El 13 de este mes Reuters reseñaba el anuncio del gobierno británico de la puesta en marcha de fondos para repartir tampones y toallas en las escuelas de Inglaterra. Sin embargo, grupos de caridad manifestaron que estas medidas no son suficientes para erradicar la vergüenza e ignorancia alrededor de la menstruación.
El ministro británico de Finanzas, Phillip Hammond, dijo en el Parlamento que el gobierno británico financiaría la entrega de productos de higiene femenina. Esta entrega se hará a estudiantes alrededor de Inglaterra. Las medidas se toman luego de que maestros manifestaran su preocupación acerca de que algunas estudiantes pierden clases durante su ciclo menstrual.
“Productos gratis no resuelven las cosas si las chicas están demasiado avergonzadas para hablar acerca de sus periodos o no entienden cómo funcionan sus cuerpos”, dijo Lucy Russel de Plan Internacional de Caridad Infantil en Reino Unido.
La nota señala que una encuesta de Plan Internacional encontró que el 10% de las niñas en Gran Bretaña no pueden costear el pago de tampones y toallas. Aunque esto no es solo un problema para Gran Bretaña. En realidad, la pobreza menstrual es un problema global.
The numbers baffle me. We need to end #menstrualpoverty https://t.co/y9beUP8FWg #periodpoverty
— amy charlotte (@Amy_CKing1) 5 de febrero de 2018
Menstruación, tabú, desinformación, ostracismo
Cchaupadi es el nombre que recibe una tradición hindú practicada aún en el oeste de Nepal. Dicha tradición consiste en apartar a las niñas y las mujeres durante la menstruación de la vida familiar y social. Por considerárseles impuras, las mujeres son aisladas en cabañas de menstruación alejadas de la comunidad.
Estas cabañas no presentan las condiciones higiénicas mínimas para la permanencia en ellas. Las consecuencias de estar aisladas en estas cabañas pobremente construidas son:
- Enfermedades como neumonía y diarrea.
- Sufrir ataques de culebras y otros animales.
- Riesgo de asfixia, ya que muchas cabañas no cuentan con ventilación y muchas mujeres inician fogatas para protegerse del frío durante el invierno.
- Violaciones durante la práctica del cchaupadi.
- La muerte.
Si no son aisladas en estas cabañas para la menstruación, las mujeres o niñas son aisladas en un cuarto apartado de la casa familiar. No pueden tocar los alimentos, no pueden tocar a ningún miembro de la familia – especialmente los hombres -, no pueden consumir productos lácteos.
Las mujeres padecen la práctica del cchaupadi desde su primer ciclo menstrual hasta la menopausia. Igualmente, esta tradición le es aplicada durante las siguientes 2 semanas después del parto. Cuando deben permanecer en dichas cabañas con sus bebés. Esta practica está penada por las leyes de Nepal, pero persiste en la tradición.
Menstruación motivo de emprendimiento social
En India, también le tocó a Arunachalam Muruganantham ser víctima del ostracismo producto de los tabúes acerca de la menstruación. Este hombre oriundo de la ciudad de Coimbatore, creó una máquina que fabrica toallas sanitarias a bajo costo. Y es que en India solo el 23% de las mujeres usa toallas sanitarias y tampones; el resto de ellas no puede costear este producto. Incluso hay mujeres que ni siquiera conocen la palabra “pad” (toalla sanitaria).
En lugar de toallas sanitarias, las mujeres usan trapos, hojas y hasta cenizas, lo cual acarrea problemas de salud como infecciones fúngicas, riesgo de cáncer en el cuello uterino e infertilidad. Igualmente, las niñas durante la menstruación dejan de asistir a la escuela, así como ocurre en Reino Unido.
El emprendimiento de Arunuchalam Muruganatham – conocido por el documental El Hombre Menstrual – comienza cuando su esposa le manifiesta que debe elegir entre comprar leche o toallas sanitarias. Investigando, descubre que en India existían dos problemas en cuanto a la higiene menstrual femenina: falta de dinero para costear las toallas sanitarias y falta de información acerca de las consecuencias de usar trapos sucios, hojas o cenizas.
Así como en el oeste de Nepal, en India muchas mujeres de las zonas rurales sufren aislamiento familiar y social debido a la menstruación. No pueden cocinar, no pueden recoger agua, no pueden participar en las festividades, no pueden visitar los templos, no van a la escuela.
¿Documentales en defensa de la menstruación?
Muruganatham, preocupado por esta situación, inició la elaboración de una máquina que fabrica toallas sanitarias. Fue un camino difícil, porque requería información que solo las mujeres pueden dar y en su familia y comunidad ninguna mujer se la quiso proporcionar. Así que experimentó con un balón de fútbol, fibra de plantas y sangre de animales para probar su invento. Estuvo a punto de perder a su esposa y ser expulsado de su comunidad.
Sin embargo, para 2014 la constancia de este hombre había permitido la instalación de estas máquinas en 26 estados de la India y otros países. Y lo más importante, le había brindado una solución a este problema de salud femenino, creando un emprendimiento social. Las mujeres son ahora emprendedoras que se dedican a la fabricación, promoción y venta de estas toallas. «El Hombre Menstrual» recibió sustanciosas ofertas por la patente de su innovadora máquina, sin embargo las rechazó.
“Las mujeres son un regalo de Dios para la humanidad. A las mujeres de todo el mundo les digo: no deben olvidar el poder que Dios les ha dado. Deben usar ese poder y creer en ustedes mismas por encima de todo. Ustedes son el nexo de unión entre las personas; tienen el poder de traer la paz a este mundo”, dice Muruganatham al portal ONU Mujeres.
El proyecto de la toalla
Estas máquinas igualmente propiciaron un movimiento en Estados Unidos promovido por The Pad Project, que se ha visto impulsado por el documental ganador del Oscar, Period. End of Sentence. Es crucial recordar en estas líneas que todos estamos llamados a difundir, defender y educar acerca de los derechos de la mujer.
Recordemos que en 1981 entra en vigor la Convención sobre la eliminación de todas las formas de discriminación contra la mujer. Convención a la cual – hasta 2012 – 187 países se habían adherido o ratificado.
“A los efectos de la presente Convención, la expresión “discriminación contra la mujer” denotará toda distinción, exclusión o restricción basada en el sexo que tenga por objeto o resultado menoscabar o anular el reconocimiento, goce o ejercicio por la mujer, independientemente de su estado civil, sobre la base de la igualdad del hombre y la mujer, de los derechos humanos y las libertades fundamentales en las esferas política, económica, social, cultural y civil o en cualquier otra esfera”, artículo 1.
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