Este miércoles en la noche, los casos de la COVID-19 marcaron otro récord en Estados Unidos: se registraron más de 100.000 casos en un día. Una nueva marca en la ola de infecciones que no retrocede en el territorio estadounidense.
El recuento total superó los 107.800, mientras que 23 estados han registrado más casos durante la última semana que en cualquier otra. En Maine, Minnesota, Indiana, Nebraska, Colorado y Mountain West los casos se dispararon. También Dakota del Norte y del Sur, además de Wisconsin en número de contagios.
En Minnesota, por ejemplo, los casos diarios se han incrementado en promedio un 102%. Los que los de Indiana un 73%. Durante un tiempo Maine mantuvo uno de los niveles más bajos de transmisión, pero ahora los nuevos contagios se han triplicado.
Las muertes en el país también han aumentado un 21% en las últimas 2 semanas y los hospitales viven una nueva crisis por el aumento de casos. Se calcula que más de 50.000 personas están hospitalizadas por la COVID-19 en Estados Unidos.
La misma situación se repite en Europa. La segunda ola del SARS-CoV-2 ha golpeado con fuerza el continente, aunque cada día toman más medidas para contenerla. Portugal, por ejemplo, registra un nuevo récord de fallecidos y espera la implantación del estado de emergencia otra vez.
Portugal a la espera de un nuevo estado de emergencia
Este miércoles Portugal registró un repunte en su número de muertos diarios. La cifra de 59 fallecidos se puso por encima del récord anterior de 46. Ahora la población espera que Marcelo Rebelo de Sousa, el presidente, declare de nuevo el estado de emergencia.
Esta semana se ha reunido con partidos del hemiciclo y agentes sociales y económicos justamente para conocer su parecer sobre el estado de emergencia. El primer ministro, el socialista António Costa, le ha pedido que avance con la medida cuanto antes.
Al parecer la mayoría apoyaría una declaración de emergencia «limitada». La idea es que no se establezca una paralización total como ocurrió en primavera, pero todavía el presidente no ha toma la decisión en cuanto a un estado de emergencia tendrá sobre todo efectos preventivos.
Desde el miércoles 121 municipios están bajo un confinamiento parcial. Solo se puede salir de casa para realizar actividades esenciales, aunque no hay sanciones por incumplimiento. Las escuelas, comercio, hostelería y centros culturales están abiertos, contrario a lo que ocurrió en primavera.
En total, desde que comenzó la pandemia, en Portugal se han contabilizado 156.940 contagios y 2.694 muertes.
La crisis sanitaria que no solo ha dejado una gran lista de fallecidos, sino también a miles de familias en grave condición de pobreza. Un impacto que ha afectado más a quienes percibían bajos ingresos. Es la situación de muchas familias en España.
En España la COVID-19 ha relegado a los pobres al último lugar
Son largas las filas por fuera de los comedores sociales de Madrid. No es poca cosa. Lo mismo ocurre en las oficinas de trabajo social. Muchas familias esperan que la solicitud del ingreso mínimo vital les cumpla con los 1.015 euros prometidos. Siguen a la espera. Una espera que comenzó en junio. Pasan los días y nada cambia. No hay respuesta o exigen más requisitos. A veces simplemente todo está cerrado o piden que hagan la solicitud por Internet. Pero muchos no saben usar un ordenador o no lo tienen.
En España la situación de las familias de bajos ingresos se ha empeorado por la pandemia más que en gran parte de Europa. Se debe al importante peso que tienen los sectores como el turismo en la generación de empleo y a que las prestaciones sociales son más reducidas que en otros países. Además, sus empleos los exponen más al virus y sus ahorros suelen ser mucho menores. La pandemia ha hecho más extensa la pobreza y también más intensa. Profunda. Factores como falta de gasto en bienestar social, burocracia, falta de acceso a la tecnología y el repunte de la pandemia agraven la brecha entre ricos y pobres. Era ya grande antes de la COVID-19.
El virus se ha cobrado la vida de más de 38.000 personas y 1,3 millones se han contagiado en España. Sin embargo, la COVID-19 se ha propagado con más velocidad en barrios de trabajadores con alta densidad de población. El caso de Vallecas, en el sur de Madrid.
Su situación es vulnerable. Además, se suman los errores que se han cometido en la gestión de la pandemia. Una cantidad de medidas que podrían terminar en una «espiral sin fin» de confinamientos periódicos.
Ocho errores de España en la gestión de la pandemia de la COVID-19
Después de varios meses de pandemia, una segunda ola azota a España y toda Europa. Por el momento, en el país no aplica el confinamiento domiciliario general, que ya una vez frenó la propagación del virus.
En tal sentido varios expertos indican que la primera ola dejó algunos aprendizajes que todavía no se están aplicando con contundencia y no en todas partes. Se trata de enseñanzas que serán esenciales para frenar los contagios.
Fernando García, epidemiólogo y portavoz de la plataforma Madrid ActuarCovid, de profesionales sanitarios, tiene una postura clara. Si no se actúa con el refuerzo de las capacidades del sistema, «estaremos condenados a confinamientos periódicos y recurrentes, una especie de espiral sin fin».
Aclara que no se trata de esperar la salvación de una vacuna, pues nada ocurrirá si no se aplican las medidas que se han repetido tantas veces, pero que muy poco se han aplicado. Todavía hay algunos errores que en España se siguen cometiendo, uno de ellos es el rastreo poco exhaustivo.
Rastreo poco exhaustivo
Una de las acciones clave para controlar el virus y una primera barrera de contención es el rastreo. Se pueden identificar cadenas de transmisión y romperlas mediante el aislamiento de los positivos. Por supuesto, cuando falla hay brotes. Sin embargo, en España se han dedicado todos estos meses en aumentar el número de profesionales que se dedican a esto y todavía muchos siguen pidiendo un refuerzo extra. En Madrid, por ejemplo, no hay constancia de que se hayan alcanzado los 1.500 prometidos.
Pero, más allá de eso, para poder tener un rastreo exitoso los expertos indican que hay que tener una estructura de Salud Pública coordinada. Solo de esta manera se podrá hacer un análisis profundo y exhaustivo del mapa de contagios. Porque no solo es identificar los contactos de cada caso, también es averiguar quién ha infectado al caso primario.
Colapso de la Atención Primaria por la COVID-19
Con el incremento de casos los centros de salud estuvieron al límite al final del verano. Las sociedades médicas se unieron para dar la voz de alarma. Se avecinaba un colapso. Ahora la presión está sobre los hospitales y la Atención Primera no ha dejado de estar sobrecargada. No hay reglas unificadas no contrataciones. Hay mucha tensión y las plantillas agotadas.
No hay intervención comunitaria y social en los barrios
Acercar la salud pública a las personas todavía es un reto en España. Un ejemplo de lo que debería hacerse es el plan de intervención comunitaria que se diseñó en Palma con el confinamiento de cinco barrios obreros en septiembre por un repunte en Zaragoza. Una estrategia de comunicación y acercamiento a través de trabajadores sociales o mediadores culturales que van de puerta a puerta para informar.
Se debe que comunicar que se debe cumplir la cuarentena y que cuentan con las condiciones para hacerlo. Lo ideal sería que la población se involucre, que entiendan los mecanismos de transmisión del virus, el tipo de mascarillas que pueden usar y por qué es importante permanecer en casa aunque haya dado negativo.
Mensajes pocos claros y confusión en España
Casi todos los expertos coinciden en que los mensajes han sido poco claros y han generado más confusión. Cuando el Gobierno central y las comunidades explican las medidas que se toman, cuándo y por qué, a veces, es insuficiente y genera confusión. Es un desconcierto que se profundiza con los constantes cambios de restricciones y zonas afectadas.
Los mensajes deberían ser suficientemente claros y coherentes, además de acordes a la gravedad de la situación. De lo contrario, las personas tendrán la sensación de que no entienden o no saben qué deben hacer. A esto también contribuye la falta de homogeneidad en las medidas, ahora que la gestión recae en las comunidades.
Es importante que los criterios para tomar decisiones estén unificados. Las personas no entienden por qué se prohíben reuniones de más de seis personas, por ejemplo, pero no se impide que el transporte público esté atestado.
Los enfrentamientos políticos
La pugna política entre líderes puede afectar el cumplimiento de las medidas. Una de ellas fue la de Isabel Díaz Ayuso, presidenta de la Comunidad de Madrid, y el Gobierno de Pedro Sánchez, ante la escalada de contagios. El enfrentamiento fue tal, que el ministro de Sanidad anunció medidas de obligado cumplimiento y el consejero autonómico después comunicó su desobediencia por considerarlas «no válidas».
Los expertos consideran que es lamentable que las medidas se hayan politizado. No es recomendable que en medio de una pandemia el panorama esté lleno de cuestiones políticas e ideológicas que solo extravían el foco. El objetivo es la salud pública y este tipo de pugna va en contra del control de la crisis de la COVID-19.
El olvido del teletrabajo
Mantener el trabajo a distancia donde sea posible es uno de los mantras que quedó en segundo plano, después de ser uno de los más repetidos. Se transformó en una simple recomendación sobre el papel. De hecho, ahora son muchas las empresas que les exigen a sus empleados acudir a las oficinas. Algo que no resulta beneficioso cuando han repuntado los casos de la COVID-19.
La obligación del teletrabajo es una de las medidas que más se tendría que aplicar en estos momentos. Es un elemento decisivo para reducir la movilidad.
Sin anticipación y poca apuesta por exteriores
El cierre del interior de bares y restaurantes ocurrió en España mucho después que en el resto de países europeos. Ahora ya van cinco comunidades que han tomado la medida. Para los expertos esto es escasez de antelación.
Lo ideal es tomar medidas antes de que los sistemas de rastreo y Atención Primaria colapsen, no después. Es importante tomar medidas duras en medio de situaciones graves.
Los expertos también coinciden en que muy poco se ha apostado por el exterior en España. Los interiores son peligrosos y lo ideal sería aprovechar los parques y las calles.
Ausencia de centro «potente» de salud pública y datos reales
Por último, los expertos señalan la falta de un «cuerpo potente de salud pública» que se ocupe de la vigilancia epidemiológica y de la recolección de datos. Las cifras todavía se siguen corrigiendo y las comunidades siguen presentando retraso en comunicar los casos. Esto ha ocasionado que el dato diario sea mucho menor al real.
Es importante contar con estructuras fuertes tanto en las comunidades como en resto del país. Quizá lo que más podría parecerse sería el Centro de Alertas y Emergencias Sanitarias (CCAES), pero en realidad es un área específica de la salud pública.
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