Ha pasado más de un año desde que se conocieron los primeros casos de SARS-CoV-2 en América del Sur. Para esta última semana del mes de marzo, se superaron las 300.000 muertes confirmadas por COVID-19 en Brasil. Ahora, el país más extenso del continente se convirtierte en el segundo del mundo en superar esta cifra, detrás de los Estados Unidos.
Estados Unidos alcanzó la cifra el 14 de diciembre, pero tiene una población más grande que Brasil, lo cual deja en evidencia el récord de fallecimientos que ha tenido el país suramericano en los últimos meses. El dato de las 300.685 muertes que alcanzó Brasil lo ofreció el Ministerio de Salud el miércoles. Las 2.009 muertes de ese día por COVID-19 en Brasil llevó a alcanzar el sombrío hito. El martes, el país registró un récord de un solo día de 3.251 muertes.
Con el número de decesos diarios en niveles máximos de la pandemia, los gobernadores y alcaldes de Brasil temen que abril podría ser tan malo o incluso peor que marzo. Especialmente para el abrumado sistema de salud. Los expertos en salud atribuyen el aumento de infectados y fallecidos a la falta de coordinación política en la lucha contra el virus. Además de las nuevas variantes que se propagan con mayor facilidad.
El presidente Jair Bolsonaro ha minimizado la gravedad de la pandemia. No solo redujo al mínimo los confinamientos sino que ha insistido en que la economía debe mantenerse en marcha. Asimismo ha criticado fuertemente las medidas de salud impuestas por los líderes locales.
Venezuela por la misma vía, o peor
Nicolás Maduro, quien se empeña en producir en masa las «gotitas milagrosas» de Carvativir como remedio para reducir las muertes por COVID-19, rechazó la entrada de las vacunas de AstraZeneca por supuestos “estragos” causados por el inmunizante en otros países. Mientras que activistas, políticos de oposición y ciudadanía en general aseguran que se trata de una forma de bloquear el acuerdo alcanzado en la Asamblea Nacional elegida en 2015, que permite el ingreso de vacunas del mecanismo Covax.
“No vamos a traer ninguna vacuna que esté causando estragos en el mundo. Ya hemos enviado ciertas condiciones al mecanismo Covax. No va a entrar a Venezuela ninguna vacuna que no haya sido autorizada por el comité del país. Solo entrarán las vacunas que sean para nuestro pueblo”, dijo Maduro. Por su parte, la vicepresidenta del régimen, Delcy Rodríguez, aseguró que la comisión presidencial científica decidió no incluirla en los esquemas de tratamiento en Venezuela ni en los esquemas de vacunación debido a que cuando sea el momento, Venezuela va a escoger cuál es la vacuna será permitida.
AstraZeneca fue suspendida en algunos países europeos debido a algunas muertes que se suscitaron en pacientes que habían recibido el fármaco. No obstante, la suspensión obedeció a medidas de prevención mientras se investigaba la relación de la vacuna con los decesos. Además, la Organización Mundial de la Salud concluyó que el fármaco es seguro y recomienda su aplicación. La realidad es que Venezuela no está en condiciones de rechazar contundentemente una vacuna de este tipo sin ningún tipo de explicación o sustento, más allá de la politización. Recordemos que la pandemia está causando estragos en el país y hasta el momento no han vacunado ni a un 0,5% de la población.
Pfizer y su nueva píldora contra la COVID-19
Dada la forma y rapidez en que el Sars-CoV-2 está mutando, surge una nueva iniciativa, fundamental para tener acceso a otras opciones más allá de las vacunas. Con esta premisa, Pfizer Inc. ha comenzado las pruebas de seguridad humana de una nueva píldora para tratar el coronavirus que podría usarse al tener los primeros síntomas de la enfermedad. Si el fármaco tiene éxito en los ensayos, podría recetarse al comienzo de la infección para bloquear la replicación viral y evitar que los pacientes se enfermen gravemente.
Una enzima llamada proteasa, presente en la píldora, es la que hace que el virus se replique. Los medicamentos inhibidores de la proteasa han tenido éxito en el tratamiento de otros tipos de virus, incluidos el VIH y la hepatitis C. Los resultados de los ensayos en humanos podrían durar unas semanas, pero si todo sale bien, Pfizer podría comenzar una prueba combinada de fase 2-fase 3 mucho más grande a principios del segundo trimestre, lo que podría permitirle solicitar la autorización de uso de emergencia de la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) para el final de este año, dependiendo de cómo evolucione la pandemia.
Es probable que el medicamento se administre dos veces al día durante unos cinco días. Sin embargo, Pfizer no se quedará sentado esperando. La farmacéutica está probando otro medicamento que se administra por vía intravenosa a pacientes con virus hospitalizados.
Israel produce spray nasal contra la COVID-19
La fábrica israelí SaNOtize comenzó a producir un aerosol nasal que podría evitar gran parte de las infecciones por COVID-19 en el mundo. El aerosol nasal llamado Enovid en Canadá, se comercializará como capaz de matar el 99,9% de las partículas de virus. “Esperamos que nuestro spray nasal salve ahora muchas vidas de personas en países que están esperando la vacuna”, dijo Gilly Regev cofundador de la empresa, y agregó que “será asequible y podrá utilizarse como prevención, para proteger de cualquier infección viral respiratoria”.
El bioquímico también sostuvo que se ha demostrado la eficacia del spray nasal en el laboratorio contra una amplia gama de virus. Las nuevas variantes del coronavirus no interferirán en su eficacia, según Regev, debido a que «contiene un antiviral de amplio espectro que mata todos los virus y todas las variantes». Enovid crea una barrera física en los conductos nasales para detener los virus. Su envase que dice: “Probado científicamente para matar el 99,9% de los virus en 2 minutos”.
El Ministerio de Salud israelí aprobó provisionalmente su venta como dispositivo médico apto para personas de 12 años en adelante, lo que significa que podría ser utilizado por muchas personas que aún no están aprobadas para las vacunas contra el coronavirus. Por su parte, Nueva Zelanda también ha aprobado su venta, y se está buscando la aprobación en otros países, incluido el Reino Unido.
El té verde muestra propiedades anti-SARS-CoV-2
El té verde tiene altas propiedades antiinflamatorias y antioxidantes. Incluso, es una de las bebidas más consumidas en muchos países de Asia. Pero además de su larga lista de beneficios para la salud, una nueva investigación encuentra actividad antiviral en el té verde. El nuevo estudio demuestra que uno de sus ingredientes, el galato de epigalocatequina (EGCG), impidió que el SARS-CoV-2 se uniera a los receptores de la enzima convertidora de angiotensina 2 (ACE2) humana.
Los resultados señalan que el té verde puede prevenir la infección en los humanos. Además indican la posibilidad de que podría ayudar a reducir el riesgo de desarrollar síntomas graves de la COVID-19. Esta acción también se observó en las variantes del SARS-CoV-2 como la de California y Sudáfrica. El estudio titulado «El galato de epigalocatequina del té verde bloquea eficazmente la infección del SARS-CoV-2 y las nuevas variantes al inhibir la unión de los picos al receptor ACE2» está disponible como una versión preliminar en el servidor bioRxiv.
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