A todos nos ha pasado alguna vez. Estamos en casa, compartiendo con la familia y los amigos. De repente, nos damos cuenta de que se nos acaban peligrosamente los suministros de cerveza. Pero no tenemos suficiente espacio (o tiempo) para esperar a que el refrigerador haga lo suyo. Pero, como todo en la vida, la necesidad es la madre de la inventiva. Los amantes de una buena pinta se las han ingeniado para enfriar cervezas rápido… y problema resuelto.
Por supuesto, deberíamos estar mejor preparados. Si sabemos de antemano que va a haber una celebración, no debería haber excusa para que nos pillen sin «pertrechos». Pero nos puede pasar. Así que a tomar nota de algunos ingeniosos trucos.
El trapo húmedo
Este es el método más simple. La idea es tomar un trapo, el menos grueso que tenga. Humedézcalo con agua fría y luego escurra el exceso. Lo que se busca es que el agua se congele alrededor de la cerveza lo más rápido posible. Por eso, no debe estar sobresaturado.
Una vez que esté preparado, tome la cerveza y envuélvala, pasando una vez alrededor de la lata o la botella con el trapo. Luego simplemente ponga la cerveza en el congelador; mejor si es sobre una bandeja o bolsa de hielo. Cierre la puerta. Si el congelador no está muy lleno, podría tardar 7 minutos o 10 si está repleto. Una lata o botella estándar de 250 ml puede que ni siquiera tome tanto tiempo. Quizás también ese tiempo le sirva para enfriar una cervezas más grandes.
Con hielo y sal
Aquí el truco es ligeramente más complicado, aunque los entusiastas aseguran que también, más efectivo. Necesitaremos agua. También un tazón, balde, jarra de cerveza u otro recipiente bastante grande para poner esa agua. Además, hará falta mucha sal. Algo más: nuestras manos deben estar dispuestas a girar cosas… y a no molestarse por tener que soportar un poco de frío extra.
Antes de seguir, un pequeño recordatorio de las clases de química en el cole. Los protones tienen una carga positiva, los electrones… O nos saltamos la teoría y vamos directo a la práctica.
Si ponemos sal en el agua, esta se congela a una temperatura mucho más baja. Entonces, ponemos sal en agua y hielo. Este se derrite y todo el baño se hace notoriamente más frío. Esto hace que nuestra cerveza se enfríe, si la ponemos en el líquido. Son los mismos principios exactos que hacen que el anticongelante funcione, pero ya dijimos que nos vamos a saltar la clase de química.
Sin embargo, hay un truco. Cuando decimos que hay que agregar sal, estamos hablando de mucha sal. No es una pizca. Son tazas de sal.
Lo otro es que, una vez que entra al baño, hay que girar la botella o la lata tanto como sea posible. Así aceleramos el proceso para enfriar la cerveza (pero también la mano). Un secreto es usar botellas en vez de latas. Así las podemos tomar por el cuello (fuera del agua) y girarla sin congelarnos la mano.
Sí. Es un poco complicado. Pero los expertos dicen que en 3 minutos la cerveza estará fría. Así que el sacrificio valdrá la pena.
El extintor de incendios
Tal vez usted sea de los que consideran exagerado eso de tener un extintor de incendios a la mano. Pero quizás ahora cambie de opinión. Tener uno a la mano nos puede ayudar en caso de una emergencia, y una emergencia cervecera en este caso.
Una cosa importante. Para que funcione, se necesita un extintor de dióxido de carbono, no una versión de fosfato monoamónico. Este funciona al privar al fuego de oxígeno, pero esa misma sobreabundancia de CO2 también hace que las cosas sean muy muy frías… Aunque ya dijimos que la teoría la pondríamos a un lado.
Este truco es muy simple. Colocamos la cerveza en un balde para que se quede en un solo lugar. Eso sí: la seguridad ante todo. Por eso no es recomendable sostenerla con la mano. Disparamos el extintor rápidamente. Repetimos la «dosis», de 1 a 2 segundos cada vez. De 20 a 30 segundos deberían ser suficientes, dependiendo del tamaño de la cerveza. Se enjuaga rápidamente fuera y a beber.
Otra cosa. Todos los extintores de CO2 tienen una boca desde la cual emiten la descarga. Algunas son lo suficientemente grandes como para dejar una cerveza bien adentro. Si este es su caso, pruebe hacerlo así. De esta manera, el gas entrará en contacto con la cerveza más directamente y acelerará el proceso de enfriamiento.
Seguridad ante todo
Para este truco, hay algunas recomendaciones de seguridad adicionales. Lo primero es hacerlo en el jardín o la terraza. Además, recuerde recargar el extintor de incendios. No se sabe cuándo habrá un incendio real.
Por otro lado, los extintores de incendios son fáciles de usar de manera correcta y segura, pero si no lo hace, pueden ser muy peligrosos. Las reglas principales son:
- No descargue el extintor hacia su cuerpo o el de otra persona.
- Asegúrese de usarlo en un área muy ventilada (afuera, preferiblemente).
- Nunca nunca mire dentro de la boca, incluso si no la está usando.
Mejor preparado para la próxima
Claro, si queremos evitar todo este trabajo, lo más recomendable es estar mejor preparado para la próxima barbacoa o reunión familiar. Quizás podamos pensar en invertir en un nuevo congelador, más grande, para el verano, y así enfriar las cervezas sin aspavientos.
No obstante, si la planificación no es lo suyo, o no le sobra el dinero para ese refrigerador, quizás uno de estos tres trucos le ayuden a salvar del fracaso esa reunión entre amigos.
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