Un estudio de la NASA sobre el efecto atmosférico en la contaminación muestra que un ambiente altamente contaminado dificulta el crecimiento de las llamadas nubes convectivas que originan las tormentas.
En efecto, al reducirse la brecha de temperatura entre el suelo y el aire, el humo suprime la formación y el crecimiento de las nubes.
La investigación se soportó en datos observados por dos satélites de la NASA para investigar los efectos del humo y los contaminantes atmosféricos producidos por el hombre, en diferentes concentraciones, en nubes convectivas profundas.
NASA concluye que hasta las nubes son víctimas de la huella humana
Los investigadores de la NASA concluyen que normalmente las nubes no pueden formarse sin algunos aerosoles, porque el vapor de agua en el aire no se condensa fácilmente en agua líquida o hielo, a menos que entre en contacto con una partícula de aerosol.
Sin embargo, si la contaminación es muy fuerte, la gran cantidad de partículas en el cielo bloquea la entrada de luz solar, un efecto a menudo visible en las ciudades más contaminadas del mundo. Eso enfría el suelo al igual que los aerosoles de humo, inhibiendo la formación de nubes.
De esta manera, hasta las nubes soportan las consecuencias de la huella de carbono humana sobre el planeta.
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