Bruselas anunció las nuevas normas sobre ayudas estatales para el clima, la protección del medio ambiente y la energía. La Comisión Europea aprobó el conjunto de disposiciones que entrarán en vigor en enero de 2022.
Las directrices buscan alinear la normativa sobre ayudas estatales de la UE con el Pacto Verde Europeo. Centrándose en el apoyo a las energías renovables y la consecución de los objetivos climáticos del bloque.
«Si un gobierno de la UE quiere financiar un proyecto que no está en línea con los objetivos climáticos de la UE para 2030 o 2050, no es probable que la balanza se incline a favor de apoyarlo con ayuda», dijo la jefa de competencia de la UE, Margrethe Vestager, al presentar las reglas.
“Europa necesitará una cantidad considerable de inversiones sostenibles para apoyar su transición verde. Aunque una parte significativa provendrá del sector privado, el apoyo público desempeñará un papel para garantizar que la transición verde se lleve a cabo rápidamente”, afirmó.
Al mismo tiempo advirtió que “las nuevas directrices aumentarán todo lo que hagamos para descarbonizar nuestra sociedad. Entre otras cosas, facilitarán las inversiones de los Estados miembros, incluidas las energías renovables, para acelerar la consecución de nuestro Acuerdo Verde, de forma rentable. Es un paso importante para garantizar que nuestras normas sobre ayudas estatales desempeñen plenamente su papel de apoyo al Pacto Verde Europeo».
Los preceptos también incluyen una nueva sección sobre ayuda para el cierre de plantas de carbón, turba y esquisto bituminoso para facilitar la descarbonización en el sector energético.
Una vez adoptadas formalmente a principios del próximo año, las normas se aplicarán inmediatamente a todos los textos legales de la UE. Los estados miembros de la UE tendrán hasta 2024 para alinear sus esquemas de ayuda existentes con los nuevos requisitos.
Bruselas y las nuevas normas sobre ayudas estatales
Margrethe Vestager explicó que las directrices aprobadas por Bruselas amplían el alcance de las áreas exentas de las normas habitualmente estrictas sobre ayudas estatales de la UE. Respaldando a nuevos actores en el campo de la energía, como los productores de renovables a pequeña escala.
Otras áreas nuevas cubiertas incluyen el apoyo del gobierno para mejorar el rendimiento energético de los edificios y la movilidad limpia. Así como la infraestructura para vehículos eléctricos, embarcaciones y aviones limpios.
Sin embargo, las nuevas directrices también inyectan «un poco de pragmatismo» en las normas sobre ayudas estatales, añadió el comisionado danés. Al destacar el gas natural como «un caso especial porque, por ahora, actúa como un puente hacia nuestro camino hacia más energías renovables».
Aclaró Vestager que “un puente no es un destino. Las decisiones sobre ayudas estatales reflejarán esa lógica. Nuestro objetivo es y seguirá siendo eliminar gradualmente nuestra dependencia de los combustibles fósiles. Y eso incluye el gas”. Entretanto, el comisionado danés adicionó que se aplicará una «cláusula especial» al gas natural que permitirá que «los estados miembros con el PIB más bajo, hagan la transición del carbón al gas. Porque necesitan una mano amiga para poder hacerlo».
Es probable que ese comentario esté dirigido a países como Polonia, Grecia y Rumania, que dependen en gran medida del carbón y planean inversiones en proyectos de gas para desplazarlo, reseñó Climate Home.
Garantías de transición energética
Los criterios clave para que los proyectos de gas fósil obtengan la aprobación de la ayuda estatal de la UE es si están preparados para el futuro. Y, si lo están para aceptar una mayor proporción de hidrógeno verde o biogás. También deben evitar un efecto de bloqueo en la energía contaminante demostrando un camino claro hacia la descarbonización.
«No podemos tener gasolina con un efecto de bloqueo», señaló Vestager. “Podemos hacer las excepciones pragmáticas necesarias, pero todavía tiene que contribuir a nuestro objetivo ecológico”, insistió.
Con respecto a la ayuda estatal para la energía nuclear, comentó que continuaría siendo evaluada bajo el tratado Euratom de 1957. La instancia proporciona una base legal para el apoyo de la UE a los proyectos de investigación y seguridad nuclear.
Las directrices revisadas sobre ayudas estatales, no obstante, podrían desempeñar un papel indirecto para la energía nuclear. «Por ejemplo, cuando el hidrógeno se produce con energía nuclear», dijo Vestager. “Y eso está en las pautas”.
En particular, las nuevas normas sobre ayudas estatales, aprobadas por Bruselas, permitirán a los gobiernos apoyar cualquier tecnología limpia. A través de los llamados Contratos por Diferencia, que dan derecho al beneficiario a un pago igual a la diferencia entre un precio fijo de ‘ejercicio’ y un precio de referencia, como el precio de CO2 en el mercado de carbono de la UE.
«Si usted es un proveedor de energía y el precio de mercado está por debajo del precio de ejercicio, entonces el Estado le paga la diferencia», explicó. “Si el precio de mercado es superior, el beneficiario reembolsa la diferencia al Estado. Eso asegura flujos de ingresos estables y predecibles».
Los contratos por diferencia se probaron por primera vez en Alemania, como parte de su estrategia de hidrógeno por 7.000 millones de euros.