Diversos estudios han demostrado que por el cambio climático algunos animales están cambiando su forma para adaptarse a las nuevas altas temperaturas del planeta. Uno en particular, de la investigadora de aves Sara Ryding de la Universidad Deakin de Australia y publicada en la revista Trends in Ecology and Evolution, describe cómo diversas especies han modificando su morfología, con picos, colas u orejas más grandes.
Los investigadores han realizado escáneres de especímenes de museos de aves de Australia de los últimos cien años para investigar estos cambios y entender cómo se producen. «Es hora de reconocer que los animales también tienen que adaptarse a estos cambios, pero está ocurriendo en un periodo de tiempo más corto de lo que hubiese ocurrido desde una perspectiva evolutiva», señaló Ryding.
Crecen sus extremidades para soportar mejor el calor
Los animales, entre más grandes tengan sus extremidades, como las orejas, pico o cola, significa que sirven para disipar de manera más eficiente el calor. Por tanto, mientras más calor haga en su hábitat más grande van a tener sus apéndices. «Para evitar el sobrecalentamiento, los animales de sangre caliente en la naturaleza tienen que confiar en su propio cuerpo», asegura la investigación.
Un ejemplo de ello se puede observar en diversos videos de elefantes vagando por los paisajes africanos. En ellos sus orejas se agitan sin parar hacia adelante y hacia atrás, liberando el exceso de calor en el aire. «Los elefantes se refrescan a través de sus orejas, eso está comprobado», dijo Ryding.
Variaciones morfológicas en las aves
La investigación de Ryding evidencia que un 58% de 110 especies de aves han tenido un cambio en el tamaño de su pico, lo que se relaciona con un aumento de las temperaturas en sus hábitats. En el caso de los loros australianos, han registrado tener un aumento en la superficie de su pico del 4% al 10% desde 1987. Además, un pequeño pájaro cantor conocido como los juncos de ojos oscuros de Norteamérica también ha visto aumentar su pico en una proporción similar.
Aunque la mayor parte de las investigaciones sobre el cambio morfológico a lo largo del tiempo se han centrado en las aves, otras especies también han mostrado modificaciones. Un ejemplo de ello son los ratones de madera, quienes según la investigación australiana han alargado sus colas. Mientras que las musarañas enmascaradas han aumentado el tamaño de sus patas.
Buscan adaptarse a las altas temperaturas del planeta
Que diversos animales modifiquen sus tejidos o células para adaptarse al calentamiento global no significa que «todo está bien». «Solo quiere decir que los animales están evolucionando para sobrevivir a las altas temperaturas», según los investigadores de la Universidad Deakin. Sin embargo, no es posible aún determinar las otras consecuencias ecológicas de estas modificaciones.
El estudio asegura que todas las especies son capaces de hacer este cambio en su morfología para sobrevivir. Pero los cambios implican una mayor frecuencia en eventos meteorológicos extremos que causan cambios morfológicos, lo que conlleva una relación directa en el aumento en la temperatura general, relacionada con el cambio climático, según la investigación.
Los científicos aseguran que los animales que más se espera que cambien su forma son: la rana común, estorninos, gorriones, una gran cantidad de aves marinas y los pequeños mamíferos. También se estima que los picos serán las extremidades que más cambiarán.
De todas formas, los expertos señalan que es necesario investigar más sobre diferentes especies y en diferentes ecosistemas para determinar la prevalencia del fenómeno y poder predecir cuáles de ellas podrían cambiar de forma en el futuro. «Los estudios anteriores han mostrado casos de cambio de forma, pero se han centrado en especies individuales o grupos. Nuestro artículo de revisión los combina para mostrar lo extendido que parece estar este fenómeno», dijo Ryding.