Estudios, investigaciones y encuestas ejecutadas por organismos multilaterales y otras organizaciones dan al traste con los mitos según los cuales los movimientos humanos entre países pueden acarrear problemas estructurales económicos. Muy por el contrario, las migraciones generan un impacto social y económico positivo, tanto en las naciones de origen como de destino.
Es una realidad que los movimientos migratorios en todo el planeta generan notorios impactos sociales, culturales y económicos. Y que sobre la economía de los países en su tránsito pueden arrojar resultados positivos.
Investigaciones de Naciones Unidas, divulgadas en 2017, revelaron que en todo el mundo existían alrededor de 258 millones de habitantes en condición migratoria. Estas personas tienen distintas categorías y solo 10% de ellas tiene la condición de refugiados. Mientras, la totalidad tiene importancia en los balances económicos de los países que dejan y aquellos a donde ingresan.
Las migraciones y el empleo
Por ejemplo, de acuerdo con informes de la ONU, la emigración de ciudadanos de un país tiene incidencias en la reducción de la presión de la fuerza laboral. En el corto y mediano plazos, disminuye el desempleo y en consecuencia incrementa el salario promedio. Aunque a su vez ocasiona pérdida en la mano de obra, lo cual afecta la capacidad de producción de bienes y servicios.
El efecto podría agravarse si los protagonistas de las migraciones cuentan con altos niveles de formación profesional, pues el costo de perderlos es mayor. Si los migrantes se emplean en sus destinos, por lo general envían remesas a sus naciones de origen. Y con ellas aumentan la renta de sus familiares.
Del lado de los países receptores, que en su mayoría se caracterizan por contar con economías desarrolladas como las de Europa y Estados Unidos, las migraciones también incrementan sus fuerzas laborales. Esto se traduce en aumento del desempleo. Y además, mayor presión sobre las formas de asistencia social, así como la pérdida de la renta nacional por la fuga de divisas. Las investigaciones de la ONU revelan que los migrantes en países desarrollados despachan anualmente alrededor de 414 mil millones de dólares a sus países de origen.
Beneficios innegables
Acerca de las migraciones se han tejido muchos mitos sobre sus efectos económicos. Estos mitos fueron abordados, en febrero pasado, por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), en Nueva York, durante un debate de alto nivel sobre migración internacional y desarrollo. Alicia Bárcena, secretaria ejecutiva de la organización, sostuvo que si bien los grandes movimientos de migrantes pueden acarrear costos, también ocasionan impacto social y económico positivo. Esto, tanto en los países de origen como de destino.
En su calidad de coordinadora de las cinco comisiones regionales de Naciones Unidas, Bárcena señaló que los beneficios de las migraciones para el crecimiento económico son innegables. Aseguró que solo en 2015 la contribución de los migrantes al PIB mundial fue de aproximadamente 6,7 billones de dólares. Es una cifra equivalente al 9,4% del PIB total.
Las migraciones como incentivo al trabajo
También para otros organismos multilaterales, entre ellos la Organización Internacional del Trabajo (OIT) y el Centro de Desarrollo de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), las migraciones generalmente tienen un impacto económico bastante beneficioso.
“Los migrantes no constituyen una carga para las economías de los países de destino. Su impacto sobre los mercados laborales, el crecimiento económico y las finanzas públicas es con frecuencia positivo. Aunque relativamente limitado”, precisa el informe conjunto de la OIT y OCDE.
Y esta limitación viene muchas veces dada porque los trabajos a los que optan los migrantes son generalmente de baja calidad. Además del desconocimiento sobre sus capacidades.
No obstante, el documento subraya que en todo caso las migraciones resultan ser muy positivas para los países. El problema es que no se aprovechan del todo las oportunidades que ofrecen los extranjeros. Y por eso las sociedades miran a quienes proceden de más allá de las fronteras, con recelo y desconfianza.
Masamichi Kono, secretario general adjunto de la OCDE, manifestó: “Hemos observado que el impacto limitado de las migraciones puede deberse a que gran parte de los países no han aprovechado suficientemente las competencias y experiencias que los migrantes pueden aportar. Las políticas públicas pueden desempeñar un papel crucial para mejorar la contribución de los migrantes al desarrollo de los países de destino”.
Mitos y realidades
Una de las últimas Encuestas Sociales Europeas sobre las migraciones muestra que en algunos países como Bélgica, casi la mitad de su población (44%) piensa que estos movimientos afectan de manera negativa a la economía interna. Según el informe Common Home de Cáritas, pensar que los migrantes roban el trabajo a la gente de los países a los que van es un mito muy alejado de la verdad.
El informe indica: “En primer lugar, este pensamiento no toma en cuenta el efecto de las migraciones en la demanda de trabajadores. Ni que, como consumidores, los migrantes crean demanda de bienes y servicios en el país de destino. Y por lo tanto, también de mano de obra, lo que conduce a la creación de empleos”.
Un estudio reciente publicado en la revista científica multidisciplinaria Science Advances asegura que los refugiados y migrantes que buscan lugares seguros y más oportunidades benefician a las naciones que les acogen. Incluso en un plazo de unos años a partir de sus arribos a sus destinos. La investigación compila datos de 15 países de Europa Occidental recogidos durante los últimos años.
El estudio resalta que al poco tiempo de que se produzca una punta en la llegada de las migraciones, la fuerza y la sostenibilidad generales de la economía mejora y el paro disminuye. La conclusión contradice la idea de que los refugiados suponen una carga económica para el país porque absorben demasiados de sus recursos públicos.
Seguro que estos días has escuchado muchos mitos del #PactoMigratorioONU.
Aquí @antonioguterres desmiente algunos de ellos. #PorLaMigración.➡️ https://t.co/8dyOKgK0vp pic.twitter.com/eVziNKp8v7
— Noticias ONU (@NoticiasONU) 11 de diciembre de 2018
Reducción del paro y activación de la economía
Hippolyte d’Albis, economista de la Escuela de París de Economía, quien coordinó la investigación, precisa: “Hay quienes dicen que les gustaría dar la bienvenida a los refugiados, pero no pueden permitírselo económicamente. Pero hemos demostrado que históricamente no ha sido un coste y que si no se reciben migrantes la economía puede empeorar”.
El modelo de esta investigación indica que con una entrada de migrantes, el paro cae significativamente y la actividad económica aumenta durante los primeros años. Esto se debe probablemente a que las migraciones hacen que se incremente la demanda en el mercado. Y ofrecen servicios, añaden puestos de trabajo y pagan los impuestos.
El estudio arrojó que los ingresos fiscales ajenos a estos cambios superaban con creces los costes generados a las administraciones centrales de los países de destino. Lo que en parte se explica por la edad porque, en general, el grueso migratorio lo componen jóvenes. Y estos dependen menos de los servicios públicos que los ancianos.
Cooperación y comprensión
En el transcurso del debate que organizó la Cepal se destacó que el pacto mundial reconoce la importancia de la dimensión regional de las migraciones internacionales. Pero precisa intensificar la cooperación. En función de esta premisa las comisiones económicas deben emprender un análisis empírico de las tendencias de la migración regional que permita comprender sus causas fundamentales. Además, recopilar y producir datos y proporcionar metodologías para mejorar la comparabilidad. Y romper el silencio estadístico con las necesarias contribuciones que deben aportar no solo los gobiernos, sino también el sector privado. Así como la sociedad civil y otras partes interesadas.
Se concluye de otro lado, que las comisiones regionales tienen la necesidad imperiosa de analizar sus políticas. De manera, pueden permitir una comprensión más exhaustiva con fundamento en la evidencia sobre las causas fundamentales de las migraciones. Y también establecer vínculos críticos entre la demografía, la migración, las estructuras productivas, el comercio y las oportunidades del mercado laboral, en las respectivas regiones y subregiones.
Se hace necesaria una contribución sustantiva para que los migrantes y las comunidades receptoras mejoren los programas educativos y aseguren la absorción del progreso tecnológico. Y que además mejoren tanto la portabilidad de los derechos y la seguridad social, como los títulos de educación, entre otros aspectos.
A fin de cuentas, las migraciones ocasionan reajustes poblacionales en un mundo económico cada vez más dinámico y globalizado. Por esta razón, las naciones de todo el mundo deberían abrirse a este fenómeno para atenderlo, incentivarlo y disciplinarlo.
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