro que la diversidad de la naturaleza es lo que nos permite prosperar. La biodiversidad nos brinda aire puro, agua fresca, suelos fértiles y polinización de cultivos. Es fundamental en nuestra lucha contra el cambio climático y en la adaptación a sus efectos, además de mitigar el impacto de los desastres naturales. Estamos obligados a recuperarla. El cambio comienza con nosotros, y cada acción cuenta en la lucha por un planeta más verde y saludable. La cita en Colombia será clave.
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